NAPOLEÓN llega a Santa Elena. Esta será su última morada, su cementerio en vida. Las tres causas principales de la caída de Napoleón han sido: 1).- Su enemistad mortal a Inglaterra, que le ha acarreado la tenaz hostilidad de una nación invulnerable a las acometidas directas de los ejércitos imperiales y que, por su hegemonía en el mar, podía en todo momento hacerle frente y auxiliar a los países que contra el luchaban. 2).- Su agresión a España y Portugal, que provocó la guerra de la independencia española, fatal para el prestigio de Napoleón y que produjo un gran desgaste de los ejércitos franceses, y 3).- La invasión de Rusia en 1812, que consumió toda su potencionalidad bélica, dejándolo agotado, a merced de toda Europa coaligada en su contra. Otra de las principales causas, de decisiva influencia en los destinos del gran Corso, fue, a no dudarlo, la ocupación de los Estados de la Iglesia y, asimismo, el encarcelamiento del Sumo Pontífice, actos que crearon a NAPOLEÓN un ambiente de gran aversión entre los católicos.

Tras la derrota de NAPOLEÓN en la batalla de Waterloo se firma el Tratado de París de 1815 que confirma en su totalidad el Tratado de París de 1814 y el Acta Final del Congreso de Viena.

Después de la derrota final de Napoleón I y su deposición en 1815 y la restauración de la monarquía de los Borbones en Francia, por ley de 1 de enero de 1816, se destierra a todos los Bonaparte del territorio francés.

Los deseos del rey LUIS XVIII, de obtener de las potencias europeas las mejores condiciones de paz, le llevan a encargar al duque de Richelieu la formación de Gobierno. Pero la tendencia conciliadora que en todo momento, a lo largo de su reinado, quiere poner de manifiesto Luis XVIII, le hace disolver la Cámara en septiembre de 1816 y convocar nuevas elecciones. Los monárquicos moderados, cuya actitud mediatizadora coincide con la del rey, obtienen esta vez la mayoría. A ambos extremos, los ultrarrealistas y los liberales constituyen dos minorías batalladoras.

Los principales congresos celebrados a fin de atajar los brotes de liberalismo que pudieran surgir, serán los de Aquisgrán (Iniciado en la fecha), Troppau (1820), Laibach (1821) (Este Congreso autorizará la intervención austriaca en Italia) y Verona (1822) (Este congreso supondrá la intervención en España de un ejército francés denominado los Cien Mil Hijos de San Luis para terminar con el Trienio liberal y restaurar en el absolutismo a Fernando VII.) ). El Congreso de Aquisgrán dura del 1 de octubre al 15 de noviembre de 1818. Asisten los soberanos de Rusia, Prusia y Austria, además del secretario británico del Exterior, Robert Stewart, vizconde de Castlereagh, y el duque de Wellington. Este Congreso establece la retirada de las tropas de ocupación y la readmisión de Francia en el concierto de las grandes potencias, decidiéndose su inclusión en la Santa Alianza). Liquidará la indemnización y el país ocupará su lugar como quinta “gran potencia” reaccionaria de Europa.

Una de las dificultades con que tropieza Alemania por el hecho de ser un rompecabezas de Estados independientes, algunos de ellos muy pequeños, radica en que cada uno de éstos impone derechos de aduanas, con el fin de obtener ingresos. Esto perjudica el tráfico y el comercio, y acaba dañando a todos. A partir de 1819 Prusia patrocina la implantación de una unión aduanera («Zollverein»), o sea una especie de área de libre comercio en el interior de Alemania, entre todos los Estados que se adhirieran a dicha unión. En las siguientes dos décadas, la Zollverein se extenderá hasta englobar toda Alemania excepto Austria. En su seno, Prusia será obviamente hegemónica.

Asesinato de Carlos Fernando de Borbón, duque de berry, heredero del trono francés. Carlos Fernando de Borbón era el segundo hijo varón de CARLOS X de Francia y su esposa María Teresa de Saboya. Era descendiente de Felipe V de España y de Luis XIV de Francia. Durante la Revolución francesa debió abandonar su país junto a su padre, en ese entonces Conde de Artois. Sirvió en el ejército de Condé entre 1792 y 1797 y luego en el ejército ruso en contra de Napoleón. La derrota de éste y la ascensión de su tío como Luis XVIII de Francia le transformó en general en jefe del ejército francés. Debido a que su hermano mayor, el duque de Angulema y su esposa Madame Royale no tenían hijos, él duque de Berry estaba considerado como heredero al trono de Francia.

En Francia, los años de gobierno de los moderados darán paso en 1820, tras el asesinato por los antimonárquicos de Carlos Fernando de Borbón, duque de Berry, heredero del trono, al gobierno de los ultrarrealistas. Así, mientras Gran Bretaña iba liberalizando lentamente el derecho de sufragio y se apartaba de la reacción, Francia procedía en sentido contrario. En 1820 se implantó un sistema electoral que primaba a los ricos, con cuyo voto se podía contar para apoyar la reacción. Por añadidura, se hizo cuanto se pudo para limitar la libertad de expresión.

Entre 1820 y 1821 el dominio del absolutismo se tambalea en la Europa mediterránea. La agitación carbonaria (la Carbonería es una sociedad secreta italiana fundada en Nápoles durante los primeros años del siglo XIX sobre valores nacionalistas y liberales) y la movilización burguesa contra el retorno al poder omnímodo de la aristocracia desembocan en una oleada insurreccional, que se inicia en España y Nápoles, se extiende a Portugal y el Piamonte, llega a repercutir en Francia, y se ve acompañada por el inicio de la guerra de independencia de Grecia. La gravedad de la situación lleva a las grandes potencias a buscar en congresos sucesivos (Troppau, en 1820; Liubliana, en 1821, y Verona, en 1822) la adopción de una política común para sofocar la emergente revolución. Austria, Rusia y Prusia acuerdan de inmediato, en Troppau, en 1820, su derecho de intervención militar en las áreas de conflicto y, aunque Gran Bretaña no lo comparte, Francia acabará secundándolo, en 1822. A la postre, las tropas austríacas y francesas resultarán decisivas para restablecer el orden absolutista en Italia y España.

En esta época, y gracias a la derrota de Napoleón y al papel desempeñado por la marina y el dinero británicos en dicha derrota, Gran Bretaña es la potencia dominante en el mundo, de modo muy parecido a lo que ha sido España durante el reinado de Felipe II, doscientos cincuenta años antes, o Francia bajo Luis XIV, siglo y medio antes. Pero como Gran Bretaña no dispone propiamente de ejército, no se impone mediante el ataque militar directo al continente europeo, sino indirectamente a través de la influencia económica, que se extiende a todo el mundo. Mientras el secretario del Exterior, vizconde de Castlereagh, colabora con los gobiernos autocráticos de Europa, trata de evitar que utilicen innecesariamente la fuerza, y procura que determinados movimientos de signo liberal continúen sus actividades sin ser molestados. Así, en octubre de 1820, en el segundo de los congresos de Metternich, en Troppau, Austria (ahora Opava, Checoslovaquia), Metternich quiere tomar medidas militares para aplastar las rebeliones en España e Italia, pero Castlereagh disiente.