Pero la renuncia de Constantino se mantuvo en secreto, y el 26 de diciembre de 1825 algunos militares que dirigen cerca de 3.000 soldados rusos, se alzan en San Petersburgo en favor de Constantino, a quien se atribuyen tendencias liberales. Esta «rebelión decembrista» fue aplastada de inmediato por NICOLÁS I, que no mostró signo alguno de liberalismo. Como este incidente ocurre en diciembre, los rebeldes serán denominados Decembristas. Los sublevados toman la Plaza del Senado en San Petersburgo. En 1925, para marcar el centenario del evento, dicha plaza será renombrada como Plaza Decembrista.

El reinado de NICOLÁS I de Rusia se inicia con otra guerra, cuando Persia ataca los nuevos territorios rusos de Transcaucasia en 1825.

En 1826-1827 Rusia invade Irán. La Rusia zarista quiere expandir su territorio y conseguir una salida al golfo Pérsico. Los rusos infringen una dura derrota a Irán en 1827, después los dos países firman el tratado de Turkomanchai. El acuerdo concede a la Rusia zarista la tierra del norte del río Aras, que demarca el límite entre los dos países.

Los rusos contraatacan respondiendo al ataque de los persas, vencen, y en el tratado del 22 de febrero de 1828 ganan más territorios en Transcaucasia, incluyendo partes de Armenia. Después de esto, Persia desiste de cualquier intento de implicar en guerras a las potencias europeas.

Rusia declara la guerra al Imperio otomano (1828-1829) en relación con el levantamiento que ha de llevar a Grecia a su independencia, y avanza hasta las proximidades de Constantinopla, pero sus ejércitos se hallan muy debilitados a causa de la enfermedad, y desisten de tomar la ciudad.

Paz de Adrianópolis suscrito en la fecha, que pone fin a la guerra ruso-turca de 1818-1829 y a la guerra de liberación griega. A Rusia se le reconoce el derecho a ocupar las provincias de Moldavia y Valaquia (equivalentes a gran parte de la actual Rumania).

Polonia, unida a Rusia desde 1815 como reino satélite, siendo su rey el mismo Zar, que lleva a cabo una política autoritaria, hiriendo los sentimientos nacionalistas de los polacos. Desde el advenimiento de NICOLÁS I (diciembre 1825), sucesor de Alejandro I, han aumentado las dificultades. El movimiento nacionalista comienza a tomar fuerza y a organizarse en sociedades secretas. Existen dos partidos: por una parte, los moderados, que aceptan al Zar como Rey de Polonia y se conforman con una mayor autonomía del país; de otro lado, los liberales, que se creen con la suficiente fuerza para construir una gran Polonia independiente, republicana y liberal. La actitud hostil del Zar, ante las revoluciones de Francia y Bélgica, provoca el estallido de la sublevación en Varsovia, que se inicia en la Academia de Cadetes el 29 de noviembre 1830. En Polonia, los insurrectos llevan a cabo una matanza de funcionarios rusos, y el gran duque Constantino, virrey y hermano de Nicolás I en Polonia, ha de retirarse con sus tropas. La revolución se extiende a las provincias orientales y se proclama la independencia de Polonia, nombrándose dictador al general Chlopicki.

Muere en la fecha, según calendario gregoriano, Alexander S. Pushkin, poeta, dramaturgo y novelista ruso, fundador de la literatura rusa moderna a causa de las heridas recibidas en un duelo. Está considerado el primer gran escritor en el despertar de la literatura rusa del s. XIX. Ha sido pionero en el uso de la lengua vernácula en sus obras, creando un estilo narrativo —mezcla de drama, romance y sátira— que ha sido desde entonces asociado a la literatura rusa y ha influido notablemente en posteriores figuras literarias como Gógol, Dostoyevski, Tolstói y Tiútchev, así como en los compositores rusos Chaikovski y Músorgski. Deja obras como La hija del capitán o el drama Boris Godunov.

La reacción no sólo prevalece en Polonia, claro está. En Rusia la censura endurece su rigor y la burocracia se incrementa. La policía secreta prolifera, con el propósito esencial de mantener la autocracia y aplastar la disidencia. La Iglesia ortodoxa, que practica un cuidadoso servilismo al zar, es la única forma religiosa protegida, y el trato a los judíos empeora. Pero hay un tipo de novedad que puede penetrar el telón más espeso y es capaz de superar la represión más implacable: el avance tecnológico. El liberalismo puede no abrirse paso, pero la tecnología occidental sí lo consigue. El primer ferrocarril ruso, desde San Petersburgo a uno de sus suburbios, es construido en 1838. Si la expansión rusa hacia Occidente ha llegado a su límite con la absorción de Finlandia y Polonia, aún continúa en dirección al decadente Imperio otomano y al vacío de Asia central, al norte de Irán y Afganistán.

Segunda crisisi egipcia dentro del Imperio otomano. Derrota militar egipcia. Alianza defensiva ruso – otomana (Tratado de Unkiar – Skellessi). Siria reconstruida como provincia del Imperio, administrada por pashá propio.