ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC)

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Con la llegada de los romanos a la península Ibérica, ésta entra a formar parte de la historia escrita.


Con la llegada de los romanos a la península Ibérica, ésta empieza a formar parte de la historia escrita. Los geógrafos e historiadores griegos y romanos, nos describirán los diversos pueblos que habitan estas tierras. En efecto, en aquellos años, la Península Ibérica está poblada por diversos pueblos de culturas y etnias distintas, muy lejos de formar un compacto grupo unido o una sola civilización. En el centro, están los pueblos própiamente celtíberos de los arévacos y carpetanos. Al oeste, en tierra de campos, los vacceos y los vettones, ocupando Palencia y parte del suroeste burgalés. Los astures y cántabros, ocupan el norte de la provincia de Burgos, así como la actual Cantabria y la parte oriental de Asturias. Más hacia el Oriente, los autrigones, los caristios, los várdulos y los vascones. Entonces, están los pueblos íberos siguiendo toda la costa del Mediterráneo: jacetanos, layetanos. Ilergetas, cosetanos, ilercavones, etc, etc. Y en el sur: los oretanos, bastetanos, turdetanos…

Bajo el nombre de Hispania los romanos distinguirán a la península hasta los años finales del siglo V dC.


Con el sometimiento de los pueblos indígenas de la Península Ibérica por el imperialismo romano, la cultura de este substrato primigenio se perderá de una forma irreparable debido a la aculturización a la que será sometida por los romanos, el latín se convertirá en el nuevo idioma y la ciudad se convertirá en el centro de vida social. Bajo el nombre de Hispania, que acoge a todos los habitantes de la Península Ibérica, los romanos distinguirán a la península hasta los años finales del siglo V dC. Los testimonios más antiguos de la palabra “Hispania” se encuentran en el historiador romano, amigo de Augusto, Tito Livio, al narrar los sucesos de la Segunda Guerra Púnica (219-202 aC) acaecidos en la Península Ibérica.

Para cumplir con su objetivo, los romanos se dirigen hacia el sur y vencen a los cartagineses.


Para cumplir con su objetivo, los romanos, en Hispania, se dirigen -en la fecha- hacia el sur y vencen a las tropas cartaginesas dirigidas por Hannón cerca del oppidum de Cisse o Cesse (quizá Tarraco), capital de los cosetanos, estableciendo allí su cuartel general (castrum) y considerándose fundada la ciudad de Tarraco. Los íberos se dividen: los de la costa se alian con Roma y los del interior con Cartago. Por lo que los romanos inician, desde Tarraco, una campaña contra los ilergetas, tomando Atanagrum y derrotando a los lacetanos y a los ausetanos.

Desde que ponen el pie en la Península Ibérica, los romanos aprovechan las rutas de comunicación.


Desde que ponen el pie en la Península Ibérica, los romanos aprovechan las rutas de comunicación existentes con anterioridad a su llegada. Tales rutas son en su mayoría caminos de herradura no aptos para el tráfico con carretas, que es el que los romanos desarrollarán mayormente. Tanto la actividad comercial como la comunicación entre las ciudades y de éstas con la metrópoli precisarán de la existencia de una amplia red viaria, que Roma se preocupará de crear y conservar. Las grantes arterias estarán enlazadas entre sí por varias vías menores, que facilitarán las comunicaciones en un complejo entramado vial.

ANÍBAL BARCA derrota a los romanos en la batalla de Trasimeno, junto al lago del mismo nombre.


ANÍBAL BARCA derrota a los romanos por tercera vez desde que ha entrado en Italia. Esta vez lo consigue en la batalla de Trasimeno, junto al lago del mismo nombre. ANÍBAL da un nuevo golpe al poder de Roma. En su expedición sobre Italia, ANÍBAL ha dado ya un toque de atención en las batallas de Tesino y de Trebia. Ahora, junto al lago Trasimeno, la gran victoria obtenida sobre las fuerzas del cónsul Gayo Flaminio Nepote amenaza de forma muy directa el poder de Roma. Frente al reducido número de bajas cartaginesas, los romanos cuentan gran cantidad de muertos, heridos y prisioneros. Ya nada se interpone entre Aníbal y Roma.

