Es nombrado Capitán General de Catalunya (1922-1923) después de haber ocupado algunos cargos militares, MIGUEL PRIMO DE RIVERA y Orbaneja. Ha luchado en las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos
DICTADURA DE MIGUEL PRIMO DE RIVERA. (1923-1930)
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Apenas 24 horas después del Manifiesto, Primo Rivera tomará el tren de Barcelona camino de Madrid. La Dictadura ha comenzado.
La noche misma del 14, apenas 24 horas después del Manifiesto, Primo Rivera tomará el tren de Barcelona camino de Madrid, donde Alfonso XIII ha requerido su presencia con la intención de encargarle la formación de un nuevo Gobierno. La Dictadura ha comenzado su andadura.
A comienzos de 1923, los sectores más radicales de la CNT se impusieron y quizá fueron incluso los causantes del asesinato del propio Salvador Seguí.
Las frecuentes detenciones de los dirigentes de la CNT más conocidos, que eran también los más moderados, impidió que se pudiera consolidar la tendencia sindicalista. En el año 1922 pareció poder llegar a triunfar cuando se repudió la anterior identificación con el comunismo. Pero de nuevo, a comienzos de 1923, los sectores más radicales se impusieron y quizá fueron incluso los causantes del asesinato del propio Salvador Seguí. Cuando se acercaba la Dictadura los sindicatos habían perdido fuerza y prestigio y, al mismo tiempo, reaparecía el terrorismo, diseñando una situación cuyo obvio resultado fue facilitar el golpe de Estado.
La Lliga pierde en Barcelona las elecciones provinciales. CAMBÓ dimite de sus cargos y se marcha de viaje.
La espiral de violencia vuelve a desencadenarse en Barcelona. La CNT y el Sindicato Libre se disputan el terreno. Las corporaciones patronales están hartas de la situación. El capitán general de Catalunya, Miguel PRIMO de RIVERA, tiene las simpatías de las fuerzas vivas barcelonesas y, además, parece favorable al regionalismo. La Lliga pierde en Barcelona las elecciones provinciales de junio de 1923. CAMBÓ, blanco de las críticas nacionalistas catalanas, dimite de sus cargos y se marcha de viaje.
Dos o tres ministros, entre ellos Manuel Portela Valladares, se oponen al golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera.
En los momentos iniciales, después de producirse el golpe de Estado del 13 de septiembre, tan sólo dos o tres ministros, entre ellos Manuel Portela Valladares, se oponen al mismo. El Presidente del Gobierno, Manuel García Prieto, declara que el golpe de Estado le libera de unas enojosas tareas gubernamentales y Santiago Alba, una de las principales figuras del gabinete, presenta su dimisión. Incluso futuros dirigentes del régimen republicano que se instaurará en 1931 también muestran su asentimiento ante el golpe de Estado: así lo hace el futuro presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora. Incluso Manuel Azaña, que nunca ha estado de acuerdo con el régimen de la Dictadura, reconoce que éste ha sido bien recibido por el país que está «presidido por la impotencia y la imbecilidad». También los intelectuales que leen y colaboran en el diario El Sol muestran una actitud de benévola expectativa y se puede afirmar que, desde luego, en un primer momento, no hay una oposición a PRIMO de RIVERA. La opinión pública responde al golpe de Estado con un entusiasmo que sólo es comparable al que dos años más tarde mostrará con el advenimiento del régimen republicano.
La Dictadura no se ha planteado como un régimen represivo y fascista, sino como un paréntesis hacia una situación liberal más perfecta.
La Dictadura no se ha planteado como un régimen absolutamente represivo y fascista, sino como un paréntesis hacia una situación liberal más perfecta. «Serenidad, sí; indiferencia, no», dice el editorial de El Socialista el día del golpe de Estado del 13 de septiembre; si por un lado se postula no apoyar al movimiento, por otro, al aconsejar abstenerse de movimientos estériles se repudia cualquier tipo de actuación en contra del régimen mediante huelgas o procedimientos subversivos. Esta relación no variará de manera sustancial en los años posteriores.
Miguel PRIMO de RIVERA, capitán general de Catalunya, manifiesta que inaugura e instala la Dictadura.
En la madrugada del 13 al 14 de septiembre de 1923, Miguel PRIMO de RIVERA, capitán general de Catalunya, lanza a los vientos de un país en crisis permanente, el manifiesto que inaugura e instala la Dictadura que se prolongará hasta finales de 1929 y que pone fin, momentáneamente, a la Constitución de 1876. «Españoles -empieza el citado manifiesto- ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que liberarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso».
También la burguesía catalana y dirigentes del Foment del Trebal nacional dan soporte al golpe de Estado de MIGUEL PRIMO DE RIVERA.
También la burguesía catalana da soporte al golpe de Estado de MIGUEL PRIMO DE RIVERA y dirigentes del Foment del Treball Nacional son los primeros en manifestar su adhesión. La dictadura, sin embargo, hará una política anticatalana.
En España, la Corona (Alfonso XIII), es incapaz de resolver la crisis política abierta dentro del marco constitucional.
En España, la Corona (Alfonso XIII), que está implicada de alguna forma en el desastre de Annual, es incapaz de resolver la crisis política abierta dentro del marco constitucional. Crisis política cuyos problemas más inmediatos consisten en el restablecimiento del orden público y la resolución de la guerra de Marruecos. A éstos responden unos problemas de fondo que no han encontrado solución en los anteriores años de intentos renovadores. Así, el régimen tenía que haber integrado a las nuevas clases en el marco político; tenía que haber acabado con la Indisciplina del Ejército y su intromisión en la política, resolviendo sus problemas estructurales; tenía que haber afrontado la cuestión regional, integrándola en el marco del Estado unitario, y, sobre todo, tenía que haber solucionado los problemas que se derivan de una estructura económica poco industrializada y distribuida de forma muy Irregular, de una agricultura explotada con técnicas arcaicas y que necesita una reforma de la propiedad, de una deficiente red comercial, así como de la escasez de medios de comunicación.
El capitán general de Catalunya, Miguel PRIMO de RIVERA, se propone solventar los problemas del país, a través de un golpe de Estado.
El capitán general de Catalunya, Miguel PRIMO de RIVERA, que goza de grandes simpatías en la región y que comprende el problema regional, se propone -con la ayuda del ejército peninsular y apoyado por la burguesía catalana, a la que ha prometido la resolución del pleito regional- solventar los problemas más inmediatos del país, a través de un golpe de Estado de carácter regeneracionista. El rey ALFONSO XIII no interviene en el golpe de Estado pero debe estar informado porque hay testimonios que ponen de manifiesto las palabras que sostuvo el rey con el ministro de Instrucciòn Pública «considero inevitable la formación de un gobierno militar». Dada la situación de anarquía del país, la población se muestra favorable al golpe de Estado.