Acuerdo Anglo-irlandés que concede a Dublín el derecho a ser consultado en los asuntos de la provincia del Ulster

MAJOR firma con lrlanda en diciembre de 1993 una declaración conjunta para una posible solución pacífica al conflicto de lrlanda del Norle, abriendo así la vía a una eventual reunificación de la isla vecina

Compromiso de Stormont, tomado el Viernes Santo, con la mediación del ex senador estadounidense George Mitchell, entre Belfast, Londres y Dublín y los partidos protestantes y católicos, que contempla la creación de una Asamblea autónoma en Irlanda del Norte, tras una elección que se realizará mediante el sistema proporcional de los 108 miembros de la Asamblea, dotada de poderes legislativos y que contará con un gabinete ejecutivo de diez miembros. Por otra parte, se procederá a la reforma de la Constitución de la República de Irlanda para renunciar al objetivo de la unificación de la isla. El IRA anuncia su apoyo al acuerdo de paz.

Los irlandeses del Norte y del Sur votan de forma masiva por un futuro de paz y diálogo, aprobando de un modo contundente el compromiso de Stormont adoptado el pasado 10 de abril. En la República de Irlanda, aunque la participación ha sido del 56%, casi el 95% de los votantes se han expresado a favor de la solución preconizada en el Acuerdo de Stormont. En Irlanda del Norte, o Ulster, más del 71% han votado afirmativamente, y sólo el 28’8% lo ha hecho en contra.

En el Consejo Europeo de Bruselas se adopta la decisión sobre los países que entran a formar parte de la unión monetaria europea: Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal.

Una clara mayoría de los británicos (41% frente al 26%) son partidarios de la reunificación de Irlanda. Así, pues, la indiferencia británica y los cambios demográficos en el Ulster, con un incremento de la población católica, son los dos grandes factores a medio y largo plazo en la ecuación norirlandesa, y los que sugieren que la batalla unionista por seguir formando parte de Reino Unido está en el fondo perdida. La opinión pública de la Gran Bretaña solía estar dividida casi a partes iguales en su actitud hacia la unidad de la isla vecina, y nunca antes se había registrado una diferencia tan grande entre unos y otros partidarios. En la República de Irlanda, como se puede imaginar, el apoyo a la reunificación es todavía más rotundo. De hecho un 86% de los votantes en Irlanda, consideran que los seis condados del norte deberían “regresar a casa”.

Los participantes en el proceso de paz de Irlanda del Norte se han manifestado en términos optimistas sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo en las negociaciones que se realizan en el castillo de Leeds, en el condado de Kent. Según Gerry Adams, líder del partido católico Sinn Fein, se ha logrado progresos durante las deliberaciones. Por su parte, los Demócratas Unionistas se han expresado con moderado optimismo al respecto. Las deliberaciones, que se prolongarán tres días, son presididas por el primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo irlandés, Bertie Ahern. En el encuentro se intentará poner fin al estancamiento del diálogo, como consecuencia de lo cual Irlanda no ha tenido Gobierno durante dos años, y se encuentra bajo administración de Londr

Fracaso de las negociaciones para relanzar el proceso de paz en el Ulster.

Hace ya tiempo que los gobiernos de Londres y Dublín han agotado todos los tópicos en el intento de empujar a unionistas y republicanos para que concluyan el proceso que debe servir de paraguas político a la paz en la calle, y restablezcan las instituciones autónomas que deben liberar a Westminster de la gestión de los asuntos locales del Ulster. Se ha hablado de “fin del camino”, “encrucijada decisiva” y “hora de la verdad”, sin que sirva para nada. Tony Blair ha puesto hoy la fecha tope del 24 de noviembre, y asegura que se trata de “un ultimátum”.

Londres y Dublín pactan en Saint Andrews (Escocia) restablecer el gobierno norirlandés en el que participen unionistas y republicanos.