A primeros de este mes, Francisco Palau se desplaza hasta Calasanz (Huesca) empeñado con su opción de atender a los mas postergados y desposeídos de la sociedad de su tiempo: los contagiados por la peste. Lo hace junto a quienes han hecho camino de vida con él.

En Santa Cruz de Vallcarca-Horta-Barcelona, Francisco Palau erige un Hospital dedicado únicamente a la asistencia material y espiritual de gente abandonada y marginada de la sociedad. Pero las fuerzas del mal se confabulan hasta conseguir la ruina del Hospital y el encarcelamiento de su fundador. La sentencia de 16 de marzo de 1872, favorable a las lnculpaciones por este acontecimiento, no llegará a conocerla el Padre Palau.

En la fecha, fallece Francisco Palau y Quer -el Padre Palau- en Tarragona, a los 61 años de edad.

Durante el verano son sometidas las partidas carlistas de Navarra y del País Vasco, pero las de Catalunya incrementan su número y actividades, alentadas por el hermano del pretendiente. Sin embargo, no consiguen calar en el pueblo. Algo parecido ocurre en Aragón, donde las partidas de El Pasiego y Manuel Marco llevan a cabo algunas acciones con éxito.

Los republicanos federales -los primeros catalanistas para muchos- no asumen la bandera catalana como parte de su iconografía. En el anverso de su «estandarte federal» de 1873, sobre dos triángulos concéntricos está escrito: «Estado catalán» (en castellano), en el triángulo más pequeño se lee «Club de los federalistas» y aparece entre los triángulos el trilema «Libertad, Igualdad, Fraternidad» y debajo «Pacto». En el reverso, simplemente se lee «República-Democrática-Federal». Estos primeros catalanistas obvian la bandera y lengua catalanas para su estandarte, lo cual evidencia que todavía no tiene el sentido político que se le dará más adelante. Por otra parte, «Cent anys de catalanisme», editado por la Generalitat de Catalunya que recoge la proclamación de la I República española en Barcelona, presenta un grabado de este momento en el que entre la multitud no aparece ni una sola bandera catalana y, en cambio, aparecen banderas españolas bicolores que seguirá siendo la bandera de la I República.

Mossèn Cinto publica la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Deja Viñolas de Orís por cuestiones de salud y va a Vic. Hace una excursión al Rosellón y contempla el Canigó, parece que por primera vez.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX el Prat inicia un proceso de transformaciones que rompe con su aislamiento secular. El Prat no dispone de otro sistema para atravesar el río que la barcaza de paso. El 1 de junio de 1873, para poner fin a esta situación, se inaugura el primer puente sobre el río Llobregat. Ha sido financiado por Ferran Puig y por eso es conocido con su nombre y también como «puente de los carros» por el continuo tráfico de carruajes. Es un puente metálico y para atravesarlo hay que pagar peaje. Ferran Puig, el mayor propietario de tierras, se ha visto obligado a su construcción principalmente por la necesidad de dar salida a sus productos. Con motivo de la inauguración de este puente, se forman dos coros, el de los «viejos» y el de los «jóvenes», coros improvisados con aficionados de los que luego surgirán dos grupos organizados «Lo Llobregat» (1892) y «Las Flors» (1891) que, en el siglo XX se acabarán uniendo formando «Lo Llobregat de les flors».

Los carlistas, dirigidos por el guerrillero Savalls, el 9 de julio derrotan en Alpens a las fuerzas republicanas y, poco después, toma Igualada.

Mossèn Cinto entra de capellán en la Compañía Transatlántica, del marqués de Comillas, que viaja entre la península y La Habana. Así, encuentra el poeta tiempo y estímulos para coronar L’Atlàntida (La Atlántida, 1877), el ambicioso poema que, premiado en los Jocs Florals, cimentará su fama internacional.

Los carlistas llegan a ocupar en Catalunya ciudades importantes como la Seu d’Urgell, Igulada, Vic y Olot. Por otra parte, la villa de Prades (El Baix Camp), en la fecha, vuelve a ser castigada por su carlismo y quemada nuevamente. El Niño de Prades (Pere Balsells i Masgoret), con menos de veinte años, destaca en esta tercera guerra carlista (1872-1876).