ALIADOS (Países opuestos a las Potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial)

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El Reich se halla rodeado, y parte de la lucha se desarrolla dentro de sus fronteras.


Desde un punto de vista militar, el Reich se halla rodeado, y parte de la lucha se desarrolla dentro de sus fronteras. Tras haber consumido las últimas reservas en la fracasada ofensiva de las Ardenas, la carencia de medios resulta evidente. La creación de una milicia popular (Volkssturm) y el llamamiento a filas de la quinta de 1929 significan que todos los varones de entre 16 y 60 años capaces de empuñar un arma han sido ya alistados. Su movilización es una prueba inequívoca de que el régimen se ha instalado en una posición de resistencia numantina, aun a costa de que Alemania entera perezca. Uno a uno, los antaño aliados han ido abandonando su campo. Primero ha sido Rumanía, seguida por Finlandia y por Bulgaria después. Además de los estados satélites de Eslovaquia y Croacia, sólo continúan luchando a su lado lo que queda de la Hungría de Ferenc Szalasi (colocado en el poder por Hitler) y la cada vez más reducida República Social Italiana de Benito Mussolini. Mientras, Japón, desde el primer día, desarrolla más mal que bien su propia guerra.

Las ciudades del Reich son sistemáticamente arrasadas por grandes formaciones de bombardeo.


Las ciudades del Reich son sistemáticamente arrasadas por grandes formaciones de bombardeo, que tanto de día (norteamericanos) como de noche (británicos) las van convirtiendo en llameantes teas. Los escasos aparatos de la Luftwaffe sólo pueden impedir a unos pocos bombarderos aliados llegar a su destino. Gran número de ancianos y niños han sido ya trasladados al ámbito rural, mucho menos afectado por las destrucciones, pero la mayor parte de los ciudadanos siguen residiendo en sus ciudades. Además, las ciudades situadas más al este, como Breslau, Dresde o Königsberg, ven crecer el número de habitantes con el constante aluvión de refugiados que huyen del Ejército Rojo que avanza desde Rusia. Con su proverbial disciplina (a la que no resulta ajeno el severo control ejercido por las autoridades), los alemanes procuran continuar con sus actividades cotidianas. Y Y todo ello a pesar de las largas horas que deben pasar en los insuficientes refugios antiaéreos, a los que los extranjeros tienen prohibido el acceso.

A comienzos de año 1945, HITLER se retira a las profundidades de un búnker en Berlín .


A comienzos de año 1945, HITLER se retira a las profundidades de un búnker en Berlín y, salvo en una o dos ocasiones, nunca más saldrá de él. Mientras tanto, los ejércitos aliados, cada uno por su lado, van acercándose.

El Ejército Rojo se lanza al ataque. “¡Matad! iMatad! No hay inocentes entre los alemanes.


La Batalla de Las Ardenas, aunque aún registrará algunos coletazos y aunque los aliados tardarán semanas en recuperar lo perdido, ya está terminada cuando, en el Este, en la fecha, estalla la más temida de las tormentas. El Ejército Rojo, que lleva dos meses casi inactivo, reforzándose y situándose para la ofensiva final, se lanza al ataque. “¡Matad! iMatad! No hay inocentes entre los alemanes. Obedeced las órdenes de vuestro camarada Stalin, destruyendo para siempre a la bestia negra en su guarida. Mancillad el orgullo racial de las mujeres alemanas. Tomadlas como legítimo botín”, arenga el activista rojo, Ilia Ehrenburg, a los ejércitos de Rokossovski, Koniev, Zúkov, Malinovski y Tolbukin que se disponen a atacar en un frente de 1.200 kilómetros, desde Hungría al Mar Báltico. Se trata de la operación Vístula-Oder.

HITLER dispone que el 6º Ejército Acorazado de las SS, se traslade a Hungría.


Por algunas indicaciones que da HITLER a los austríacos sobre la formación de partidas de voluntarios, adiestrados en la lucha antitanque, se supone que acaricia la idea de formar en toda esa zona y sur de Alemania una última isla de resistencia, a la espera de la ruptura entre los aliados occidentales y los soviéticos que, según creen los jerifaltes nazis, está a punto de producirse. Allí espera contar con medios materiales importantes, con una geografía favorable a la defensa y con sus partidarios más fanáticos. Por eso, Hitler se dispone a jugarse el resto en Europa central. A espaldas de su jefe de Estado Mayor, Heinz Guderian, dispone que el 6º Ejército Acorazado de las SS al mando de Sepp Dietrich, se traslade a Hungría.

