Fernando María Castiella, con la ayuda del varios intelectuales del Instituto de Estudios Políticos elabora un nuevo fuero para los ciudadanos españoles al que se oponen firmemente Arrese y algunos de los falangistas más duros, pero FRANCO lo acepta. Así, la ley del 17 de julio de 1945 establece la vigencia del llamado Fuero de los Españoles. Se trata de una carta magna en la que se reconocen los derechos fundamentales de la persona. Con esta ley y con las leyes de cortes del año 1943, la ley de Principios del Movimiento, la ley de Referéndum Nacional, la ley Municipal, etc. se pretende un seudoconstitucionalismo en una Democracia Orgánica canalizada a través de la familia, los municipios y el sindicato. El Fuero de los Españoles se pretende que sea un freno a las persecuciones de que es objeto el país.

La promulgación del Fuero de los Españoles, coincide con cambios sustanciales en el gabinete al día siguiente -18 de julio-. Las características más destacadas son la pérdida relativa de importancia de la Falange y el nombramiento de Alberto Martín Artajo, un civil católico y moderado, como ministro de Asuntos Exteriores. Hasta entonces ha sido presidente de la Junta Nacional de Acción Católica y será la pieza clave en una maniobra gubernamental para reforzar el catolicismo del Régimen y ofrecer una nueva imagen al mundo. Los cambios en el Gobierno van precedidos por una nueva Ley de Educación Primaria, que subordina oficialmente toda la educación primaria a las normas católicas. Aunque algunos ministros se sienten cercanos a la monarquía y dos de ellos se consideran políticos católicos, éste es un gabinete formado fundamentalmente por leales de FRANCO, quien tiene todas las razones para pensar que ninguno de ellos le traerá problemas.

El Gobierno mexicano de Cárdenas reconoce a la República española en el exilio.

Sin tener en cuenta las objeciones de los ministros falangistas que quedan, un decreto de fecha 11 de septiembre de 1945 deroga la obligatoriedad del «saludo nacional», brazo en alto con la palma de la mano extendida (saludo romano), dejando asi invalidado el decreto de abril de 1937 mediante el que fue instituido. Según dice el texto de la Disposición: «Circunstancias derivadas de la contienda han hecho que lo que es signo de amistad y cordialidad venga siendo interpretado torcidamente, en vista de lo cual y en servicio de la Nación, se encuentra adecuado abandonar aquellas formas de saludo.» Queda por tanto, varios años después de finalizar la guerra civil, abolido el «saludo nacional», con lo que se pretende alejar a España de los regímenes fascistas que han perdido la guerra mundial, eliminando semejanzas con los mismos e intentando además con la medida, satisfacer a las naciones aliadas.

En los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, la opinión dentro de la jerarquía eclesiástica cada vez está más dividida. La oposición más tajante al Régimen la hace Fidel García Martínez, obispo de Calahorra, cuyas pastorales de 1942 y 1944 son categóricamente antinazis. Algún otro obispo también redacta lo que se llama pastorales sociales que condenan los abusos y las injusticias de la estructura económica existente, especialmente en las zonas rurales. Esto culmina con la primera pastoral social colectiva por los obispos de Andalucía oriental en octubre de 1945, en la que se recomienda que hayan asociaciones de trabajadores y de patrones por separado, que sustituyan al sistema de un sindicato vertical implantado por el Estado.

El aislamiento internacional de España en 1945, al finalizar la guerra mundial, es total debido a las estrechas conexiones del régimen con los totalitarismos vencidos (Italia y Alemania) que le han ayudado en la Guerra Civil. Esta política autárquica se caracteriza por una fuerte intervención del Estado en la vida económica, que controla la producción, el consumo, los precios, los salarios, el comercio y la inversión mediante leyes. Por ello se reglamenta el comercio con el exterior, se reducen las importaciones (cereales, materias primas, como el algodón y el caucho, petróleo y maquinaria) al mínimo imprescindible; se limitan las inversiones extranjeras al 25% del capital de las empresas y se favorece con subvenciones y ventajas fiscales a las industrias españolas con el fin de que aprovisionen el mercado con productos exclusivamente nacionales. Las exportaciones se han reducido a cítricos y wolframio, durante la guerra mundial, pero han supuesto importantes divisas.

El 12 de octubre se anuncia que se celebrarán elecciones municipales en Marzo. El 20 de octubre se anuncia una amnistía para los prisioneros que estén haciendo tiempo por crímenes cometidos en la Guerra Civil. El 22 sale una nueva Ley del Referéndum en la que se dicta qué cuestiones de trascendencia nacional se someterán a un referéndum popular a la discreción del Gobierno. Se producen cambios importantes en la Falange que es colocada bajo el Ministerio de Educación que se ha convertido en un feudo católico.

Se publica la Ley de Referéndum Nacional. Permitía al jefe del Estado convocar plebiscitos para que el pueblo refrendara una ley determinada. Se usó en contadas ocasiones (Ley de la Sucesión a la Jefatura del Estado, 1946; Ley Orgánica, 1966).

En España se presenta la campaña exterior contra el Régimen como esencialmente antiespañola, como una conspiración de la izquierda liberal extranjera para marcar al país con una nueva Leyenda Negra. El papel que juegan en esta campaña la Unión Soviética y fuerzas comunistas como la Federación Mundial de Sindicatos, se exagera hasta límites insospechados y en cuanto a las potencias occidentales, el propio FRANCO habla de un Superestado masónico, que es el responsable de todos los males de España. Como consecuencia de todo ello, en enero de 1946 se producen por todo el país, dirigidas por el Movimiento, diversas manifestaciones a favor de FRANCO.

Las condiciones económicas en España siguen siendo muy duras, aunque no tanto como a principio de los años cuarenta. El tiempo, que ha sido relativamente bueno en 1944, empeora considerablemente en 1945-1946 y se producen grandes sequías. Se están realizando grandes esfuerzos para construir plantas hidroeléctricas, pero los cortes de electricidad son muy frecuentes. El racionamiento sigue siendo parte de la vida diaria, del mismo modo que lo es el estraperlo.