Aconsejado por LUIS XIV de Francia, en septiembre de 1673, JACOBO se casa, de nuevo, con la católica Beatriz de Módena y este dato le enfrenta aún más con el Parlamento. Con el propósito de suavizar el elevado antagonismo consiente que las hijas habidas de su anterior matrimonio, María y Ana, se eduquen como miembros de la Iglesia anglicana.

Las colonias inglesas, en el Nuevo Continente, nacen bajo el signo belicista, obligadas como están a luchar contra los indios que se resisten a verse desplazados de sus tierras y contra sus proverbiales enemigos, los franceses, cuyas posesiones se extienden desde Quebec, en Canadá, hasta Nueva Orleáns, en el Golfo de México, impidiendo a los ingleses toda expansión hacia el Oeste. Así se inicia la serie de guerras imperialistas que enfrentarán a Inglaterra y Francia en el Nuevo continente.

El rey CARLOS II de Inglaterra funda un observatorio astronómico en la localidad de Greenwich. En 1884 este observatorio adquirirá fama internacional cuando se escoja el meridiano que pasa por este punto como el primero del mundo, es decir, cero grados de longitud. Durante la Segunda Guerra Mundial, el observatorio se trasladará a la población de Sussex, y posteriormente, el edificio de Greenwich se reconvertirá en un museo.

La hija mayor de JACOBO -hermano de CARLOS II de Inglaterra-, la futura reina de Inglaterra, MARÍA II, se casa en 1677 con el protestante GUILLERMO III de Orange, estatúder de los Países Bajos.

La creciente oposición del Parlamento al catolicismo provoca la falsa conspiración papista de 1678, denunciada por el espía Titus Oates, macabro personaje que, como espurio jesuita, ha residido en los colegios ingleses de Valladolid y Saint-Omer (Francia) y acusa a los católicos ingleses de proyectar el asesinato de CARLOS II, el incendio de la City londinense y entronizar con ayuda de tropas francesas e irlandeses a JACOBO Estuardo. Aquella inventada conspiración, respaldada por el canciller del reino Lord Shaftesbury, causa que numerosos católicos sean encarcelados y cerca de un centenar injustamente ejecutados. Las tensiones llegan a tal grado que JACOBO tiene que exiliarse en Bruselas

Contrario al absolutismo monárquico de CARLOS II, el Parlamento también aprueba en este mismo año de 1679 la normativa del “Habeas corpus” en defensa de las libertades individuales, según la cual nadie puede ser condenado en rebeldía ni detenido durante la instrucción del sumarío.

El Parlamento inglés, en mayo de 1679, aprueba por mayoría la Exclusión Bill, por la que se le deniegan sus derechos sucesorios a la corona.

Cuando los ánimos se apaciguan, el rey de Inglaterra, CARLOS II, logra que en el mes de octubre su hermano, JACOBO, regrese a su patria con la condición de aceptar el cargo de Alto Comisario en Escocia. Allí, JACOBO se muestra tolerante, conciliador y protector de los presbiterianos, cuyo apoyo busca, aunque manteniéndose firme en su fe católica a pesar de los embates de quienes pretenden que vuelva al credo anglicano.

Por estos años se aprecia una considerable incomodidad por parte de muchos ingleses a propósito de la que consideran una amenaza católica. Titus Oates, un demagogo inglés, aprovecha la ocasión y se inventa los detalles de una complicada conspiración católica para derribar al gobierno. Sigue una salvaje caza de brujas, en la cual la sospecha equivale a culpabilidad, y alrededor de treinta y cinco personas son ejecutadas sin razón, basándose en pruebas amañadas. Cuando la superchería de Oates se vuelva más disparatada y complique a demasiadas personas, caerá en el descrédito y Oates será encarcelado de por vida en 1685, cuando suba al trono el católico Jacobo II, e indultado en 1689, cuando la reina protestante María II suceda al anterior.)

En vista de la continua oposición parlamentaria y ante el triunfo electoral de los whigs, partidarios de dotar a la Asamblea con mayores poderes en perjuicio de la potestad del monarca, CARLOS II decide suprimir la actividad del Parlamento, gobernando en solitario a partir de entonces y hasta el momento de su muerte.