OCALÁN se dirige hacia Grecia, cuyas autoridades tampoco le permiten aterrizar.

Así, pues, los jefes de Estado de la República Turca del Norte de Chipre y de la República de Chipre, el turcochipriota Rauf Denttash y el grecochipriota Glafcos Clerides, se entrevistan para resolver las diferencias entre ambas partes de la isla. Turquía parece dispuesta a negociar, aunque sea tímidamente, y Grecia ha renunciado a la Enosis. Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha propuesto un plan para resolver el conflicto. Según este proyecto, las dos comunidades reconocerían que Chipre es su “casa común” y formarían parte del mismo estado, tomando como modelo el sistema federal vigente en Suiza. La incorporación de la República de Chipre a la Unión Europea está prevista para el año 2004. En cambio la República Turca del Norte de Chipre continúa aislada internacionalmente.

Las autoridades turco chipriotas flexibilizan a los residentes greco chipriotas, las condiciones exigidas para que éstos últimos crucen a la zona norte del país: en lugar de exhibir sus pasaportes, los greco chipriotas cruzarán los puntos de control usando sólo sus documentos de identidad. Según las autoridades turco chipriotas, la medida mejorará el contacto entre las personas de una y otra parte del dividido país.

La República de Chipre entra a formar parte de la UE junto a otros nueve países, como miembro pleno a la UE, extendiéndose a 25 la cantidad total de miembros de la organización. Chipre entra sólo en su parte sur grecochipriota. Los grecochipriotas, pues, se integrarán, pero los turcochipriotas, cuyo Gobierno no es reconocido internacionalmente, deberán primero aprobar un plan de Naciones Unidas sobre un gobierno federal para la isla. Aun así, los turcochipriotas viejos dudan, pues aún guardan malos recuerdos de anteriores gobiernos conjuntos. Por otra parte, Turquía trata de usar a Chipre como rehén en su negociación para acelerar su propia entrada en la UE. Pero si los turcos se niegan a dialogar corren el riesgo de que cuando puedan entrar en la UE, Chipre que ya será un Estado miembro, vote en contra de que lo haga.

Al acabar este año, la situación en Chipre es la siguiente: a) Turquía: Sus tropas permanecen en la isla desde 1974 para defender a la comunidad turcochipriota. Ankara aboga por el “taksim” o separación de las comunidades griega y turca de la isla en dos Estados, que, en todo caso, podrían aduar conjuntamente como una confederación. b) Grecia: Aboga por la enosis o integración de Chipre. Aparentemente, la independen cia de la isla en 1960 supuso el abandono de tal aspiración, pero Gracia ha buscado siempre un destacado protagonismo en Chipre erigiéndose en defensora de los intereses grecochipriotas c) OTAN: Grecia y Turquía son dos piezas fundamentales en la defensa del flanco sur de la Alianza Atlántica. Sus continuas disputas en el mar Egeo siempre han sido un quebradero de cabeza, pero Chipre es el barril de pólvora más potente entre estos vecinos mal avenidos. El Cuartel General de la OTAN practica una política de gran opacidad informativa en el contencioso greco-turco en general y chipriota en particular. d) UE: Bruselas ha lanzado el órdago, de la integración chipriota como premio a tan próspero país europeo, pero también como experimento para controlar sus actividades económicas menos claras y como laboratorio para solucionar conflictos interétnicos. Si la experiencia tuviera éxito, podría contribuir al apaciguamiento definitivo de las tensiones entre Grecia y Turquía.

Los parlamentarios de Grecia ratifican, en la fecha, la Constitución europea con una mayoría aplastante.

Vladimir Putin ha dado un nuevo paso en su ambiciosa política para consolidar el nuevo papel de Rusia como gran proveedor energético mundial. El presidente ruso sella en Atenas un relevante acuerdo a tres bandas con Grecia y Bulgaria para la construcción y explotación de un gran oleoducto que garantizará el transporte del gas y el petróleo rusos hacia los mercados occidentales evitando la saturada ruta marítima del Bósforo. El proyecto, cuyo coste puede ascender a 900 millones de euros, deberá ser desarrollado y ratificado antes de final de año por los tres gobiernos involucrados en la operación.

El oleoducto, cuya construcción han acordado Rusia, Bulgaria y Grecia, pondrá fin a catorce años de discordia entre los tres países, especialmente por las reservas de Rusia sobre la viabilidad económica de la obra. La nueva situación creada por el precio del crudo ha variado la posición de Moscú, decidido a jugar todas sus cartas en el escenario energético global. El oleoducto en proyecto tendrá 280 kilómetros de longitud y unirá la terminal portuaria búlgara de Burgas con el puerto de Alejandrópolis, en Grecia. Esta obra permitirá exportar a los mercados internacionales el crudo del Caspio a través de una gran tubería que conectará el mar Negro y el norte del Egeo. Así, el gigante estatal Gazprom, brazo industrial de la política energética del Kremlin, dispondrá de una salida directa para inyectar carburante hacia el Mediterráneo desde el enclave de Novorosysk, mediante transporte en barco hasta la futura planta de Burgas y desde allí hasta Alejandrópolis a través del oleoducto.

El cambio vuelve a Grecia con un Papandreu de nuevo en el poder. Tras dos elecciones legislativas – 2004 y 2007-en las que ha perdido ante el conservador Kostas Karamanlis, Giorgos Papandreu triunfa, en la fecha, al frente del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y podrá formar gobierno por primera vez sin necesidad de unas coaliciones casi imposibles. El voto de hoy refleja el deseo de un cambio, aunque la gente no acaba de depositar toda su confianza en los artífices de ese cambio. Los electores han olvidado la corrupción también instalada en anteriores ejecutivos del Pasok. En el arco parlamentario se mantienen prácticamente los mismos partidos.