En noviembre de 1885, pocos días antes de su muerte, ALFONSO XII deja claro su compromiso con el espíritu de la Restauración al recomendar fervientemente a su esposa, la reina María Cristina, que luche por preservar el turnismo político, mediante el cual se cierra el paso, por la derecha y por la izquierda a quienes no están de acuerdo de ninguna manera con la Monarquía. La voluntad del Monarca quedará refrendada con el denominado Pacto de El Pardo que se adoptará días después.

En víspera de la muerte del rey ALFONDO XII y a iniciativa del general MARTÍNEZ CAMPOS, los líderes de los partidos Conservador y Liberal se entrevistan y firman el llamado “Pacto de El Pardo” por el que se decide la sustitución del gobierno de CÁNOVAS -conservador- por el de Práxedes Mateo SAGASTA (1885-1890) -liberal-. Dª MARÍA CRISTINA de Habsburgo -segunda esposa de ALFONSO XII- se halla encinta por lo que se aplaza el nombramiento del sucesor hasta el alumbramiento, por ser hembras las dos hijas primeras. Es reconocida como regente (1885-1902). Apoyándose en una constitución moderada, que establece la soberanía compartida del Rey y de las Cortes, CÁNOVAS y SAGASTA, con el propósito de garantizar la continuidad de la monarquía ante las fuertes presiones por parte de los carlistas y de los republicanos, instauran el sistema rotatorio de los dos grandes partidos que se turnarán en el gobierno mediante manejos caciquiles. Se trata de imponer un sistema parlamentario pragmático, que dejará fuera a quienes no aceptan la monarquía borbónica: republicanos, carlistas, socialistas y anarquistas.

Fallece en el Palacio de El Pardo ALFONSO XII cuando sólo cuenta 28 años de edad, dejando dos hijas: María de las Mercedes que se casará con Carlos de Borbón Dos Sicilias, y María Teresa que será esposa del príncipe Fernando de Baviera y Borbón. Su prematura muerte frena las insaciables ansias de amor del que ha sido llamado el rey romántico. Se dice que en su lecho de muerte no cesaba de exclamar “¡Qué conflicto, Dios mío, qué conflicto!”. No sabía que aquella viuda joven y sinceramente desconsolada -María Cristina-, a la que dejaba embarazada de tres meses y al cuidado de dos hijas pequeñas, iba a convertirse en una de las soberanas más dignas y respetadas de la historia de España.

A las once de la mañana del día 27 de noviembre, el ministro de Gracia y Justicia, Notario Mayor del Reino, cumpliendo con el protocolo fúnebre, pregunta en voz alta al marqués de Alcañices, Jefe Superior de Palacio, ante el féretro abierto: “¿El cadáver que está presente es el de Su Majestad el Rey Don Alfonso de Borbón y Borbón, que en gracia esté?”. “¡Sí, lo es!”, responde el Marqués de Alcañices, quien recoge las llaves de la caja tras ser cerrada. Contarán los cronistas que Seis Grandes de España -entre ellos el Conde de los Llanos y el Marqués de Salamanca- levantan el féretro y lo llevan sobre sus hombros a través de las distintas cámaras de Palacio. Tras bajar la escalera principal, introducen la caja en el coche-estufa, que espera en la puerta de honor del Palacio. Es enterrado en el Panteón de los Reyes del Monasterio de San Lorenzo, cinco días después, no sin antes hacer una parada en el Palacio Real para que los madrileños le puedan dar su último adiós.

Un sector del canovismo encabezado por Romero Robledo rompe con el partido conservador en protesta por la entrega del poder a los liberales. CANOVAS, en esta misma fecha, es elegido presidente del Congreso por 222 votos contra 112.

Nace en el palacio real de Madrid ALFONSO XIII -hijo póstumo de ALFONSO XII- siendo proclamado rey el mismo día de su nacimiento bajo la regencia de su madre MARIA CRISTINA de Habsburgo-Lorena. Extranjera en un país áspero y conflictivo, MARÍA CRISTINA sabe ganarse el respeto de todos sus súbditos, los más altos y los más bajos, por su total entrega a los asuntos del gobierno, su irreprochable vida privada y el respeto que siempre demostrará a los políticos que gobiernan España. Esto hará posible el fortalecimiento del régimen de la Restauración, cuya constitución (1876), respetará en todo momento. Bajo su Regencia, CÁNOVAS del Castillo y SAGASTA podrán continuar en paz la política de turnos -o turnismo- que tan beneficiosa se ha demostrado, aunque su favoritismo por SAGASTA hará que los liberales gobiernen largos períodos, fructíferos en reformas: sufragio universal, ley de asociaciones, etc.

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El Congreso de España aprueba el 28 de marzo, la ley del sufragio universal para los varones mayores de 25 años. Se aprobará de manera definitiva en el Senado, el 5 de mayo. El jefe del Partido Conservador, Cánovas del CASTILLO, declarará: “Yo no temo al sufragio universal… pero mientras haya gobernadores y alcaldes a disposición de los gobiernos, la moralidad de las elecciones será siempre un mito”. Efectivamente, el sistema político de la Restauración se basa en una falsificación del principio de la representatividad. Dos partidos, el conservador y el liberal, se turnan en el poder. Los cambios responden más a la acción de una minoría que influye en las decisiones de la Corona que a la del gobierno o a los deseos de la opinión pública.

Da comienzo en España, una nueva etapa en la regencia de María CRISTINA con la formación de un gabinete conservador presidido -como primer ministro- por Antonio CANOVAS del Castillo (5/7/1890-11/12/1892). La gestión canovista coincidirá en sus inicios con algunos incidentes en Melilla y posteriormente en otros puntos de las posiciones españolas en Marruecos.

En España, dentro del Partido Liberal Conservador se producen desacuerdos personales, que hacen quiebra muy pronto, durante el propio año 1891. El más importante de ellos es el que separa el estilo y el entorno de Francisco SILVELA, hombre dotado de evidente elegancia y de un impreciso afán purificador, del estilo y los amigos de Romero ROBLEDO, quien encarna todos los intereses creados de los españoles en las Antillas y es el mejor especialista en “hacer” elecciones. CÁNOVAS necesita justamente un especialista en estos saberes y no puede dudar entre los dos. SILVELA, en la fecha, abandona el partido.

El general Arsenio MARTÍNEZ CAMPOS, es nombrado por el gobierno CÁNOVAS comandante en jefe del ejército de Cuba.