En Yalta se establecen las fronteras de la nueva Polonia.


En Yalta se establecen las fronteras de la nueva Polonia. En Polonia, los territorios orientales de la República Polaca pertenecerán a la URSS, Polonia misma se encontrará dentro del ámbito de la influencia soviética. La única concesión por parte de STALIN será el acuerdo a conceder a Polonia los terrenos situados en la cuenca del río Oder y la antigua Prusia Oriental. Este gesto está hecho con vistas al nuevo gobierno polaco creado en la URSS con la participación de los comunistas y aliados de Stalin. Dos Ejércitos Polacos están combatiendo bajo el mando del Ejército Rojo. Una vez más Polonia sale devastada de una guerra entre potencias, habiendo perdido la quinta parte del territorio anterior a la guerra y un tercio de la población; el patrimonio nacional disminuye en un 38%. El problema de la naturaleza del régimen político se complica por la existencia de dos gobiernos rivales: el de Londres, apoyadopor los anglo-americanos, y el de Lublin, apoyado por los soviéticos.

Los aliados bombardean de noche con más de mil bombarderos la ciudad de Dresde, en Alemania.


Los aliados bombardean de noche con más de mil bombarderos, la ciudad de Dresde (Dresden), en Alemania. Las verdaderas razones para justificar tal operación son difíciles de asimilar. La ciudad de Dresde no tiene ningún valor militar. No hay fuerzas destacadas en esa ciudad. No existen industrias bélicas y no constituye ningún obstáculo para el avance de las fuerzas aliadas. Dresde, una ciudad a orillas del río Elba, ubicada al este, sureste de Lipzigs un centro de reunión de refugiados, de heridos y enfermos y donde se encuentran más de 26.000 prisioneros de guerra aliados. Es decir, una ciudad de desvalidos. Lejos están los años cuando Dresde fue un centro de producción de fina porcelana. Este ataque produce unos veinticinco mil muertos la mayoría de ellos, civiles. Dresde tenía 650.000 habitantes, pero el grueso de la población ha huido antes del bombardeo. Las responsabilidades de este acto, uno de los más bárbaros de la guerra, que se salda con 150.000-200.000 muertos, fueron rechazadas por todos los países responsables del bombardeo.

A principios de marzo, los Aliados alcanzan el Rin y lo atraviesan por el puente de Remagen.


A principios de marzo, los Aliados ocupan la ribera occidental del Rin desde los Países Bajos hasta Coblenza. Cuando descubren que un puente, en Remagen, no ha sido volado, se apresuran a cruzarlo el 7 de marzo. Tras ello, las fuerzas anglo-norteamericanas lograrán encerrar al grueso de las alemanas que se les enfrenta en una gran bolsa en el Ruhr.

Tanto gaullistas como vichystas creen contar con la fidelidad de los indochinos.


En Francia, la administración vichysta del almirante Decoux procura aguantar la guerra mundial con el mínimo desgaste en Indochina y sin provocar a Japón. Para los gaullistas se trata de saber cuándo reintegrar a Indochina en la guerra a fin de participar en la victoria sobre Japón. Tanto gaullistas como vichystas creen contar con la fidelidad de los indochinos. La metrópoli no sospecha un cambio político en el país y únicamente teme un ataque nipón o de los aliados anglosajones.

JUAN de Borbón reclama desde Lausana (Suiza) la restauración de la monarquía borbónica en España.


La oposición monárquica en España, lanza su propia campaña, en la fecha, con el “Manifiesto de Lausana” que redacta don JUAN desde Suiza. En esta proclama, JUAN de Borbón compromete su posible regreso a España a un proceso democratizador, incompatible con FRANCO. El manifiesto democrático del conde de Barcelona promete también el respeto, en este hipotético nuevo régimen, a la personalidad específica de Catalunya y alude a “la monarquía tradicional como único instrumento de paz y concordia para reconciliar a los españoles”. Monárquicos catalanes como Santiago Nadal y el conde del Montseny, y regionalistas como Joan Ventosa y Calvell lo apoyan y son represaliados por FRANCO. El Ejército apoya firmemente a FRANCO y apenas hay disensiones por parte de los monárquicos civiles. Antonio Goicoechea, un líder monárquico bajo la república y gobernador del Banco de España con Franco, hace un ataque público a don JUAN.