Se concierta el matrimonio de RAMON BERENGUER III de Provenza, sobrino de RAMON BERENGUER IV de Barcelona, con RIQUILDA de Polonia, sobrina del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico FEDERICO I Barbarroja.

El conde de Barcelona RAMON BERENGUER IV emprende viaje hacia Turín para entrevistarse con el emperador FEDERICO I Barbarroja para frenar sus pretensiones de dominio sobre Provenza. Enferma en el caminio y muere -en la fecha- en Borgo San Dalmazzo (Piamonte), cerca de Turín, a los 47 años de edad. Es enterrado en el claustro del monasterio de Ripoll donde reposan también los restos de su padre. Muy pronto, la fama de su renombre aumentará la visita a su sepulcro, de tal manera que en un reconocimiento motivado por su traslado al muro del interior del templo a mano derecha de la entrada, se encontrará entero su cuerpo. Ante este hecho, el arca que contiene sus restos será revestida de láminas de plata cincelada.

El segundo hijo de PETRONILA Y RAMON BERENGUER IV, PEDRO, en su momento, heredará el condado de Cerdanya y los derechos sobre Narbona, Beziers y Carcassona, aunque siempre como vasallo de su hermano mayor, el conde de Barcelona. A su tercer hijo, se le asigna el papel de posible heredero. Con la cláusula que los tres hijos habían de sucederse recíprocamente se establece una nueva atadura entre las diferentes posesiones de la familia.

De acuerdo con el testamento sacramental de RAMON BERENGUER IV, que sus depositarios hacen público en Huesca, ALFONSO RAMON, su primer hijo, es heredero del condado de Barcelona y de la potestad regia sobre Aragón. Así, pues, habiendo cumplido la edad legal, siete años, para poder asumir la dignidad regia, ALFONSO RAMON recibe de su madre, la reina Petronila, en 1164, conjuntamente el Reino de Aragón y el Condado de Barcelona, pasando a ser de pleno derecho el primer «Rey de Aragón y conde de Barcelona» aunque no pueda aún ejercer como tal por su minoría de edad. La costumbre aragonesa veda el ejercicio de la función real a las mujeres, pero no la transmisión del título real. Tan pronto ALFONSO RAMON sube al trono, sus tutores -una curia de aragoneses y catalanes- se entrevistan en Ágreda con FERNANDO II y firman un tratado por el cual el rey de León se compromete a defenderles, lo que equivale por parte de Aragón y Catalunya a un reconocimiento de FERNANDO II como el verdadero rey de Castilla. Ejemplo que se apresura a seguir el rey de Navarra. El rey de León ofrece por esposa a ALFONSO a su hermana SANCHA.

PETRONILA no actuará ni como reina ni como regente en la minoría de edad de ALFONSO RAMON. Pero el Consejo que se ha formado con sus tutores está fuertemente influenciado por la nobleza aragonesa que de acuerdo con su madre PETRONILA, incluso anulan el nombre de RAMON, y lo llaman ALFONSO para relacionarlo más con la casa de Aragón que con la del conde de Barcelona. Así, pues, empieza su reinado ALFONSO II el Casto rey de Aragón.

Títulos de los reyes de la Corona de Aragón: Rey de Aragón, rey de Mallorca, rey de Valencia, rey de Sicilia, rey de Cerdeña, conde de Barcelona, marqués de Provenza, señor de Montpellier, e incluso, posteriormente, duque de Atenas y Neopatria. El nombre de Corona de Aragón aparecerá muy tarde y se crea para designar al conjunto de Estados cuyo titular es el rey de Aragón. Desde ALFONSO II, e incluso con Ramón Berenguer IV, el soberano de Aragón y de Barcelona se llamará con todos los títulos, aunque para abreviar se usará a veces sólo el primero, «Rey de Aragón».

ALFONSO II, se convierte en soberano de los dos estados que ostentaban sus padres. Ambos -Aragón y Condado de Barcelona- mantienen sus propios fueros, sus leyes, sus costumbres y sus instituciones, aunque el soberano es el mismo para ambos. A lo largo de la Baja Edad Media, desde fines del siglo XII en adelante, nuevos territorios se irán incorporando al conjunto que será llamado «Corona de Aragón», algunos lo harán al reino de Aragón, como Teruel y Albarracín, otros al Condado de Barcelona, como Tortosa o Lleida y otros constituirán nuevos reinos por sí mismos, como Mallorca, Valencia o Sicilia. A veces estos territorios permanecerán unidos bajo un mismo monarca, pero en algunas ocasiones se dividirán en dos o más partes. Así, la «Corona de Aragón» irá cambiando en extensión y en composición a lo largo de toda la Baja Edad Media, aunque siempre se mantendrán en ella los tres grandes Estados: Aragón, el Condado de Barcelona o Catalunya (Desde 1258) y Valencia.

Hay historiadores que han justificado el mantenimiento de la unión dinástica entre Aragón y el Condado de Barcelona (Catalunya), por la necesidad mutua de defenderse de los poderosos enemigos que les rodean. A fines del siglo XII tenemos la monarquía francesa que se está recomponiendo después de varios siglos de debilidad, el Rey ENRIQUE II de Inglaterra que es dueño de extensos territorios en el oeste de Francia y ambiciona ganar todo el sur y aún la misma París. Los castellanos que mantienen su ambición de convertirse en la potencia hegemónica de la Península; además los comerciantes catalanes están pugnando por ganar nuevos mercados en las costas mediterráneas frente a poderosos rivales como Génova y Venecia, grandes repúblicas mercantiles. Así, la alianza entre Aragón y Catalunya se contempla como una necesidad por ambas partes.

La región de Occitània como territorio histórico de la lengua de oc, constituye un punto de atención preferente para los condes de Barcelona entre los siglos XI y XIII. La Provenza y el Languedoc constituyen un área rica y fuertemente romanizada, que es codiciada también por los reyes de Francia y por algunos señores occitanos como los condes de Tolosa. A través de una política sistemática de matrimonios, compras de terrenos, guerras, diplomacia y establecimiento de vasallajes, los condes de Barcelona dominarán, directa o indirectamente, una gran parte del territorio. Así, Ramon Berenguer I adquirirá los derechos señoriales sobre Carcassona y Rasès y Ramon Berenguer III, casado con Dolça de Provença, se anexionará los territorios de Provenza, Millau, Gavaldà i Carlat. La expansión continuará durante el período de Alfonso I el Casto. (Occitània, constituye hoy la mitad meridional del Estado francés. Está formado por las regiones de Gascunya, Guiena, Llemosí, Alvèrnia, Delfinat, Provença y Languedoc.)

En 1166, el rey ALFONSO II de Aragón se pone de acuerdo con el prior de la cartuja de Grenoble (Francia) para establecer una comunidad de esta orden en sus estados, y les cede tierras para que funden un monasterio dedicado a la Asumpció de la Mare de Déu. De esta manera se construye el Priorato de Scala Dei, primero de los establecidos en la Península Ibérica.