Los sucesores de CARLOS I ya no tuvieron nada que ver con el Imperio Germánico, pero, en defensa del catolicismo, siguieron en estrecha colaboración con Austria. La lucha contra el protestantismo alemán, en teoría, era también una forma de mantener la soberanía en Flandes.

RICHELIEU es nombrado cardenal, tras la propuesta del rey LUIS XIII al papa GREGORIO XV, quien accede el 19 de abril de 1622.

Victorias católicas en las batallas de Wimpfen (6 de mayo), Hochst (20 de junio) y Fleurus (29 de agosto). Francia ante el empuje de los ejércitos imperiales, interviene en el conflicto en contra de España y del Imperio.

Nace en el seno de una familia acomodada el que será filósofo y matemático francés Blaise Pascal, en Clermont. Tras una intensa actividad científica, se retirará a Port-Royal, para dedicarse casi totalmente al ejercicio del pensamiento.

El cardenal RICHELIEU es nombrado primer ministro de Francia, cargo que ejerce bajo los reinados de LUIS XIII y LUIS XIV. En estos momentos, la guerra de los Treinta Años, conflicto civil y religioso surgido en los estados alemanes y que llega a ser una guerra europea general, se encuentra en su primera década. En general, el designio de RICHELIEU consiste en destruir las fuerzas internas de Francia que le disputan el poder al rey: por un lado la gran nobleza, y por otro las ciudades hugonotas armadas, que subsisten desde las guerras de religión. Fuera de Francia, su propósito es debilitar a los Habsburgo situados en las fronteras opuestas de Francia: en Austria y en España. Para lograrlo, aun siendo católico y cardenal, está más que dispuesto a establecer alianzas con las potencias protestantes que luchen contra los Habsburgo, prestándoles además ayuda financiera. Bajo su dirección, Francia alentará la efervescencia de la guerra de los treinta años, y actuará con tanto éxito que la causa de los Habsburgo quedará arruinada, y Francia emergerá como la primera potencia de Europa, si bien con un coste terrible para el pueblo alemán.

En la fecha, Francia, Venecia y Saboya se unen contra Génova, el principal aliado de los Habsburgo en el norte de Italia. Su puerto constituye el punto de partida del “camino español” y sus banqueros son fundamentales para las finanzas hispánicas, porque son los que cambian la plata que llega de América por el oro que sirve para pagar a los soldados. Los franceses atacan la Valtellina y bloquean el puerto de Génova. De esta manera, esperan interrumpir la ruta terrestre entre el Milanesado y el sur de Alemania, y la vía marítima entre el norte de Italia y la Península Ibérica. Sin duda era una amenaza para todo el sistema estratégico de los Habsburgo.

Francia estimula a CRISTIÁN IV de Dinamarca para que intervenga en la Guerra de los Treinta Años. Es duque de Holstein, una región alemana situada inmediatamente al sur de Dinamarca, lo que justifica su interés por la marcha de los asuntos alemanes. Por otra parte, pretende para su hijo los obispados de Verden y Bremen, lo que facilitaría el control danés sobre el comercio del norte de Alemania. Luterano, el rey danés se muestra dispuesto a apoyar a los príncipes de esta misma confesión, preocupado además por la posibilidad de que Suecia adopte el papel de protectora de los protestantes alemanes con la consiguiente influencia sobre ellos. En consecuencia, tropas de Dinamarca se ponen del lado de los luteranos e invaden, en la fecha, Alemania. Francia, lógicamente, apoya la entrada de este nuevo país. Así comienza la segunda fase de la Guerra de los Treinta Años.

El conde-duque de OLIVARES prepara un audaz plan contra Francia que, en líneas generales, consiste en concentrar en Catalunya (convertida en Plaza de Armas de España) a un poderoso ejército de 40.000 hombres (de los cuales 10.000 alistados en la Corona de Aragón) dispuesto para atacar a Francia por los Pirineos, mientras las fuerzas de Flandes, lo harán por aquella frontera. (Este plan se pone a la consideración del Consejo de Estado que finalmente no lo aprueba.)

La flota del marqués de Santa Cruz rompe el bloqueo de Génova y las tropas del duque de Feria obligan a las tropas francesas a retroceder.

La entrada en guerra no mejora la situación de Inglaterra. Esta conduce una expedición para recuperar La Rochelle cuando RICHELIEU está atacando esta ciudad protestante, pero fracasa miserablemente.