El enfrentamiento entre los dos Pedros se conocerá en la historia como la «Guerra de los Dos Pedros»: PEDRO el Ceremonioso de Aragón y su homónimo PEDRO I de Castilla, el Cruel. PEDRO el Ceremonioso utiliza como fuerza de choque a los castellanos exiliados, a cuyo frente se pone ENRIQUE de Trastámara. La triple ofensiva montada por PEDRO I falla y, a continuación, Alicante se subleva contra los castellanos. La sucesión en la Corona de Castilla enfrenta a los infantes catalanes Fernando y Juan, hijos de Alfonso IV de Aragón y hermanastros del rey PEDRO IV el Ceremonioso, y el hermano ilegítimo de PEDRO I el Cruel, el pretendiente ENRIQUE de Trastámara.
ENRIQUE de Trastámara (Infante de Aragón, hijo de Fernando de Antequera)
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JAIME IV, aliado con ENRIQUE de Trastámara, combate contra Aragón.
JAIME IV, ayuda a PEDRO el Cruel de Castilla y cae prisionero en Burgos, y aliado después con ENRIQUE de Trastámara, combate contra Aragón, con el deseo de recuperar su reino, del que sólo ha sido rey titular, aspiración que no logró ver realizada.
PEDRO I el Cruel asedia la ciudad de Valencia. Cuando esta ciudad recibe ayuda, PEDRO retrocede.
En la siguiente ofensiva de PEDRO I el Cruel contra Aragón, el ejército castellano, en el que participan navarros, portugueses y granadinos, se encamina hacia el Maestrazgo, dejando tras de sí un rastro de sangre y horror. En la fecha, PEDRO I el Cruel asedia la ciudad de Valencia. Cuando esta ciudad recibe la ayuda de las fuerzas conjuntas de ENRIQUE de Trastámara y FERNANDO de Aragón (hijo de Alfonso IV y Leonor), PEDRO I se verá en la necesidad de retroceder hasta Murviedro.
CARLOS II el Malo de Navarra, se une a PEDRO el Ceremonioso contra PEDRO el Cruel de Castilla.
CARLOS II el Malo, con una actitud que adoptará muchas veces a lo largo de su reinado, rompe su primera alianza y se une a PEDRO el Ceremonioso y a ENRIQUE de Trastámara contra PEDRO I de Castilla. En este caso y en muchos otros se refleja la que será siempre su máxima preocupación; conseguir para Navarra una salida al mar, condición indispensable para que pueda ser un reino verdaderamente independiente. El pacto con PEDRO el Ceremonioso se firma, en la fecha, en Uncastillo y en él se determina que, a cambio de su ayuda, recibirá una fuerte compensación económica.
Se firma el desastroso acuerdo de paz de Murviedro, en el que la Corona de Aragón se reconoce vencida.
Se firma el desastroso acuerdo de paz de Murviedro, en el que la Corona de Aragón se reconoce vencida. En virtud del mismo, JUANA de Aragón se casará con PEDRO I de Castilla, llevando como dote Calatayud, Zaragoza y Teruel con sus castillos, mientras que ISABEL de Padilla se casará con el infante ALFONSO de Aragón, que aportará una parte del reino de Valencia. Sin embargo el tratado no llega a cumplirse ya que es precisamente PEDRO I de Castilla, el beneficiario del mismo, quien se niega a cumplirlo si no le son entregados ENRIQUE de Trastámara y el infante FERNANDO, que se encuentran refugiados en Aragón.
FERNANDO I encarga a su hijo ENRIQUE que controle el Consejo real castellano.
FERNANDO I encarga asimismo a su hijo ENRIQUE que controle el Consejo real castellano. Por otra parte, encarga al nuevo arzobispo de Toledo, SANCHO de Rojas, un partido que defienda sus intereses dentro de dicho Consejo real de Castilla.
ENRIQUE concede títulos hasta entonces reservados a la familia. Álvaro de Luna recibe el título de conde.
El infante ENRIQUE, con el rey JUAN II de Castilla en sus manos y apoyándose en la baja nobleza y en las Cortes, concede títulos hasta entonces reservados a la familia. Es entonces cuando ÁLVARO de Luna (que llegará a ser el favorito del rey), que forma parte del reducido séquito que permanece junto al rey, recibe el de conde de San Esteban de Gormaz. Álvaro de Luna, hijo bastardo del señor de Cañete y sobrino del arzobispo PEDRO de Luna, ha permanecido desde su infancia junto al rey.
Las discordias entre los hijos de FERNANDO, JUAN y ENRIQUE, dan lugar a la creación de dos partidos.
Las discordias entre los hijos de FERNANDO de Antequera, el infante JUAN (futuro Juan II rey de Navarra y Aragón) y el infante ENRIQUE, dan lugar a la creación de dos partidos. Aprovechando que JUAN se encuentra en Navarra para contraer matrimonio con BLANCA, ENRIQUE aprovecha la ocasión para convocar Cortes en Valladolid, que luego pasan a Tordesillas. La crítica a la acción de gobierno que éstas hacen y que ENRIQUE permite, le sirven de excusa para que, en la fecha, se apodere del rey, JUAN II de Castilla, y, mientras lo mantiene en estrecha custodia, modificar el Consejo Real. Ante ello, el infante JUAN reúne tropas en la ciudad de Peñafiel, cuyo ducado le pertenece, y se dispone a atacar a su hermano. Sólo la intervención de Leonor, su madre, impide el enfrentamiento directo.
ÁLVARO de Luna, ayuda al rey JUAN II de Castilla a escapar de las manos del infante ENRIQUE
La primera acción evidente del nuevo conde, ÁLVARO de Luna, conde de San esteban de Gormaz, la realiza, en la fecha, ayudando al rey JUAN II de Castilla a escapar de las manos del infante ENRIQUE, aprovechando una cacería, y a refugiarse en el castillo de Montalbán. Al entretenerse ENRIQUE en su intento de volver a hacerse con el rey, su hermano JUAN tiene tiempo de movilizar tropas que contrarresten cualquier intento. JUAN II de Castilla ordena entonces a ambos hermanos que licencien sus ejércitos en tanto él decide las medidas a tomar.
El infante Juan controla ahora el Consejo. El infate Enrique ha sido encarcelado.
La libertad del rey provoca la renovación del Consejo, que es ahora controlado por el infante JUAN, quien lanza gravísimas acusaciones contra su hermano el infante ENRIQUE y tres de sus más estrechos colaboradores. ENRIQUE es encarcelado.