LUIS XVI (Rey de Francia) (1774-1792)

Total de piezas: 127

El entusiasmo revolucionario impulsa a la guerra. Quieren que toda Europa se beneficie de sus logros.


En Francia, en la Asamblea legislativa, se acentúa la presión de la izquierda y el rey obra en consecuencia, en la fecha escoge a sus ministros en el partido de BRISSOT (girondinos). Estos son partidarios de la guerra, a la inversa del grupo “Cordelier”, dirigida por ROBESPIERRE. De hecho, el problema de la guerra se plantea menos por presión del exterior, mucho más por deseo de los diputados, del rey y de los hombres políticos, ya que la guerra aparece como una solución ideal de los problemas de política interior y era -sobre todo para el rey- una buena excusa para la penetración de las tropas absolutistas en Francia y la restauración del antiguo régimen. Por otra aprte, LA FAYETTE o DUMOURIEZ, que también están de acuerdo con la guerra, ven en ella el medio de adquirir gloria. Para muchos el entusiasmo revolucionario y patriótico impulsa a la guerra ya que quieren que toda Europa se beneficie de los logros de la Revolución. La corte también empuja hacia la guerra

Los nobles franceses más recalcitrantes no aceptan la obra de la Revolución y empiezan a emigrar.


Los nobles franceses más recalcitrantes no sólo no aceptan la obra de la Revolución, sino que, ya a partir de 1789, han empezado a emigrar, sobre todo, a Alemania. Una vez allí, instalados en los estados alemanes a la derecha del Rin, empiezan a propagar entre los nobles y eclesiásticos de Alemania un clima de hostilidad hacia la Revolución Francesa, presentándola como una especie de enfermedad política contagiosa que en cualquier momento puede penetrar en Alemania. Por fin, los dos reyes más poderosos de Alemania, el emperador de Austria y el rey de Prusia, receptivos a estas noticias y a la petición de socorro formulada por LUIS XVI rey de Francia, presentan una serie de reclamaciones al gobierno francés.

Esta pieza también aparece en ... AUSTRIA • PRUSIA • REVOLUCIÓN FRANCESA (1788-1799)

Sigue la discusión entre la Asamblea legislativa y el Papa en relación a los sacerdotes no juramentados.


La Asamblea responde a la carta papal del 19 de marzo con el Decreto del 27 de Mayo de 1792, declarando que todos los sacerdotes no juramentados pueden ser deportados por el directorio de sus departamentos a pedido de veinte ciudadanos, y si ellos vuelven después de la expulsión se expondrán a diez años de prisión. LUIS veta este decreto. Por tanto se arriba a una disputa no solamente entre LUIS XVI y la Asamblea, sino también entre el rey y sus ministros.

La Asamblea tropieza con la mala voluntad del rey que detenta el poder ejecutivo.


LUIS XVI opone especialmente su veto a los decretos que sancionan el destierro de los miembros del clero refractario, los destinados a organizar los campos de federados para defender París y aquellos orientados a licenciar su guardia.

En Francia caída de los girondinos y su sustitución, de nuevo, por el sector “feuillant”.


La situación política en Francia provoca la caída de los girondinos y su sustitución, de nuevo, por el sector “feuillant”. Con LA FAYETTE de nuevo en el poder y conocidas sus intrigas y apoyo a la causa contrarrevolucionaria, en complicidad con el monarca, la situación política pronto llega a un punto de ruptura. Los clubes se pronuncian contra los ministros del partido “feuillant” y protestan por la destitución de los ministros girondinos.

Manifiesto de BRUNSWICK, general prusiano. Amenazas si la familia real sufre la más mínima vejación.


En un clima político de gran tensión se conoce en París el 3 de agosto el manifiesto de BRUNSWICK, general que manda las tropas prusianas. En él se pretende asustar y amenaza a París de subversión militar si la familia real sufre la más mínima vejación. este “manifiesto” consigue, por el contrario, demostrar la solidaridad entre el rey, el extranjero y los aristócratas y suscitar un intenso movimiento de defensa nacional; defenderse contra los enemigos de dentro, significa también asegurar la victoria contra los enemigos de fuera.

