El proyecto de la “Ley de Jurisdicciones” que prepara el Gobierno es entendido como especialmente dirigido contra Catalunya, lo que produce una gran reacción que politicamente se concreta con la formación en Girona, en la fecha, de “Solidaritat Catalana” plataforma políica para luchar contra su aprobación. Participan la Lliga Regionalista, la Unió Republicana, la Unió Catalanista, así como nacionalistas republicanos, federales, carlistas e independientes. Los dos hombres más representativos de Solidaritat Catalana son Enric PRAT DE LA RIBA y Francesc CAMBÓ. Dado el ambiente contrario a este proyecto de Ley que se ha generado en Barcelona, se decretará en dicha ciudad, el estado de excepción.

Les nostres mans si no poden dur banderes al combat, sí poden brodar-les. Así se expresa, en la fecha, un singular semanario que aparece en Barcelona y que hace su primera salida bajo el título Or i grana -los colores de la bandera catalana- y que por subtítulo lleva el de setmanari autonomista per a les dones. Es la expresión femenina de la lucha política para la autonomía de Catalunya. Este semanario nacido al calor de Solidaritat Catalana, tiene corta vida. Con el número 21, del 23/2/1907 dejará de publicarse. Su camino será seguido por Feminal, suplemento de la Ilustració Catalana.

En plena campaña electoral, un grupo de lerruxistas exaltados dispara contra el vehículo de los oradores de Solidaritat Catalana, SALMERÓN y Francesc CAMBÓ, cuando se dirigen al Casinet d’Hostafrancs a pronunciar un míting. El líder regionalista resulta gravemente herido. El atentado desacredita la formación de LERROUX, que al día siguiente, en Rubí, tiene que huir de la irritación popular.

En las elecciones provinciales (Diputaciones) del 10 de marzo de 1907, el gran triunfo de Solidaritat Catalana da a PRAT DE LA RIBA la presidencia de la Diputación de Barcelona, que irá revalidando hasta el año de su muerte prematura, en 1917.

Dentro de Solidaritat Catalana encontramos una amalgama de partidos políticos: los carlistas, la Lliga, los antiguos miembro de Unió Catalanista, los nacionalistas de izquierdas, los republicanos federales, y miembros de la Unió Republicana. Como es evidente, pues el abanico de ideas es demasiado amplio, aparecen ciertos conflictos. El primero de ellos surge en 1907, ante la posibilidad de presentarse a las elecciones. Los miembros de Solidaritat Catalana se reúnen, en la fecha, en el teatro Tívoli de Barcelona. Allí firman lo que se conocerá como “programa del Tívoli”. El punto central, en el que todos están de acuerdo, es la supresión de la “Ley de jurisdicciones”. El resto del programa es un conjunto de imprecisas reivindicaciones expresadas con una retórica llena de tópicos regionalistas. Es la única manera de superponer las diferentes tendencias políticas de cada grupo que forma la Solidaritat Catalana.

En Barcelona, en las elecciones generales, la afluencia electoral será la más alta hasta la Segunda República: el 59%. El 71% de los votos han sido para Solidaritat Catalana y el 29% para los lerruxistas. Obtiene 41 de los 44 cargos a elegir. El clima social postelectoral lleva al periodista republicano Adolfo Marsillach a pedir a LERROUX que se vaya para siempre de Catalunya. A pesar de que la alternancia entre liberales y conservadores, fundamentada en el control cacical, ha sido desmontada en 1901, la abstención electoral continúa siendo muy alta. Aunque habrá otros grupos catalanistas situados más a la izquierda, la realidad es que la Lliga predominará de manera clara y a la altura de la Primera Guerra Mundial se habrá convertido incluso en hegemónica.

En las elecciones generales que se celebran el 21/4/1907, la candidatura de Solidaritat Catalana con un único tema en su programa conocido como “Programa del Tívoli”: la derogación de la Ley de Jurisdicciones, gana en 32 de los 36 distritos electorales de Catalunya, consiguiendo una victoria rotunda. Los 41 escaños (sobre 44) conseguidos por Solidaritat Catalana, representan el 10,15% de los 404 escaños totales a cubrir en el territorio del Estado y el 93,18% de los 44 diputados de Catalunya. Sin embargo, a pesar del triunfo tan arrollador conseguido en Catalunya por Solidaritat, MAURA no hace el mínimo caso a la petición de que la Ley de Jurisdicciones desaparezca.

Durante los años noventa del siglo XIX se ha vivido una importante ola de atentados anarquistas. Personajes importantes del aparato restauracionista, o lugares y edificios emblemáticos, como el Liceo, se han constituido en los principales objetivos. A estas acciones siguen desmesurados procesos represivos -el de Montjuïc es el más famoso- que han afectado a amplios sectores del movimiento obrero. El obrerismo, sin embargo, se recupera a principio del siglo XX, a pesar de algunos atentados residuales en la primera década, en base a un replanteamiento doctrinal y organizativo. Posiblemente como respuesta de los trabajadores a Solidaritat Catalana formada por los políticos, en la fecha queda constituida en Barcelona, Solidaritat Obrera, que reúne trabajadores socialistas, sindicalistas, republicanos y anarquistas. La nueva organización se define como apolítica, reivindicativa y partidaria del sindicalismo revolucionario. Anarquistas y socialistas mantienen un cierto equilibrio de fuerzas y se ponen de acuerdo para actuar contra los radicales de LERROUX. Después endurecen sus posiciones ideológicas y los socialistas sufren un cierto grado de marginación.

Solidaritat Catalana está practicamente al borde de su ruptura interna. En las elecciones parciales del Ayuntamiento de Barcelona de 12/1908, los partidos que la conforman siguen unidos sobre el papel, pero el exceso de ambición da el triunfo al Partit Republicà Radical de LERROUX y Solidaritat Catalana queda deshecha, cortándose una colaboración provechosa entre el gobierno y las fuerzas vivas más representativas de Catalunya. Esta derrota de Solidaritat Catalana es considerada como un nuevo fracaso de MAURA. De la época de oposición a la Solidaritat Catalana son los discursos y los artículos más virulentos de LERROUX. El Lerrouxismo, fenómeno de masas populares no integradas y de sectores de la burguesía baja que no ven con simpatía el movimiento catalanista, coge fuerza y hunde sus raices en el gobierno de la ciudad.

Las consecuencias de la Semana Trágica hacen imposible rehacer Solidaritat Catalana. Ahora, todo empuja a la unidad de las izquierdas solidarias: En el mes de abril de 1910 se constituye un nuevo partido, la Unió Federal Nacionalista Republicana, con viejos y nuevos hombres de prestigio, como Jaume Carner, Pere Coromines, Josep Maria Vallès i Ribot, Francesc Layret i Antoni Rovira i Virgili. Pero la UFNR no acabará de cuajar como izquierda catalanista a causa de la falta de liderato y de definición de su base electoral.