El 12 de noviembre de 1940, HITLER se reúne en Berlin con Viácheslav Mijáilovich Molótov, ministro del Exterior de la Unión Soviética. HITLER manifiesta que Gran Bretaña está derrotada, y que la Unión Soviética puede tener su parte del Imperio británico si sigue las órdenes alemanas. Como se está produciendo una incursión aérea, la entrevista se desarrolla en un refugio subterráneo. «Si Gran Bretaña está derrotada -pregunta Molótov-, ¿por qué estamos aquí abajo y de quién son esos aviones?» Molótov se niega a aceptar las condiciones alemanas, y con ello se esfuma la última oportunidad de la Unión Soviética.
ADOLF HITLER
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Único encuentro personal entre el dictador italiano y el español en Bordighera, al noroeste de Italia.
La presión por parte de Alemania se hace más fuerte al iniciarse el año 1941 y el 6 de febrero HITLER envía a FRANCO una carta larga y muy dura, en la que le dice abiertamente que en una guerra hasta la muerte no pueden hacer regalos a España, y le amenaza asegurando que la derrota de Alemania dejará al Régimen español sin posibilidad de sobrevivir. La respuesta española es evasiva, lo que hace que HITLER se desespere y le pase el asunto a MUSSOLINI. Este encargo traerá como consecuencia el único encuentro personal entre el dictador italiano y el español en Bordighera, al noroeste de Italia, el 12 de febrero. Nada importante trasciende de la entrevista, salvo la identidad de puntos de vista entre ambos. MUSSOLINI, de hecho, admite que la iniciativa ha sido de HITLER y que la guerra va a ser larga, mientras algunos miembros de la comitiva italiana no pueden disimular su desmoralización.
Para invadir la URSS, HITLER necesita tropas de las naciones aliadas.
HITLER se propone desencadenar una invasión en una escala mucho más amplia de lo que hubiera estado al alcance de Carlos XII o de Napoleón. Éstos, en efecto, contaban con un número más bien escaso de soldados, la mayor parte a pie, y con unas comunicaciones que no habían avanzado materialmente desde los tiempos de Genghis Khan. Pero HITLER dispone de medios acorazados, vehículos, aviones y radio, y su propósito consiste en invadir a todo lo largo de la línea desde el océano Ártico hasta el mar Negro. Para esto, sin embargo, ni siquiera el ejército alemán es suficiente. HITLER necesita tropas de las naciones aliadas. En el Norte, Finlandia está dispuesta a ayudar, pues aún se siente agraviada por el asalto soviético de 1939, y desea recuperar su territorio perdido. En el Sur, Hungría, Rumania y Bulgaria son satélites de Alemania y también se muestran conformes con prestar su concurso.
En el centro de Rusia, las fuerzas alemanas siguen presionando para avanzar.
En el centro de Rusia, las fuerzas alemanas continúan presionando para avanzar, en medio de un tiempo muy desapacible. El 6 de diciembre de 1941 se han abierto paso hasta unos 40 km del centro de Moscú. Los alemanes se hallan en los suburbios de la capital, y las torres del Kremlin son visibles con prismáticos. Pero es todo lo lejos que puede llegar, y ninguna orden de Berlín logra que los soldados avancen más. No solamente esto sino que un fuerte contraataque de los rusos hace retirar a los alemanes más de 150 km. HITLER, furioso, destituye a Brauchitsch y a otros generales más, y toma personalmente el mando de los ejércitos, utilizando como intermediario a Wilhelm Keitel, un mariscal de campo al que HITLER aterra y que se limita a transmitir sus órdenes. Leningrado continua asediado, sometido a horribles sufrimientos, y la mayor parte de las conquistas alemanas en Rusia en 1941 se mantienen.
HITLER ordena, tras un asesinato, que el pueblo minero de Lidice sea «borrado de la faz de la tierra».
