ALFONSO V el Magnánimo (Rey de Aragón y Sicilia, 1416-1458) (I de Nápoles 1443-1458)

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Se inicia el período que en Valencia se llama «clásico» o «el siglo de oro» de las letras valencianas.


Se inicia el período que en Valencia se ha dado por llamar «clásico» (1383-1497) y que también será conocido como «el siglo de oro» de las letras valencianas por la pléyade de grandes autores, entre los que podemos citar al franciscano Francesc Eixemenis, el dominico VICENTE FERRER, Joanot Martorell, Jaume Roig, Ausiás March, Joan Roig de Corella, sor Isabel de Villena. Los contactos de la Corte napolitana de ALFONSO V de Aragón favorecen la rápida difusión del Humanismo en Valencia.

FERNANDO de Antequera entra en Zaragoza y jura como rey los Fueros ante las Cortes aragonesas.


En la fecha, FERNANDO de Antequera entra en Zaragoza y jura como rey los Fueros ante las Cortes aragonesas y designa como heredero a su hijo ALFONSO, al que se otorga el título de príncipe de Girona. Con ello se inicia el gobierno de la castellana casa de Trastámara en la Corona de Aragón. FERNANDO de Antequera se traslada luego a Barcelona, donde permanecerá durante un año.

Matrimonio, en Valencia, de ALFONSO, hijo de FERNANDO I de Antequera, con MARÍA de Castilla.


Matrimonio, en Valencia, en la fecha, de ALFONSO, hijo de FERNANDO I de Antequera, con MARÍA de Castilla, hija de Enrique III de Castilla y CATALINA de Láncaster y heredera de JUAN II de Castilla si éste muere sin descendencia. Posiblemente, FERNANDO I abriga la esperanza de conseguir también la corona de Castilla y, en este sentido puede interpretarse esta boda.

FERNANDO I encarga a su primogénito ALFONSO el cuidado de la recuperación económica de los reinos.


Enfrentado a la fuerte crisis catalana, FERNANDO I intenta restablecer la antigua preponderancia en el Mediterráneo, por ello, encarga a su primogénito ALFONSO el cuidado de la recuperación económica de los reinos.

Al morir Fernando I de Aragón, su hijo ALFONSO V de Aragón es nombrado rey de Sicilia.


Al morir Fernando I de Aragón, su hijo ALFONSO V de Aragón es nombrado rey de Sicilia (Alfonso I 2/4/1416 -27/6/1458). Fernando I de Aragón rey de Sicilia había nombrado a su hijo JUAN como lugarteniente general de la isla. Al fallecer Fernando I, los sicilianos intentan que su trono sea ocupado por JUAN, por lo que la primera medida de política exterior que toma ALFONSO es acabar con esas ansias independentistas.  Y es que el parlamento de 1413, al exigir que el rey, o en su defecto, el príncipe heredero pudiese ser coronado en Palermo como rey principal y apartado sin tener dependencia de ninguna otra parte. Para corresponder a estas exigencias, se creó la figura del vicario (virrey), un alter-ego del propio rey que permitía desdoblar su personalidad, siendo el primero de ellos el infante don Juan, duque de Peñafiel, nombrado en 1415. Pero esta medida no acabó de convencer al Parlamento, que resolvió en 1416 aclamar a don Juan (el Grande) como rey, pero este rechazó. Para evitar un conflicto mayor, ALFONSO V plantó su corte en Sicilia, convocó nuevamente al parlamento y recibió el juramento de los Sicilianos: quedaba así establecida la deseada unión personal de Sicilia al rey, no a la corona de Aragón. De hecho, Sicilia nunca se sintió integrada en la Corona de Aragón, siendo bastantes las revueltas que se originaron por la nunca aceptada presencia de nobles de la Corona en la Isla.  Por otra parte, ALFONSO V reclama la presencia de su hermano JUAN en la corte y lo envía junto a su otro hermano, ENRIQUE, para que le ayude en la lucha que mantiene por hacerse con el poder en Castilla.

ALFONSO V el Magnánimo sucede a su padre en el trono de la Corona de Aragón.


ALFONSO V el Magnánimo (rey de Aragón), hijo de Fernando I de Antequera y de Leonor de Alburquerque, sucede a su padre en el trono de la Corona de Aragón (1416-1458). Desde tiempo atrás ha estado al frente de los asuntos financieros de la Corona y ha gobernado ya en forma prácticamente total en los últimos tiempos.

Esta pieza también aparece en ... CORONA DE ARAGÓN (1162-1716)

Restablecida la paz de la Iglesia, la presencia del papa -ya antipapa- de Peñíscola es una incomodidad.


Restablecida la paz de la Iglesia, la presencia del papa -ya antipapa- de Peñíscola es una incomodidad manifiesta para el rey ALFONSO V, que, sin embargo, no quiere utilizar la fuerza contra el que ha sido el valedor de los Tratámara en el compromiso de Caspe. Ya que no se fía de la política mediterránea del nuevo papa MARTÍN V, deja que BENEDICTO XIII viva tranquilamente en Peñíscola (Castellón) a donde ha mudado la sede papal, en el antiguo castillo de la Orden del Temple. Benedicto XIII, aún abandonado de todos, en ningún momento deja de considerarse el legítimo Papa. El episodio en su conjunto convierte al Papado en el hazmerreír de Europa, y la institución precisará largo tiempo para recobrarse.

ALFONSO V el Magnánimo, como su padre, es propenso a prescindir de las Cortes y sigue la tendencia castellanizadora en los altos cargos.


A pesar de que ALFONSO V el Magnánimo es más abierto y cordial que su padre FERNANDO I, es propenso a prescindir de las Cortes y sigue la tendencia castellanizadora en los altos cargos que también había mostrado su padre. El descontento concita en 1418 una liga de barones, pueblos y ciudades, incluidas Barcelona, Zaragoza y Valencia, que plantean abiertamente el problema. El \»conseller en cap\» de Barcelona, Ramon Desplà, preguntado por el rey si también dentro de la exigencia de servidores catalanes, habían de incluirse a las criadas de la reina, es fama que contestó que \»si las mulas que han traído de Castilla hablasen castellano también tendrían que despedirlas\». La anécdota explica el enfrentamiento de los catalanes con la nueva dirección castellana de los asuntos del reino.

Esta pieza también aparece en ... BARCELONA (Ciudad) • CORONA DE ARAGÓN (1162-1716) • FRASES DE LA HISTORIA

ALFONSO V el Magnánimo, propugna una vasta actuación en el Mediterráneo, lo que le enfrenta con los catalanes.


ALFONSO V el Magnánimo deseoso de grandes empresas, propugna una vasta actuación en el Mediterráneo, lo que le enfrenta con los catalanes, que desean, dada la coyuntura, una política mucho más morigerada. Pese a todas las oposiciones lleva adelante sus planes y no retrocede cuando las Cortes le niegan el subsidio solicitado para combatir a Génova. Rectificando el planteamiento de su padre, FERNANDO I, aparta a su hermano JUAN del gobierno de las islas y lo envía a reforzar el «partido» aragonés en Castilla, que pronto empezará a configurar según sus deseos, aunque aquello perjudique a ENRIQUE, el hermano encargado por FERNANDO I de los asuntos castellanos. El enfrentamiento entre ambos no tardará en producirse.