El Reino de Westfalia es un Estado monárquico de 1807 a 1813, con capital en Kassel, en el actual territorio de Alemania. Aunque formalmente es un estado independiente, en realidad es vasallo de Francia. Su nombre procede de la región de Westfalia, pues abarca territorio de esa zona. El reino es creado el 18 de agosto de 1807 por decreto de NAPOLEÓN, a partir de territorios cedidos por Prusia a Francia; entre éstos se encuentran el Electorado de Hannover, el Ducado de Brunswick-Lüneburg y el Electorado de Hesse. Incluye también la ciudad de Magdeburgo. El estado se integra a la Confederación del Rin. El reino es dotado de una constitución, que incluye la abolición de los siervos, los derechos de libre mercado y el Código Napoleónico. Se establece el sistema métrico decimal y se prohibe la libertad de expresión. El reino de Westfalia funciona también como suministro de tropas para el ejército napoleónico.

Durante las Guerras Napoleónicas, los esfuerzos de Inglaterra para bloquear el continente europeo llevan a enfrentamientos navales con Dinamarca, que junto con Suecia, Rusia y Prusia ha constituido la Liga de la Neutralidad Armada. Wellesley no tiene mucho tiempo para cultivar su carrera parlamentaria porque, en el mes de agosto de 1807, se le entrega el mando de las fuerzas de desembarco del almirante Gambier, en la expedición militar contra Dinamarca, para evitar que Napoleón pueda utilizar la flota danesa contra Inglaterra. Allí, en la fecha, obtiene la victoria de Kiape en la que los ingleses destruyen completamente la flota danesa y el almirante Gambier se apodera de 70 barcos: el famoso «robo» de la flota.

Copenhague es dos veces bombardeada por la flota británica, primero en 1801 y de nuevo entre el 2 y el 5 de septiembre de 1807, después que la flota danesa es destruida. Como consecuencia, Dinamarca queda aislada de Noruega, por lo que la monarquía danesa, contra su voluntad, se alía con la Francia de NAPOLEÓN I Bonaparte.

Bloqueo inglés de los puertos franceses

Un cuerpo expedicionario francés comandado por el general Junot cruza la frontera entre Francia y España por los Pirineos dirección Portugal.

Portugal, firmemente probritánico, prosigue el comercio con Gran Bretaña. Francia insiste contra Portugal y consigue que España le siga en la idea. NAPOLEÓN ofrece a GODOY un reino en el sur de la Península y a CARLOS IV un a parte de Portugal -el resto sería para él-. Así se establece el Tratado de Fontainebleau, firmado, en la fecha, entre España y Francia en el que se estipula la ocupación de Portugal y su división en tres partes: Lusitania Septentrional (Entre-Douro-e-Minho), para el Rey de Etrúria; Principado de los Algarves (Alentejo y Algarve), para el Ministro Español Manuel Godoy; el destino de las restantes provincias portuguesas (Trás-os-Montes, Beira, Estremadura) y las Provincias Ultramarinas, será decidido en un acuerdo futuro. Por otra parte, firmando el Tratado de Fontainbleau e invadiendo Portugal, España -según Portugal- incumple el Tratado de Paz de Badajoz, dando lugar a la anulación del mismo y, por tanto, perdiendo los derechos que este Tratado le había otorgado sobre Olivenza, ya que, conforme se estipula en su Artículo IV, y siempre según Portugal, la infracción de la paz producirá la nulidad del Tratado de Badajoz.

Los ejércitos franceses penetran en Portugal que sigue firmemente probritánica y toman Lisboa el 1 de diciembre de 1807. La familia real portuguesa huye al Brasil.

El primer y único monarca del reino de Westfalia es Jerónimo Bonaparte, hermano de Napoleón Bonaparte. El rey instala su corte en el palacio de Wilhelmshöhe, cuyo nombre es cambiado a Napoleonshöhe.

El gobierno de Maria Luisa en el reino de Etruria, permite el asilo de algunos enemigos de Napoleón, lo que irrita a éste que suprime el reino por el Tratado de Fontainebleau el 10 de diciembre de 1807, en el cual se declara abolida la monarquía.

Decreto publicado por NAPOLEÓN en el que insiste en el bloqueo marítimo a Gran Bretaña, instando a Rusia para que se sume a él. En realidad, el «Bloqueo Continental es una equivocación ya que perjudica más a Europa que a Gran Bretaña, y la necesidad de comerciar con ultramar es tal, que por doquier florece el contrabando, pues no hay suficientes soldados para vigilar el litoral continental en toda su longitud.