Karl Frank, el ayudante del asesinado Heydrich, amenaza con nuevas represalias si los asesinos no son encontrados. Como hay pocos indicios de que se apoye su decisión, Frank resuelve que el pueblo de Lidice sea castigado por ser uno de los más activos en contra de la ocupación nazi, entregando a la resistencia una gran cantidad de partisanos. HITLER apoya la decisión y ordena como resarcimiento, que este pueblo minero sea «borrado de la faz de la tierra».
HITLER no tardará en solicitar permiso para pasar con sus tropas por territorio español.
En España, en la reunión del gabinete del 16 de noviembre de 1942 se recibe un informe de la embajada en Berlín indicando que HITLER no tardará en solicitar permiso para pasar con sus tropas por territorio español. Algunos de los miembros más germanófilos del Gobierno, como Asensio, Arrese y Girón, exigen un mayor acercamiento al Tercer Reich, pero la mayoría apoya a Franco y Jordana a favor de mantener una postura no beligerante.
En Stalingrado, una veintena de generales alemanes, se rinden con sus tropas al ejército soviético.
Habiendo pasado los alemanes de sitiadores a sitiados en la bolsa de Stalingrado luchan con denuedo, a la desesperada, y los soviéticos van estrechando lentamente el cerco hasta que el 2 de febrero de 1943 lo que resta de las fuerzas alemanas es obligado a rendirse. El propio Friedrich Von Paulus y una veintena de generales alemanes con unos 90.000 soldados, caen prisioneros. HITLER está furioso: «Los soldados deberían haberse quitado la vida con sus armas, y los jefes con sus espadas. Este es el último mariscal de campo que nombro en esta guerra». De ahí en adelante, HITLER da preferencia a la Waffen-SS sobre el ejército regular. El Ejército Rojo recuperará Kurks, a pesar de que los alemanes, que esperan el comienzo de una ofensiva de primavera, tomarán Jarkov y Orel.
El complot Smolensk, una tentativa para asesinar a HITLER, no se lleva a efecto por fallos técnicos.
El complot Smolensk, una tentativa para asesinar a HITLER, es organizado por el general Von Tresckow, un oficial prusiano que se ha distinguido luchando en Polonia y en Francia, pero que acaba convencido de que Alemania irá a la ruina en la guerra con la Rusia soviética. El plan, en el que participan Gördeler, Tresckow, el general Friedrich Olbricht y Fabian von Schlabrendorff, es atraer a HITLER al cuartel general del ejército en la zona de Smolensk, donde servía Tresckow y asesinarle allí. Pero fallos técnicos impiden el éxito del complot que quedará aplazado para unos días después.
HITLER comienza a preparar su respuesta ante la capitulación del Reino de Italia frente a los aliados.
Desde el mismo momento en que tiene noticia del arresto de MUSSOLINI, el dictador alemán HITLER desconfía del nuevo Gobierno italiano de Pietro Badoglio y comienza a preparar su respuesta ante la inminente capitulación del Reino de Italia frente a los aliados. Los planes de HITLER incluyen, como punto fundamental, la liberación de MUSSOLINI y su restablecimiento en el poder, pese a las reticencias de muchos jerarcas nazis al regreso del Duce: HITLER prefiere que un nuevo Estado fascista facilite la acción de la Wehrmacht en territorio italiano antes que una abierta ocupación que obligue a sus tropas a moverse entre un frente de vanguardia y otro de retaguardia.
Firma del armisticio entre el gobierno italiano de BADOGLIO y los aliados.
Firma, en la fecha, del armisticio entre el gobierno italiano de BADOGLIO y los aliados. Parece ser que el Führer monta en cólera tras la firma del armisticio y ordena a las SS arrasar «a sangre y fuego» la Santa Sede y el traslado del Papa al principado de Liechtenstein, donde deberá permanecer como rehén de los alemanes. El plan no se cumplirá gracias a la oposición del oficial que va a dirigirlo: el general Karl Wolff, entonces comandante de las SS en Italia, quien logra disuadir a su superior. Este mismo día, los aliados -que ya estaban en Sicilia- desembarcan en diversas ciudades del sur de Italia.