Tras la muerte de SALOMÓN, su hijo, ROBOAM (935-913 aC), hereda el trono de Israel.
ROBOAM (Rey de Judá)
Total de piezas: 5
Israel (capital Samaria con su rey JEROBOAM) al norte y Judá (capital Jerusalén con su rey ROBOAM al Sur.
JEROBOAM (931-910 aC) (1Re 14;20), con el apoyo de SHASHANG I de Egipto, capitanea las tribus disidentes del norte. El resultado es que a partir de entonces, tenemos dos reinos: Israel (capital Samaria con su rey JEROBOAM) al norte y Judá (capital Jerusalén con su rey ROBOAM) al sur.
Sólo los reyes de Judá, son descendientes de DAVID y gozan, por tanto, de la promesa transmitida por NATÁN: santos o pecadores son «hijos de Dios».
Sólo los reyes del reino del sur, Judá, son descendientes de DAVID y gozan, por tanto, de la promesa transmitida por NATÁN: santos o pecadores son «hijos de Dios». A partir de este momento, los miembros del pueblo elegido son más conocidos por judíos (que proviene de Judá) que no por israelitas.
Las tribus del norte se separan, dividiendo en dos el antiguo reino.
A los del norte les molesta que la casa de David sea judaíta y que el gobierno de los dos monarcas anteriores se haya caracterizado por su dureza. No ven en ROBOAM motivos para esperar un cambio hacia mejor y al no aceptar ROBOAM suavizar la carga impositiva que SALOMÓN ha cargado sobre las espaldas del pueblo (1Re 12), las tribus del norte se separan, dividiendo en dos el antiguo reino.
Un ejército egipcio al mando de SHESH de Sheshonk saquea Jerusalén y el Templo.
Hacia el año 918 aC, unos años después de la escisión del reino de Israel, un ejército egipcio al mando de SHESH de Sheshonk (el «Sisac» de la Biblia), de la XXII Dinastía, que reina de 935 a 914 aC., saquea Jerusalén y el Templo.