NAPOLEÓN sigue en la cima del poder. Debe enfrentarse a las tropas inglesas, prusianas, austriacas y rusas para lo que sólo cuenta con 60.000 hombres. Pero NAPOLEÓN no espera. En la fecha entra en Bélgica en donde Wellesley le espera como jefe supremo de las fuerzas aliadas cuyos gobernantes han dejado de lado sus diferencias y han reunido sus Ejércitos. El francés Ney presenta batalla a los ingleses que se hacen fuertes en Quatre-Bras. Simultánemente los prusianos resisten a duras penas en Ligny los ataques de NAPOLEÓN, hasta que se ven obligados a retirarse.
RUSIA hasta REPÚBLICA RUSA. (…..… hasta 9/1917)
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Al entrar en el siglo XX nos encontramos en Rusia con uno de los países más atrasados de Europa desde todos los puntos de vista. Pero lo más alarmante es su situación política, el zar gobierna de una manera absoluta y no quiere ni oír hablar de constituciones, cualquier intento de oposición es sofocado con la policía o con el ejército zarista. Desde el punto de vista de las nacionalidades Rusia es un inmenso imperio que llega desde Europa hasta el Pacífico y dentro de él conviven un gran número de pueblos distintos muchos de ellos con ansias de independencia.
Rusia, Prusia y Austria firman la Santa Alianza que busca la solidaridad entre los monarcas signatarios.
ALEJANDRO I, zar de Rusia, cree necesario asegurar el orden en Europa, para lo que es imprescindible forjar una gran alianza de potencias militares, un sistema internacional que garantice la seguridad colectiva e impida la emergencia de otro NAPOLEÓN. Y, sobre todo, que neutralice el espíritu de la Revolución que el francés ha extendido por el continente al paso marcial de sus ejércitos. Rusia, Prusia y Austria, firman la Santa Alianza, acuerdo firmado el 26 de septiembre de 1815 después del Congreso de Viena. La firma del acuerdo no implica ningún compromiso concreto. Se trata de una declaración de principios cristianos que busca la solidaridad entre los monarcas signatarios. Sus tres monarcas declararán su firme resolución de utilizar como única regla de su gobierno, tanto en asuntos internos como externos, los principios de la religión cristiana: justicia, amor y paz. Como consecuencia, los gobernantes declaran su mutua fraternidad, por medio de la cual, no solamente se apoyarán entre sí, sino que se abstendrán de guerrear, y guiarán sus asuntos y sus ejércitos en la misma forma. ALEJANDRO I de Rusia ha sido el promotor de la Alianza. Y es que se ha tornado más reaccionario y a la vez más místico. Austria y Prusia, se adhieren por la única razón de complacerle, pero nunca se alcanzarán resultados concretos. Todo quedará en retórica.
Se crea la Cuádruple Alianza entre Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra que reemplaza a la Santa Alianza.
La Santa Alianza, firmada el 26 de septiembre, no es bienvenida por estadistas como Klemens Wenzel von Metternich, ni por los prusianos, por lo que Metternich, en la fecha, reemplaza este tratado por una alianza puramente política entre Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra (también conocido como Cuádruple Alianza), con el fin de garantizar el mantenimiento del orden absolutista y reprimir cualquier intento de alterar la situación política de la Europa de la Restauración, contando con la posibilidad de poder intervenir manu militari en cualquier país contra movimientos liberales y revolucionarios. Se trata, en suma, de prevenir que Francia no vuelva a dominar Europa. En virtud de este tratado, Francia queda reducida a las fronteras de 1790, pierde Santo Domingo y se compromete a pagar una indemnización de 700 millones de francos a los aliados y a mantener durante cinco años un ejército de ocupación en su suelo. Este tratado asegura la obra del Congreso de Viena e integra a una Francia vigilada en el concierto de la Europa conservadora. Con todo, la orientación contrarrevolucionaria de las potencias firmantes hará que este tratado se popularice con el término de “Santa Alianza”.
En Aquisgrán, ALEJANDRO sufrirá un conato de secuestro que aumentará aún más su desconfianza hacia cuanto le rodea.
De vuelta a Rusia, ALEJANDRO ya no es el zar reformista de su juventud. Muy influido por la religión y por las ideas conservadoras, acaba con las reformas e impone el inmovilismo. Gobierna de forma autocrática y, apoyado en su ministro Arakcheiev, con mano dura. Sólo permite cierta autonomía en Polonia y en las tierras del Báltico. Los últimos años de su reinado son los de un zar impopular. No se gana el favor de la nobleza tradicional, que sigue viéndole como un monarca cosmopolita imbuido de las «peligrosas» ideas de la Ilustración. Tampoco se gana al clero ortodoxo, ya que en algún momento de sus delirios religiosos el Zar tiene inclinaciones vaticanas. Ni al campesinado, sumido en la esclavitud y molesto por la política zarista de crear colonias militares agrarias con sus soldados. Al mismo tiempo, pierde la confianza de la burguesía liberal, que empieza a agruparse y conspirar en clubes clandestinos. En su encuentro con Metternich en Aquisgrán, en 1818, ALEJANDRO sufrirá un conato de secuestro que aumentará aún más su desconfianza hacia cuanto le rodea.
El Congreso de Aquisgrán establece la readmisión de Francia en el concierto de las grandes potencias.
