Muerto Darío, Alejandro ejecuta a su asesino y se proclama heredero del trono persa.


ALEJANDRO prosigue la conquista del imperio persa, ahora con Besos (asesino de DARíO) como su rival (quien se ha autoproclamado emperador de Persia con el nombre de ARTAJERJES V con la excusa de vengar la muerte de DARÍO III). No obstante, su duelo por DARÍO es sincero: ordena el traslado de su cuerpo a Ecbatana fuertemente custodiado, donde es embalsamado y entregado a su madre para que oficie los funerales por su hijo en Persépolis. Igualmente, una vez que ALEJANDRO ha capturado a Besos, manda condenarlo y ejecutarlo según las leyes persas por el asesinato de su soberano. ALEJANDRO se proclama de inmediato heredero del trono persa.