Terroristas islámicos ensayan con explosivos líquidos en un vuelo de Philippine Airlines hacia Japón: un muerto y diez heridos.

Se considera responsable a BIN LADEN de planes no llevados a cabo para asesinar al presidente CLINTON, durante su visita a Filipinas a principios de 1995.

Joseph Estrada – del PMP, Fuerza del Pueblo Filipino- es el nuevo presidente de Filipinas (1998-2001)

En Filipinas, es restablecida la pena de muerte por el Congreso en 1993 para casos particularmente graves. Desde 1999 la pena capital sólo se aplicará en siete ocasiones, porque a partir del año 2000 entrará en vigor una moratoria -de la que se beneficiarán unos 200 condenados- resultado de las presiones de la Iglesia católica.

Gloria Macapagal Arroyo, presidenta de Filipinas, abre una nueva ronda de conversaciones con los grupos terroristas, que acaba en fracaso. El objetivo de crear un Estado islámico es una aspiración que recorre todos los extremos de la geopolítica mundial y aparece como bandera de cientos de grupos armados. El Gobierno de Filipinas -país situado en una arco de islas de continua agitación islámica junto a Malasia e Indonesia- debe lidiar día tras día con esas aspiraciones, en forma de atentados de los rebeldes separatistas contra la población civil o bien contra su núcleo militar.

Joseph Estrada, presidente de Filipinas, es expulsado de la presidencia por fraude y corrupción.

Comparece ante los tribunales Joseph Estrada, que el pasado mes de enero fue expulsado de la presidencia de Filipinas por el Tribunal Supremo de este país, tras una semana de manifestaciones pacíficas en Manila. El mes de abril fue detenido junto a su hijo Jinggoy. Ambos se enfrentan a los mismo cargos, que en Filipinas pueden condenarse hasta con la pena de muerte. Se les acusa de robar al Estado más de 15.000 millones de pesetas a través del “jueteng”, una lotería ilegal muy popular en Filipinas y de los impuestos que pagaban los productores de tabaco y que se recaudaba en las provincias. La mujer que le sucedió en la presidencia del país, Gloria Macapagal Arroyo, ya ha dicho que utilizará su poder como jefa del Estado para salvar a Estrada de la inyección letal si el tribunal decreta la máxima pena. Finalmente será amnistiado.

Gloria Macapagal Arroyo, presidenta de Filipinas, anuncia una nueva ronda de conversaciones con los grupos terroristas. Se trata del enésimo esfuerzo del Gobierno de Manila por poner freno a una guerra abierta desde hace más de treinta años y que tiene una maraña de protagonistas tan compleja como incontrolable: (FMLN) (FMLI) (Abu Sayyaf)

En la víspera de su gira europea con visitas a Italia, el Vaticano y España, la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, firma la abolición definitiva de la pena de muerte en su país. La abolición, aprobada por el Parlamento el día 7, supone que las condenas a muerte de unos 1.200 detenidos han sido automáticamente conmutadas y transformadas en prisión de por vida. Entre los que saldrán definitivamente del corredor de la muerte figura el joven español Francisco Larrañaga, que había sido condenado a la pena capital. El español lleva ocho en prisión, dos en el corredor de la muerte, condenado por la violación y asesinato de dos jóvenes en 1997, en un juicio con irregularidades. Aunque la familia de Larrañaga afirma que se alegraba por la abolición de la pena de muerte en Filipinas, también ha indicado que lo que busca es justicia, al asegurar que Francisco es inocente, mientras insiste en las supuestas irregularidades cometidas en su juicio. Con la abolición, Filipinas se convierte en uno de los raros países de Asia, junto con Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental, en los que ya no existe la pena de muerte.

Desgraciadamente, la feliz abolición de la pena de muerte en Filipinas, no afecta a un problema aún más grave: la eliminación sistemática de sus opositores de izquierda. Cinco líderes de la izquierda fueron asesinados la segunda semana de mayo, elevando a 585 el número de asesinados desde que Gloria Macapagal Arroyo asumió la presidencia en el 2001. Filipinas goza también de una amplia libertad de prensa, lo que no impide que sea uno de los países del mundo en los que se mata a más periodistas por razones profesionales: 41 desde el 2001 y 78 desde el restablecimiento de la democracia en 1986. Filipinas deja bien atrás a Colombia y sólo Irak presenta una lista con más mortalidad en cuanto a violencia contra periodistas, La Unión Nacional de Periodistas de Filipinas ha denunciado una “cultura de impunidad” que hace posible los asesinatos.