La resistencia polaca -el Ejército Popular- crece en Varsovia según se van acercando los soviéticos. Liderada por el general Tadeusz Bór-Komorowski, los cuerpos de Varsovia, con 50.000 hombres, atacan las relativamente debilitadas fuerzas alemanas, y en tres días ganan el control de la mayor parte de la ciudad. Los alemanes envían refuerzos y obligan a los polacos a tomar posiciones defensivas, bombardeándoles con ataques desde el aire y con artillería, hasta el 3 de octubre, día en que las fuerzas patriotas capitulan. Al mismo tiempo, el Ejército Rojo que es detenido durante los primeros dias de la insurrección por un ataque alemán, ocupa una posición en Praga, un suburbio a orillas del Vístula, y allí permanece sin oposición. El Gobierno soviético se niega a que los aliados del oeste utilicen sus bases aéreas para suministrar por aire provisiones a los polacos sitiados.

Se consigue, por fin la ruptura de Normandía (22/7-6/8) A esta alturas, los Aliados han desembarcado 1,5 millones de soldados y 300.000 vehículos. Ahora las 36 divisiones aliadas, más fuertes y mejor equipadas que las de sus enemigos, se enfrentan a las 20 divisiones alemanas. Los británicos y los canadienses avanzan por el sur; las divisiones norteamericanas se desplazan desde el sur hacia el este a gran velocidad con la intención de rendir a las fuerzas alemanas. Kluge lleva a su ejército a la lucha, obedeciendo las órdenes de HITLER, pero es llamado a París para presentarse al interrogatorio sobre su participación en el «complot de la bomba de julio» Kluge se suicida. Las fuerzas alemanas son duramente castigadas en el cerco de Falaise, y así, los americanos, avanzan 80 kilómetros al día. Las fuerzas de EEUU. desembarcan en el sur de Francia y avanzan hacia el norte sin apenas oposición. Toman Aix-en-Provence. El Segundo Cuerpo francés avanza sobre Marsella. El último día de agosto, el Tercer Ejército del general Patton alcanzará el río Mosa.

En Italia, los Aliados toman Florencia el 12 de agosto, pero ya no pueden seguir avanzando. La Italia septentrional ha de pasar otro invierno controlada por los alemanes.

El 23 de agosto Rumanía pide la paz a los soviéticos. El frente oriental de HITLER se desmorona.

Entre el 14 y el 25 de agosto las tropas estadounidenses liberan París.

Rendidas las fuerzas alemanas ocupantes de París el día anterior, los soldados aliados la liberan oficialmente. Se concede a las fuerzas francesas el privilegio de desfilar al frente. La política desarrollada desde 1940 en Londres por el general De Gaulle estaba surtiendo efecto. De Gaulle entra en la ciudad el 26 de agosto, y su Comité Francés de Liberación Nacional se convierte en gobierno provisional de la República francesa, contando con representantes de la resistencia interior y exterior. Dominará el gobierno durante los siguientes 15 meses. El general alemán Hans Gunther von Kluge, que ha hecho cuanto ha podido para resistir la marca y salvar su ejército, no puede evitar que los Aliados tomen la ciudad. HITLER lo destituye fulminantemente, ya que, además, sospecha que es cómplice en el intento de asesinato. Poco después, Kluge se suicidó.

El 3 de septiembre de 1944, los Aliados liberan Bruselas, y al día siguiente, Amberes. Otros dos millones de soldados aliados se hallan ahora en Francia, y han infligido a los alemanes medio millón de bajas. Se pierden además 200.000 hombres aislados en fortalezas costeras, que con el tiempo se irán rindiendo.

Al principio el gobierno británico comunica al público que las explosiones son causadas por tuberías de gas defectuosas; sin embargo a los pocos días se tiene que admitir la verdad. La propaganda nazi revela entonces la existencia del arma de represalia número 2 o V-2. Al contrario de lo que sucedía con las V-1, las V-2 eran invulnerables pues alcanzaban velocidades supersónicas y ni los cazas más veloces de la época podían interceptarlas, ni la artillería antiaérea podía derribarlas. Además, al dispararse desde lanzadores móviles la localización de sus bases resultaba bastante problemática. La altura y la velocidad alcanzada por las V-2 hacía, asimismo, que fuera prácticamente imposible detectarlas con el radar de la época. Cierto es que al momento de lanzamiento el misil podía ser visto por pilotos aliados (que tenían el completo dominio de los cielos entonces), pero aunque varios cazas enemigos intentaron destruir los A-4 durante su despegue, ninguno lo consiguió. En suma, los alemanes habían creado un arma contra la cual no había defensa posible.

La situación empeora con la V-2, el primer misil operativo. La propulsión se debe a un motor cohete, y alcanza velocidades superiores a la del sonido, de modo que no puede ser detectada ni interceptada antes de que alcance su objetivo. Ha sido diseñada por el ingeniero alemán, especializado en cohetes, Wernher von Braun. Tiene 14 m de longitud y emplea como combustible alcohol y oxígeno líquido. Alcanza altitudes de casi 100 km. La primera V-2 se lanza el 7 de septiembre de 1944, y le siguen 4.300 en total, 1.230 de las cuales caen sobre Londres, matando a más de 2.500 personas e hiriendo a casi 6.000. Las armas V no resultan decisivas, sin embargo, pues los aliados se apoderan de las bases de lanzamiento antes de que puedan causar más daños.

Bombardeo sobre Londres. El primer proyectil teledirigido V-2 (Vergeltungswaffe o arma
de represalia) es disparado desde Peenemünde, en el mar Báltico, y cae sobre Inglaterra a una velocidad supersónica de 3.200 km/h, lo que lo hace imposible de detener. Los que se dispararán hasta el final de la guerra se cobrarán 2.000 vidas.