En 1884, Gran Bretaña y Francia, así como Italia, se establecen en la costa del mar Rojo, al noreste de Etiopía. El resultado es que, además de la Eritrea italiana, se forman las divisiones políticas conocidas más tarde como Somalia británica y Somalia francesa. Mientras tanto, en el interior de Etiopía se desarrolla una guerra civil entre JUAN IV y uno de los gobernantes de la provincia, MENELIK.

JUAN IV vence a MENELIK, y en 1887 tratará de expulsar a los italianos de la costa eritrea, pero desistirá debido a las incursiones del Mahdi en Etiopía septentrional.

MENELIK II, lucha contra el hijo de JUAN IV con el apoyo italiano. En esta ocasión el vencedor es MENELIK. El 2 de mayo de 1889 firma un tratado con Italia por el que Etiopía cede formalmente Eritrea a Italia. Esta lo interpreta como un acuerdo para establecer un protectorado sobre Etiopía. Pero no es ése, ni mucho menos, el propósito que guía a MENELIK II.

MENELIK II (1889-1911), hijo del rey de Shoa, sucede en 1889 al emperador de Etiopía (el negus). Modernizará el país, eliminará la esclavitud y multiplicará las escuelas. Las actuales fronteras son el resultado de sus últimas conquistas, las cuales conforman un estado cuya estructura interna explica su permanencia y fuerza: las dinastías que se sucederán a lo largo de los siglos surgirán de las altiplanicies, de la etnia amhara o tigriña esencialmente. Fundará la nueva capital, Addis Abeba (“nueva flor”) y construirá una línea ferroviaria. Los antiguos griegos llamaban “aethiops” (cara quemada) a los habitantes de los territorios del sur de Egipto. De allí deriva la actual denominación de Etiopía.

En 1889, poco tiempo después de ser probada con éxito la primera silla eléctrica de la historia, MENELIK II, emperador de Etiopía, II pide a los fabricantes tres unidades para su país. Pero he aquí que cuando el emperador recibe el pedido se da cuenta que no puede estrenarlas por la sencilla razón de que su país no cuenta en ese momento con la necesaria energía eléctrica para poderlas poner en funcionamiento, por lo que después del primer enfado decide darles utilidad y convertirlas en tronos imperiales.

Desastre italiano en Adua (Eritrea, a la sazón provincia de Abisinia). El ejército del negus Menelik II derrota a los italianos y eritreos; las tropas huyen ala costa y son masacradas incluso por las poblaciones nativas, que se ceban con los rezagados. El Tratado de Addis Abeba pone fin al conflicto, pero siembra en Italia un afán de revancha.

El rey MENELIK II, que ya ha extendido su dominio a todo el reino, manifiesta claramente el 9 de febrero de 1891 que no considera que el tratado con Italia otorgue a esta nación protectorado alguno sobre Etiopía. Italia no lo ha entendido así, por lo que intenta apoderarse por la fuerza del país. Pero sufre una gran derrota y debe retirar su ejército. El 26 de octubre de 1896, Italia ha de firmar un tratado en el que reconoce la independencia etíope, lo que constituye para ella una devastadora humiIlación. MENELIK II debe resignarse a que los italianos permanezcan en la región de Eritrea. Etiopía establece después tratados con Francia y Gran Bretaña, por los que el dominio de estas potencias se limita a la costa, y por los que la independencia de la propia Etiopía queda reconocida.

MENELIK II, emperador de Etiopía sufre un ataque de parálisis y le sucede en el cargo su nieto Lij Yasu, quien nunca gozará del favor de la población debido a su vocación islámica, contraria a la mayoría cristiana. TAFARI Makonnen, que ha contraido matrimonio con Wayzaro Menen, nieta de Menelik II-, aprovechará la situación para erigirse como líder de la oposición cristiana. MENELIK II ha definido todas las fronteras de Etiopía con Gran Bretaña, Francia e Italia, fallecerá en 1913.