Los principales congresos celebrados a fin de atajar los brotes de liberalismo que pudieran surgir, serán los de Aquisgrán (Iniciado en la fecha), Troppau (1820), Laibach (1821) (Este Congreso autorizará la intervención austriaca en Italia) y Verona (1822) (Este congreso supondrá la intervención en España de un ejército francés denominado los Cien Mil Hijos de San Luis para terminar con el Trienio liberal y restaurar en el absolutismo a Fernando VII.) ). El Congreso de Aquisgrán dura del 1 de octubre al 15 de noviembre de 1818. Asisten los soberanos de Rusia, Prusia y Austria, además del secretario británico del Exterior, Robert Stewart, vizconde de Castlereagh, y el duque de Wellington. Este Congreso establece la retirada de las tropas de ocupación y la readmisión de Francia en el concierto de las grandes potencias, decidiéndose su inclusión en la Santa Alianza). Liquidará la indemnización y el país ocupará su lugar como quinta «gran potencia» reaccionaria de Europa.
Yermolov funda Grozni («terrible», en ruso), un gran fuerte militar que hoy es la capital de Chechenia.
Para conquistar Chechenia, región llave para el dominio del Cáucaso, los rusos llevan a cabo un genocidio a gran escala. Las tropas del zar no dudan en aterrorizar a la población local poniendo en práctica el incendio de aldeas, las deportaciones y los asesinatos masivos. A su vez, la sociedad tradicional chechena se ve alterada por la introducción de las bebidas alcohólicas y la ruptura del equilibrio de poder entre los clanes locales. Según el general Yermolov, los chechenos son salvajes que deben ser «pacificados» a través del único lenguaje que comprenden: la fuerza. Con este objetivo, Yermolov funda en 1819 Grozni («terrible», en ruso), un gran fuerte militar que hoy es la capital de Chechenia.
El Gobierno español compra una escuadra rusa completamente armada, que sólo sirve para… desguazar.
Para pacificar la incipiente sublevación de la América española, el Gobierno español compra una escuadra rusa completamente armada, compuesta de cinco navíos y tres fragatas; realizada la operación se comprueba que están tan deteriorados que hay que desguazarlos.
Entre 1820 y 1821 el dominio del absolutismo se tambalea en la Europa mediterránea.
Entre 1820 y 1821 el dominio del absolutismo se tambalea en la Europa mediterránea. La agitación carbonaria (la Carbonería es una sociedad secreta italiana fundada en Nápoles durante los primeros años del siglo XIX sobre valores nacionalistas y liberales) y la movilización burguesa contra el retorno al poder omnímodo de la aristocracia desembocan en una oleada insurreccional, que se inicia en España y Nápoles, se extiende a Portugal y el Piamonte, llega a repercutir en Francia, y se ve acompañada por el inicio de la guerra de independencia de Grecia. La gravedad de la situación lleva a las grandes potencias a buscar en congresos sucesivos (Troppau, en 1820; Liubliana, en 1821, y Verona, en 1822) la adopción de una política común para sofocar la emergente revolución. Austria, Rusia y Prusia acuerdan de inmediato, en Troppau, en 1820, su derecho de intervención militar en las áreas de conflicto y, aunque Gran Bretaña no lo comparte, Francia acabará secundándolo, en 1822. A la postre, las tropas austríacas y francesas resultarán decisivas para restablecer el orden absolutista en Italia y España.
Muere ALEJANDRO I, emperador de Rusia en su palacio de Taganrog.
Muere ALEJANDRO I, emperador de Rusia, (1777-1825) en su palacio de Taganrog tras desplazarse al sur para unirse a las tropas agrupadas en la frontera otomana. Pesca un resfriado que deriva en tifus. Es enterrado en San Petersburgo. Su viuda, enferma, apenas le sobrevive unas semanas. ALEJANDRO I ha llevado la esperanza de la Ilustración a la atávica Rusia para acabar imponiendo el orden conservador en toda Europa. Sin embargo, hace realidad al menos uno de los sueños de su abuela: convertir a Rusia en un actor determinante de la política internacional y en una potencia militar.
NICOLÁS I sucede a Alejandro I como emperador de Rusia y como rey de Polonia.
Alejandro I carecía de descendencia, pero contaba con dos hermanos menores: Constantino y Nicolás. El primero es el heredero, pero no experimenta deseo alguno de ocupar el trono, por lo que en 1822 ha renunciado en favor de Nicolás. Éste como NICOLÁS I sucede a Alejandro I como emperador de Rusia (1825-1855) y como rey de Polonia (1825-1830). (Es coronado el 3 de septiembre de 1826) Educado en un ambiente extremadamente tradicional y militarista, su admiración por el régimen prusiano se ve aumentado por su boda, en 1817, con Carlota de Prusia (Alejandra Feodorovna), de la que tendrá varios hijos, incluyendo al futuro Alejandro II. Durante su gobierno intentará eliminar los movimientos nacionalistas, perpetuar los privilegios del estamento aristocrático e impedir el avance del liberalismo. NICOLÁS I es la auténtica personificación de la reacción y el absolutismo. Odia y teme el liberalismo como Felipe II de España ha odiado y temido al protestantismo doscientos cincuenta años antes. Lo mismo que Felipe, NICOLÁS considera su deber atacar al enemigo en cualquier nación y en cualquier momento, sin tomar en consideración el beneficio o el perjuicio que ello pudiera causar a Rusia.

