Tras una pequeña victoria en Armenia contra los partos, Marco ANTONIO organiza un exuberante desfile triunfal en Alejandría. Esto es de por sí chocante, pues este tipo de ceremonias deben celebrarse en Roma, pero el triunviro va mucho más allá: durante la ceremonia proclama a los hijos de CLEOPATRA, incluido al último concebido con él, Tolomeo Filadelfo, reyes de diversos territorios romanos de Oriente. Para CLEOPATRA reserva el título de Reina de reyes. Pese a que quizá es sólo una extravagancia, dado que los hijos de CLEOPATRA son unos chiquillos, ésta es la excusa que esperaba OCTAVIO para tensar las relaciones y señalar a Marco ANTONIO como traidor a Roma.

OCTAVIO en busca del poder absoluto. Se deshace de sus rivales en Occidente. Derrota, en la fecha, la flota de SEXTO Pompeyo en Naulocus, cerca de Mesina (Península itálica). SEXTO huye a Asia Menor, donde será capturado y ejecutado.

Estalla el conflicto entre OCTAVIO y MARCO ANTONIO. Durante cuatro años uno y otro contendiente no dudarán en utilizar las más sutiles fórmulas de desgaste.

CLEOPATRA consigue que MARCO ANTONIO repudie a su mujer OCTAVIA, hermana de OCTAVIO, y que se case con ella. MARCO ANTONIO sabe que aquella unión vulnera la ley romana y constituye un insulto para OCTAVIO.

Campaña victoriosa de OCTAVIO quien, en la fecha, domina totalmente la Iliria. La zona costera será llamada Dalmacia.

El Triunvirato expira en el 33 aC, y no es renovado. Aunque el prudente gobierno de OCTAVIO le vale muchas adhesiones, abundan todavía en Italia los partidarios de ANTONIO quienes, al expirar el triunvirato, proponen el restablecimiento de la constitución republicana. Estas propuestas presionan sobre OCTAVIO.

En ausencia de MARCO ANTONIO, OCTAVIO se ha adueñado de los resortes del poder y puede permitirse algunas arbitrariedades. Hace abrir el testamento de ANTONIO: éste lega sus posesiones a CLEOPATRA y a sus hijos. Por otra parte, queda al descubierto que MARCO ANTONIO quiere trasladar la capital de Roma a Alejandría y fundar una nueva dinastía. A OCTAVIO le resulta fácil poner a la opinión pública romana en contra de Marco ANTONIO, presentándolo como el esclavo de un monarca extranjero, que se propone entregar a Egipto la mitad del territorio romano. La guerra entre ellos se hace más y más inevitable.

La unión entre Marco ANTONIO (que se ha separado de su esposa Octavia) y CLEOPATRA, impopular en Roma, hace que el Senado deponga a Marco ANTONIO, y conceda a OCTAVIO, cediendo a sus presiones, un mandato para luchar contra Marco ANTONIO y CLEOPATRA. Ésta se ha entrometido peligrosamente en los asuntos internos de Roma y su presencia incomoda a OCTAVIO, manchando la memoria de su padre adoptivo (Julio César) y recordando el triste pasado de las guerras civiles.

En la fecha, OCTAVIO aniquila en Accio (o Accium) -frente a la costa occidental de Grecia- la flota de Marco ANTONIO y CLEOPATRA. Esta batalla se considera la mayor batalla naval de la historia antigua. MARCO ANTONIO y CLEOPATRA logran escapar, pero la derrota es irreversible: el grueso de su ejército deserta. CLEOPATRA regresa a Alejandría con la amarga certeza de haber cometido el error de su vida: ha apostado por el perdedor; no ha advertido que el romano destinado a continuar la obra de César es OCTAVIO AUGUSTO, no MARCO ANTONIO.

HERODES el Grande logra superar el momento más delicado de su mandato, que es el triunfo de OCTAVIO sobre Marco ANTONIO, por quien él había tomado partido. Obsequioso y hábil, HERODES consigue convencer a OCTAVde que le interesa la continuidad en el reino de Judea. HERODES mantendrá próspera Judea. Gran constructor, ampliará y embellecerá el Templo. Es de religión judía y observa con rigor los ritos, pero a fin de cuentas procede de Idumea y no de Judea, lo que le valdrá el odio de los nacionalistas que se empeñan en luchar contra los romanos como en otro tiempo contra los seléucidas, sin llegar a percatarse de que los primeros son muchísimo más fuertes de lo que había sido el decadente Imperio seléucida siglo y medio antes.