Detenido el rey LUIS XVI se instaura un régimen provisional: Consejo ejecutivo y Convención.


La Asamblea Legislativa, tras detener a LUIS XVI, tiene que instaurar un régimen provisional. Nombra un Consejo ejecutivo y fija el modo en que debe elegirse la nueva Asamblea, a la que se llamará Convención, según la terminología americana. Los diputados se encuentran divididos, por lo que el resultado es un difícil compromiso momentáneo que debe durar hasta la formación del nuevo organismo constituyente. Mientras tanto, se celebran elecciones mediante sufregio universal masculino en dos grados: asambleas primarias y electores. Queda, pues, suprimida la distinción entre ciudadanos activos y pasivos.

El pueblo se levanta en armas ante las noticias de la política interior y las de la invasión de Champagne.


La locura se esparce a través de Francia causada por el peligro que amenaza desde fuera; se multiplican los arrestos de sacerdotes no juramentados. En un esfuerzo por hacer que se rindan, la Asamblea decide que el juramento debe consistir solamente en la promesa de sostener con toda su fuerza la libertad, igualdad, y ejecución de la ley, o morir en su puesto. Pero los sacerdotes no juramentados se mantienen firmes y rehusan aún este segundo juramento. El 26 de Agosto la Asamblea decreta que dentro de los quince días siguientes deben ser expulsados del reino y que aquellos que permanezcan o regresen a Francia serán deportados a la Guayana, o serán castigados con diez años de prisión. Esta es la señal para una verdadera guerra civil. Los campesinos se arman en La Vendée, Deux Sèvres, Loire Inférieure, Maine y Loire, Ile y Vilaine. Estas noticias y las de la invasión de Champagne por el ejército Prusiano causan ocultas influencias, levantando al pueblo en armas.

En Francia, del 2 al 5 de setiembre, oleada de violencia reactiva y pánico colectivo.


En Francia, del 2 al 5 de setiembre, en una nueva oleada de violencia reactiva y pánico colectivo, una muchedumbre armada asalta las prisiones y tras un simulacro de juicio, empieza una masacre de prisioneros en París y en las grandes ciudades francesas: “matanzas de septiembre”. En cuatro días, 1400 personas, acusadas de traidores a la nación, son ajusticiadas en las cárceles con el consentimiento e impotencia de las autoridades. DANTON es en este momento ministro de justicia. Muchos aristócratas comprometidos en la contrarrevolución huyen o son eliminados. Entre los asesinados figura María Luisa, princesa de Saboya y amiga de María Antonieta, que se desmayó al ver desde el Temple su cabeza expuesta en lo alto de una pica. Esta matanzas conmovieron al país y al extranjero, donde se incrementó el deseo de hacer algo para salvar al rey de los franceses.

La Convención declara la abolición de la Monarquía y la inauguración de la Primera República.


En la primera sesión de la Convención Nacional se declara ya la abolición de la Monarquia, y se acuerda que la fecha del 22 de setiembre se 1792 inaugura el año I de la República, que se declara a continuación “una e indivisible”. La Convención tendrá que actuar desde entonces y hasta su disolución como un gobierno provisional de excepción, afianzandose como centro único de gobierno y asumiendo las funciones del poder ejecutivo. Durante la primera etapa de la Convención, será la Gironda la que detentará el predominio político. Los “girondinos” defensores a ultranza de las libertades, de la propiedad, del ideal social y constitucional de 1789 y de un liberalismo económico ponderado por una fiscalidad progresiva, rechazan en un principio el compromiso con el absolutismo y los privilegiados, y buscan la alianza con el pueblo. Pero la creciente participación de éste en la vida política les hace ser cada vez más temerosos del mismo, y orientarse hacia una política conservadora, celosa de guardar el orden social contra la subversión.