Los romanos que siguen hacia el sur, derrotan al cartaginés Asdrúbal Barca cerca de Hibera (Tortosa)


En la Península Ibérica, los romanos siguen por la costa de Levante hacia el sur, y en el año 216 aC. derrotan al cartaginés ASDRÚBAL Barca, hermano de ANIBAL Barca, cerca de Hibera (Tortosa) en la desembocadura del Ebro. ASDRÚBAL dirige una doble ofensiva púnica por tierra y por mar que es desbaratada por los romanos, quienes -apoyados por naves massaliotas- sorprenden a la flota cartaginesa fondeada en la desembocadura del Ebro y le causa graves daños (Batalla del Ebro). Las posiciones púnicas quedan fijadas al sur de dicho río. Los romanos comprenden enseguida la importancia estratégica de Tortosa. Hay que tener en cuenta que en estos años no se ha formado todavía el Delta del Ebro. La antigua línea de costa, coincide más o menos con la actual carretera Nacional 340 Barcelona-Valencia pasando por dentro de Amposta y la Rápita. Los romanos, por consiguiente, atracan su barcos en el puerto de Amposta.

Aníbal, pasando de largo ante la ciudad de Roma, se dirige hacia el Sur.


La llegada a Italia y los éxitos militares de ANÍBAL siembra de pánico la capital. En las calles, la muchedumbre aterrorizada no deja de gritar: Anibal ante portas!, ¡Aníbal a las puertas de Roma!. Las murallas de la ciudad han olvidado ya la última vez que tuvieron que hacer frente a una amenaza semejante, y no resistirían un asedio. Las únicas legiones disponibles se hallan en Hispania; los generales que podrían encabezar una resistencia desesperada, a semanas de distancia. Roma está perdida. Pero, misteriosamente, ANÍBAL no descarga el golpe. El cartaginés comprende que la verdadera fuerza de Roma no se esconde tras sus muros. Si se detiene ante la capital, si compromete a su ejército en un asedio que puede durar semanas, corre el riesgo de ser sorprendido en cualquier momento por los pueblos itálicos del Sur o por las legiones que vuelvan de Hispania desde el Norte. Para derrotar definitivamente a Roma ANÍBAL necesita dos cosas: obtener refuerzos de Cartago y privar a Roma de sus aliados itálicos. Por eso, pasando de largo ante la ciudad, se dirige hacia el Sur.

Victoria de ANIBAL sobre los romanos, en Cannas, considerada una obra maestra de la táctica militar.


Aprovechando el respiro, Roma, cuyos recursos parecen inagotables, reúne un nuevo ejército de ochenta mil hombres dirigido por Terencio Varro. Este ejército, es el mayor que nunca haya comandado un general romano, y, en la fecha, se enfrenta con Aníbal en la llanura de Cannas. La desigualdad de efectivos es de tres a uno a favor de los romanos. Pero, a pesar de ello, Aníbal consigue envolver al ejército enemigo y aniquilarlo completamente. La batalla de Cannas se recordará como uno de los mayores prodigios de estrategia militar de todos los tiempos. Libre de toda oposición, ANÍBAL intensifica su actividad diplomática, tratando de convencer a los aliados de Roma de que abracen la causa cartaginesa. Tiene éxito con algunos pueblos, si bien la mayoría prefiere permanecer leal a Roma o expectante. Reclama nuevos refuerzos de Cartago, pero la ciudad no se atreve a desviar todos sus efectivos y quedar tan desprotegida como Roma.

Los romanos cruzan por primera vez el río Ebro y conquistan Sagunto.


Los romanos cruzan por primera vez el río Ebro y se encaminan por las tierras del sur hasta Sagunto, ciudad que conquistan en el año 215 aC., tomándola como punto de apoyo para proseguir su conquista por el Levante y por las tierras del Guadalquivir.