En Polonia, varios nobles se rebelan contra el gobierno del rey Estanislao II, antiguo amante y títere de la emperatriz Catalina II de Rusia. Estos nobles, reunidos en la llamada Confederación de Bar, atacan a las tropas rusas desplegadas en Polonia en apoyo de Estanislao II y luego se retiran a países vecinos para protegerse de las represalias rusas. En 1768 un grupo de cosacos al servicio de Rusia persigue a una banda de confederados hasta la ciudad de Balta, (actualmente forma parte de Ucrania) en el Kanato de Crimea. Los crimeanos acusarán a los cosacos de matar a varios de sus conciudadanos, cosa que Rusia negará, y pedirán ayuda a su señor, el Sultán Mustafá III de Constantinopla. En base a esto, Mustafá III declara la guerra a Rusia el 25 de septiembre de 1768 (Primera Guerra Ruso-turca 1768-1774) y establece una alianza con los rebeldes polacos. Por su parte, Rusia se gana el apoyo de Gran Bretaña, lo que le garantiza un acceso sin problemas al Mar Mediterráneo así como algunos consejeros navales.

A pesar de que el Imperio Otomano declara la guerra primero a Rusia, los turcos se muestran incapaces de llevar la iniciativa durante toda la contienda, motrándose faltos de una estrategia real. Esto permite al General Aleksandr Suvórov maniobrar sin problemas en Polonia, donde captura Cracovia en 1768 a los sublevados y luego aplasta la rebelión en el resto del país. Rusia invadirá el Cáucaso y los Balcanes y apoyará rebeliones en Grecia y Egipto contra sus dominadores otomanos.

El ejército ruso ocupa los principados de Moldavia y Valaquia (Rumanía)

Las tropas rusas vencen al ejército turco en la bahía de Chesme (Turquía-Mar Egeo).

La península de Crimea es conquistada por las tropas rusas.

Alexandr Suvórov, el más grande de los generales de la historia rusa, despliega sus habilidades en 1773 derrotando a los turcos en Bulgaria de una manera espectacular.

El tratado de paz con los turcos que pone fin a la Guerra Ruso-turca (1768-1774), es firmado por Rusia en Kuchuk Kainarzhi (Bulgaria), en la fecha. De acuerdo con el tratado, el Imperio Otomano reconoce la independencia de un reducido Kanato de Crimea (cosa que lo convierte de facto en un estado satélite de Rusia) y se compromete a pagar 4,5 millones de rublos como indemnización de guerra. Rusia gana además el derecho a construir dos puertos en el Mar Negro, cosa que hasta este momento le ha estado vetada. Finaliza así el monopolio otomano sobre el mar y se abre la posibilidad a un ataque naval ruso sobre la misma Constantinopla en el futuro. Por otra parte, la guerra ha puesto de manifiesto la debilidad de los turcos. Ahora no cabe duda de que Rusia es la potencia más fuerte y de que habrán en el futuro más confrontaciones.