GREGORIO IX se dirige al arzobispo ASPARGO de Tarragona para que se oponga a la herejía cátara.


El papa GREGORIO IX se dirige al arzobispo ASPARGO de Tarragona diciéndole que la Santa Sede tiene conocimiento de que la herejía cátara ha penetrado en varias diócesis españolas y exhorta a dicho arzobispo y a sus sufragáneos los obispos, a que se opongan al proceso del error buscando y haciendo buscar a los herejes y sus partidarios conforme a las disposiciones de su bula de este mismo año. El arzobispo de Tarragona contacta con el provincial de los dominicos, RODRÍGUEZ de Villares, cuyas funciones se extienden a los cuatro reinos cristianos de la Península -Castilla, Corona de Aragón, Navarra y Portugal-, y le encarga que designe los religiosos de su orden que juzgue más idóneos para el empleo de inquisidor. Dicha bula es también remitida al obispo de LLeida que al punto la manda ejecutar en su diócesis, donde se establece la primera inquisición española.