La Papelera Española efectúa sus primeras pruebas de producción en el año 1921. La mayor parte de los trabajadores vienen de fuera, de otros lugares de Catalunya, del País Valencià, de Navarra y del Pais Vasco. Los trabajadores vascos son personal cualificado: técnicos y directivos, sobre todo. En sus primeros años hay muy pocos trabajadores del Prat.

Se inicia la primera línea regular de autobuses que unen El Prat y Barcelona. La parada principal es la actual plaza de España o «plaza de los autobuses». La línea es explotada por una concesionario particular. En 1976 pasará a depender de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB)

En 1923 Josep Canudas, que en 1917 había conseguido el primer título de piloto en Catalunya, crea en El Prat su propio aeródromo -Aeródromo Canudas-, que suple la pérdida de la Volatería para la aviación civil -ya que ahora este aeródromo depende del Ministerio de Marina- y continúa la labor de formación de pilotos. Además de estos dos aeródromos, militar y civil, la compañía francesa Latécoère (más adelante Air France) tiene establecido desde 1920 un servicio aéreo postal regular, Barcelona-París. Para ello dispone de otro aeródromo situado junto al antiguo camino de Valencia, conocido popularmente como el «campo francés». Tres son, pues, los aeródromos que conviven en El Prat.

Los terrenos que ocupaba en El Prat la Compañía Española de Industrias Químicas que ha tenido que cerrar por sus continuos problemas con los vecinos, son adquiridos por la empresa La Seda de Barcelona -constituida en 1925 con mayoría de capital holandés- que, en 1926, inicia la construcción de una fábrica. Se especializará en la seda artificial.

La primera producción que obtiene La Seda de Barcelona en su fábrica de El Prat es de 1928. Al principio emplea 300 trabajadores, entre ellos una cincuentena de mujeres de procedencia holandesa igual que los técnicos. En el año 1930 comenzará a trabajar con plena capacidad y en 1934 ampliará sus instalaciones convirtiéndose muy pronto en una industria puntera.

En 1929 entra en funcionamiento en El Prat un moderno puente sobre el río (Pont de les voltes), para sustituir el viejo de Ferran Puig. Los ingenieros de la época se confunden con las medidas y, a pesar de las advertencias municipales, se hace demasiado estrecho, tanto que no permite el paso simultáneo de dos vehículos amplios. Este puente, junto con el del ferrocarril, será volado en los últimos días de la guerra civil por soldados republicanos, para retrasar el avance de las tropas franquistas y proteger la evacuación de Barcelona.

Poco antes de la Guerra civil española (1936), los pratenses han llegado a adquirir, gracias al beneficio que les ha proporcionado el sistema de los arrendamientos de los campos como trabajadores de los mismos, el 50% de las tierras de El Prat. A partir de este momento ya no continuará el proceso de compras porque la llegada de la industria y el aeropuerto frenará la expansión agrícola. Mucho más penosa es la situación de los jornaleros. A las dificultades que derivan de su condición (falta de trabajo estable e ingresos inseguros) es necesario añadir el fuerte crecimiento demográfico del siglo XIX, que provocará un exceso de mano de obra.

Se celebra la primera romería a Montserrat que seguirá repitiéndose en años posteriores

Paralelamente a la llegada de la industria se desarrollan en El Prat las primeras actividades sindicales y políticas de izquierda. Este grupo conseguirá llegar, por primera vez, al poder local durante la II República. En julio de 1931 los trabajadores de La Seda protagonizan una de las huelgas más importantes del sindicalismo pratense. Por otra parte, durante la República, el asociacionismo pratense está impulsado por el republicanismo y el obrerismo (como el Casal Català y la Sociedad Ibis), con la aparición también de grupos católicos (Associació de Pares de Família).

En este año, según datos del Ayuntamiento de El Prat, hay tres fábricas funcionando. Una de ellas es la Papelera Española, que ocupa 439 trabajadores, otra es La Seda de Barcelona, con 694 trabajadores y después una pequeña industria denominada Construcció d’Embalatges per a l’Exportació (ligada a la exportación de productos agrícolas) con 25 trabajadores. De todos estos obreros 872 son hombres y 301 mujeres. Este es un hecho importante que conlleva la industria: hace que la mujer se incorpore plenamente al mundo laboral con salarios retribuidos, no como en la agricultura en la que también participaba pero sin cobrar. Esto comportará importantes transformaciones en la sociedad y en la estructura familiar.