ÁLVARO de Luna es enviado de nuevo al destierro y Enrique y Juan retornan al poder.


El gesto real tiene dos consecuencias. Sus partidarios lo interpretan como un deseo de seguir luchando y, ante ello, JUAN II de Navarra cambia de bando. Tras una nueva reunión, esta vez en Castronuño, ÁLVARO de Luna es enviado de nuevo al destierro en su señorío de Ayllón y los infantes ENRIQUE y JUAN II de Navarra retornan al poder.