Cristino Martos, presidente de la Asamblea, es el principal instigador de la primera de las maniobras radicales, el día 23 de febrero. Ante la dimisión del presidente FIGUERAS, por la falta de acuerdo entre la Asamblea y el gobierno, e incluso dentro de éste, Martos trata de hacerse con el poder, con ayuda del general Moriones a quien encarga el mando de la guarnición de Madrid. La resistencia federal frustra la operación. FIGUERAS es confirmado en su puesto y del nuevo gobierno desaparecen los ministros radicales civiles.

No sin esfuerzo consigue PI I MARGALL, desde el Ministerio de la Gobernación, que las juntas se disuelvan y que los ayuntamientos existentes el 11 de febrero -al margen de su carácter político- recuperen sus funciones. El orden público, por el contrario, no llega a ser restablecido. Sólo dos países -ambos repúblicas federales- reconocen al nuevo régimen: EEUU. y Suiza.

Los republicanos expresan su confianza en que el establecimiento de una estructura federal en España -lo que significaba asentar el Estado sobre el pacto de sus componentes territoriales y asegurar una amplia autonomía política y administrativa a municipios y regiones-, contentaría tanto a los independentistas cubanos como a los rebeldes carlistas, que depondrían las armas y se integrarían pacíficamente en el nuevo marco político; incluso, soñaban que Portugal haría lo mismo, a través de una Federación Ibérica. Pero sucedió justo lo contrario: el cambio reactivó a quienes en Cuba y en la Península luchaban contra la soberanía del Estado ya fuera monárquico o republicano federal.

Durante la I República, la separación de la Iglesia y el estado, suprime las subvenciones.

La Primera República española es combatida desde el primer momento por las armas carlistas y el partido de los alfonsinos, y desgarrada por las tensiones de los mismos republicanos. A comienzos de marzo, la Asamblea termina aceptando su disolución al tiempo que son convocadas elecciones a Cortes Constituyentes para el 10 de mayo. Es una derrota de los radicales que en las nuevas Cortes no tendrán tanta fuerza como en la Asamblea. Si ceden en aquella ocasión es por la amenaza de una rebelión federal en las provincias, sobre todo en Barcelona, donde se han hecho planes para la formación de un gobierno presidido por Baldomero Lostau que debería convocar Cortes Catalanas y constituir el “Estado Catalán”, invitando al resto de España a seguir su ejemplo. La visita urgente de FIGUERAS a la capital catalana frena aquel intento. Pero los radicales no se dan por vencidos. Disuelta la Asamblea, se forma una Comisión Permanente, en la que tienen mayoría, presidida por Francisco SALMERÓN y Alonso, hermano del dirigente republicano.

En España, se publica la nueva Ley Electoral que manteniendo el sufragio universal masculino, rebaja la exigencia de la edad de los votantes a 21 años en un intento de la República de extender los derechos políticos.

Se procede en España, a la disolución de las Cortes heredadas de la monarquía. Pero los enfrentamientos de las distintas tendencias republicanas no cesan.

La Comisión formada después de la disolución de la Asamblea, fue el principal centro de conspiración, que se concreta en el proyecto de hacerse con el control de la fuerza en Madrid al tiempo que el gobierno es derrotado por la Asamblea, reunida de nuevo al efecto, el día 23 de abril. Diversos batallones de la Milicia republicana, afectos a los radicales, son concentrados en la plaza de toros y, a través de destacados militares como el general SERRANO, se intenta que las tropas se pronuncien. El gobierno, sin embargo, está sobre aviso y reacciona con prontitud; moviliza a sus propios batallones de la Milicia para defender la sede de la Asamblea y frustra el movimiento en los cuarteles. Los dirigentes radicales reunidos en el edificio del Congreso escapan a las iras de las masas gracias a la protección de Castelar y otros líderes republicanos. SERRANO busca refugio en la sede de la representación británica y, disfrazado de mayordomo del ministro inglés en Madrid, Henry A. Layard, huye en compañía de éste por ferrocarril hasta Santander, donde se embarca para Francia. A partir de entonces, los radicales desaparecen de la escena política, quedando la república enteramente en manos de los federales.

Los carlistas vencen a las tropas de la República en Eraul.

Las elecciones a Cortes Constituyentes se celebran entre el 10 y el 13 de mayo mediante sufragio universal masculino; la edad para poder votar se rebaja de 25 a 21 años. Con excepción de unos pocos monárquicos, de veinte radicales y de un republicano unitario, los republicanos federales obtienen una aplastante mayoría de 343 diputados. Sin embargo, la abstención es muy elevada: el 60 por 100. Las fuerzas políticas no republicanas están creando el vacío alrededor de la república.