En la fecha, son reducidos, por ESPARTERO, los últimos núcleos carlistas de Aragón y Catalunya. Al final de la lucha ESPARTERO es duque de la Victoria y de Morella, conde de Luchana y teniente general.

Los azares de la patria empujan, en la fecha, a Francisco Palau, al exilio en Francia, comenzando una larga etapa de exiliado que durará once años, hasta 1851. Tres facetas dominan su vida durante estos años: vida contemplativa en la soledad, dirección espiritual de los grupos de solitarios (hombres y mujeres) que se le unen y la defensa de la Iglesia a través de sus escritos.

Se aprueba por la autoridad competente en Cuba, la sociedad, «Sociedad de Beneficencia de Naturales de Catalunya» creada por dos comerciantes catalanes emigrados a Cuba. Esta entidad filantrópica es la primera de origen extranjero creada en América.

El Boletín ‘Lo Pare Arcàngel’ (1841) es la primera publicación periódica redactada en catalán en el siglo XIX. ‘Lo Pare Arcàngel’ es una publicación humorística de muy corta duración, ya que nada más se publicarán tres números.

Joaquim Rubió i Ors, Lo Gayté del Llobregat, publica, recogidos en un libro con un prólogo en el cual defiende de forma decidida la posibilidad y la necesidad de una literatura en lengua catalana, la serie de poemas que en lengua catalana ha publicado a lo largo de dos años en el Diario de Barcelona.

«Motín de las levitas» en Barcelona, sublevación motivada por la firma de un convenio comercial librecambista con Inglaterra, ruinoso para la industria nacional, y especialmente la catalana, lo que motivó la intervención de Espartero, que bombardearía sin piedad la población.

La acción de gobierno del Regente Espartero es poco acertada. Su liberalismo le impulsa a liberalizar el comercio de tal modo, que perjudica gravemente a la industria nacional, que no puede resistir la competencia extranjera. La ruina del ramo textil catalán, a causa de las importaciones de Inglaterra, desencadena una rebelión en Barcelona que es violentamente reprimida. En efecto, el propio general ESPARTERO se traslada a Barcelona y ordena el bombardeo de la ciudad desde el castillo de Montjuïc. En trece horas caen 1014 proyectiles sobre la ciudad que provocan una treintena de víctimas y la destrucción de varios edificios. El general castiga duramente la ciudad después de la rendición incondicional, obligándola a pagar una multa de doce millones de reales y los costes de rehacer la Ciudadela. El hecho provocará consternación en toda España y esto acarrea el descrédito del general, que poco después se verá obligado a abandonar el cargo de regente y huir a Inglaterra.

El sentimiento de superioridad de pertenecer a un país que se industrializaba en una España que permanecía atrasada, lleva a los catalanes a no resignarse a la inferioridad política y a la dependencia cultural de la España castellana o castellanizada. El desarrollo económico que diferenciaba a Catalunya, fue la sólida base material sobre la que se edificó la Renaixença, que favorecida por el romanticismo, no se agotó con él sino que continuó después, alentando literariamente al catalanismo político.

Si por un lado la implantación del Estado liberal, a pesar de todas las deficiencias indicadas, había favorecido la industrialización de Catalunya, por otro lado representó una centralización y una uniformización más efectivas que bajo la monarquía absoluta. La participación de los catalanes en el Estado siguió siendo mínima. Del total de más de novecientos ministros que tuvieron los gobiernos españoles entre 1833 y 1901, sólo 25 fueron catalanes, un 2,7 por 100, porcentaje muy inferior al que le habría correspondido a Catalunya atendiendo a la proporción de su población sobre el conjunto español: el 10 por 100.

A mediados del siglo XIX se consolida una tendencia realista en la pintura catalana. La cultivan Benet Mercadé, el retratista Antoni Caba y, sobre todo, el barcelonés Ramon Martí i Alsina, considerado el gran maestro de la pintura realista, que hará una copiosa producción. Uno de los discípulos más destacados de Martí i Alsina es Joaquim Vayreda, nacido en 1843, el iniciador de la llamada escuela de Olot que tendrá un gran éxito entre las clases medias catalanas. Los encantos del paisajismo de Olot, harán de la Garrotxa un camino obligado para los pintores realistas de final de siglo. El gènero escultórico más destacado es el de la estatua retrato o commemorativa para colocar en las calles, las plazas y los parques. Destacan la estatua del marquès de Comillas de Venanci Vallmitjana, la «Dama del Paraigües» de Joan Roig Solé, los relieves de Josep Llimona y la intervención de Agapit Vallmitjana en el monumento a Colón.