En el Consejo Europeo de Bruselas se adopta la decisión sobre los países que entran a formar parte de la unión monetaria europea: Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal.

Cuarenta personas mueren carbonizadas como consecuencia de la explosión en cadena de los depósitos de 20 camiones y 11 de turismos que se hallaban en el Túnel del Mont Blanc, que une Francia e Italia a través de los Alpes.

Los franceses reconocen en su Asamblea Nacional la existencia de la guerra de Argelia de 1954. Con anterioridad a esta fecha la guerra de Argelia no existía oficialmente para los franceses. Se la conocía por «les événements d’Algérie» o, más familiarmente, por «la guerra sin nombre». Una guerra que durante años los franceses, los gobiernos franceses, han procurado silenciar, como hicieron con Vichy, porque esa guerra sin nombre les recordaba un periodo vergonzoso de su historia. Porque si la guerra fue para los argelinos una guerra civil, también lo fue en gran medida para los franceses, tanto en territorio argelino como en la metrópoli.

Comienza a aplicarse en Francia la jornada laboral de 35 horas semanales, aprobada por la Asamblea Nacional y refrendada por el Consejo Constitucional.

Las pruebas de ADN confirman, en la fecha, que el pequeño de 10 años que el 8 de junio de 1795 murió de tuberculosis en la prisión parisina del Temple era, efectivamente, el Delfín, Luis Carlos de Francia, Luis XVII, el hijo de los guillotinados Luis XVI y María Antonieta. Uno de los mayores misterios de la Revolución Francesa quedaba desvelado al tiempo que las aspiraciones a un hipotético trono de Francia de quienes se decían sucesores del Delfín quedaban en el alero.

Un Concorde de la compañía Air France se estrella tras despegar del aeropuerto Charles de Gaulle de París y causa la muerte de sus 109 ocupantes, así como de cuatro personas que se encontraban en tierra.

Lionel Jospin, primer ministro francés, jefe del gobierno occidental más de izquierdas y el único con presencia comunista, propone que la UE tome una iniciativa respecto a la tasa Tobin. La tasa Tobin, ideada en 1978 por el Nobel y economista norteamericano del mismo nombre, prevé un gravamen del 0,1% sobre las transacciones de divisas en los mercados de cambios. Además de frenar la especulación, la tasa serviría para financiar el desarrollo mundial. Sus detractores alegan, sobre todo, su inaplicabilidad: de no extenderse a todo el mundo, los capitales huirán hacia los mercados exentos. Sus defensores creen, por el contrario, que se trata de una medida de profilaxis y buen sentido. Se trata de disuadir a esos inmensos capitales tomados al día y a la hora; que atacan a los mercados nacionales y las monedas y que picotean aquí y allá; se repliegan y atacan de nuevo, girando de un lado al otro como un vuelo de estorninos.

Se han producido algunos asesinatos que añaden nuevas dudas al Proceso de Matignon, auspiciado por el primer ministro francés, Lionel Jospin, con el objetivo de pacificar Córcega. Pero Jospin insiste en mantener su plan de autonomía gradual para la isla sobre la base del pacto con todas las fuerzas representativas corsas, incluidos los propios grupos nacionalistas. La ley prevé una primera fase de mayor descentralización hasta 2004 y, posteriormente, un eventual proceso de autonomía plena supeditado a una reforma de la Constitución y al fin del terrorismo.

El 21 de abril de 2002 tiene lugar la primera vuelta de unas elecciones presidenciales que resultarán trascendentales en la historia reciente francesa. Chirac es el candidato más votado, aunque sólo obtiene el 19,6% de los sufragios, y a muy escasa distancia queda Jean-Marie Le Pen, líder del ultraderechista Frente Nacional que recibe el 17,07% de los votos. Le Pen supera al primer ministro y líder socialista, Lionel Jospin (16,04%), el gran derrotado en esta cita con las urnas, que se ve perjudicado, entre otros factores, por el alto índice de abstención y por la dispersión del voto entre las hasta 16 candidaturas presentadas (muchas de ellas, representantes de opciones políticas de izquierdas).

La segunda y definitiva vuelta de las elecciones presidenciales francesas se celebra el 5 de mayo, concurriendo a la misma Chirac y Le Pen. El temor al programa de este último motiva que todas las formaciones de izquierda, centro y derecha moderada del país soliciten el voto para Chirac, que obtiene algo más del 82% de los votos y resulta reelegido presidente de la República. Al día siguiente, Chirac nombra primer ministro al liberal Jean-Pierre Raffarin (perteneciente a un pequeño partido de centro-derecha, Democracia Liberal) para sustituir al dimisionario Jospin, y 24 horas más tarde forma un gobierno integrado básicamente por neogaullistas, lo que pone fin a los tiempos de la ‘cohabitación’.