ISABEL I -la reina Virgen-, hermanastra de la fallecida María I Tudor, recibe -en la fecha- a sus veinticinco años, la corona de Inglaterra (1558-1603) con la condición de mantener el catolicismo. Pero ISABEL I, hija de ENRIQUE VIII y ANA BOLENA, una vez en poder de la corona, se convierte en decidida partidaria del protestantismo. Restaura el anglicanismo, en oposición, al mismo tiempo, al catolicismo y al calvinismo. Los católicos escoceses y franceses la ven como una usurpadora (el matrimonio de sus padres se produjo tras un divorcio de Enrique VIII desaprobado por el papa) y favorecen a su prima María ESTUARDO como legítima aspirante a la Corona. FELIPE II que sigue la política antifrancesa de sus bisabuelos los Reyes Católicos, le interesa conservar la alianza inglesa por lo que seriamente propone matrimonio a ISABEL I que no acepta.

ISABEL pone fin a los vaivenes políticos de Inglaterra adoptando una especie de programa de compromiso que es tibiamente protestante, y completa el establecimiento de la Iglesia anglicana. Lo cual no satisface a todo el mundo. Están los «puritanos», que desean un protestantismo más radical, purificando la Iglesia anglicana de cuanto conserva de los rituales católicos. Y hay otros grupos llamados «separatistas», que no desean formar parte del catolicismo ni del anglicanismo, sino que pretenden seguir su propio camino. Tampoco faltan, claro está, los católicos, de los que aún quedan muchos. En conjunto, Isabel lleva a cabo una política moderada y no emprende persecución alguna, ignorando la disidencia si ésta se manifiesta de forma tranquila. Pero sí reacciona violentamente cuando alguno de los grupos, y en particular los católicos, conspiran para traicionarla y colocar en el trono a MARÍA, la reina de Escocia. Entonces sí se aplican las torturas y ejecuciones propias de la época.

ISABEL I cuenta 25 años de edad cuando asciende al trono. Es hermosa, en tanto que María Tudor había sido fea; inteligente, cuando María había carecido de brillantez; de voluntad más firme que cualquiera de los hombres que la sirvieron, mientras que María fue una esclava de Felipe; y tan afortunada como María desgraciada. Será el más capacitado y popular de cuantos monarcas han regido y regirán Inglaterra, y Enrique VIII bien hubiera podido ahorrarse sus afanes por tener un hijo. Durante su reinado se producirán grandes progresos de la potencia británica: expansión ultramarina, desarrollo de la economía, florecimiento de las letras y de las artes. Su único problema será que no llegará a casarse. La cuestión del matrimonio llenará de inquietud la primera parte de su reinado. En esta época parece antinatural a los ojos del pueblo que gobierne una mujer soltera, con lo que se priva al reino de la posibilidad de tener un heredero directo.

En diversas ocasiones, los irlandeses han ofrecido a FELIPE II, rey de España, el trono de Irlanda con la condición de que envie a su patria un ejército que libre a Irlanda de la colonización inglesa. Por diversas razones, pero principalmente porque a FELIPE II le interesa mantener la amistad con Inglaterra en su política contra Francia, en la fecha desestima una nueva oferta. Pero, poco a poco las relaciones de España con Inglaterra se van enturbiando. FELIPE II a pesar de sus deseos de amistad con Inglaterra, apoya a los súbditos católicos de ISABEL I de Inglaterra y ésta no regatea su ayuda a los rebeldes flamencos. Se abre un período de hostilidad general entre las dos naciones.

El tratado de Edimburgo fija la retirada definitiva de las tropas inglesas y francesas de territorio escocés. Los franceses, además, reconocen a Isabel como reina de Inglaterra.

La alta nobleza, convertida al protestantismo, triunfa en 1560 sobre la monarquía católica de María Estuardo, que se ve obligada a abandonar el país.

El protestantismo hace causa común. Domina mayoritariamente las cámaras inglesas, es una fuerza importante en Francia, agita los Países Bajos, el imperio alemán y algunos pocos rincones de Italia. Desde Ginebra, las nuevas doctrinas -religiosas, sociales, políticas- ganan los puertos, las ciudades y las zonas comerciales. FELIPE II y el papado defienden solidariamente la catolicidad y su empresa esta, a la vez, amenazada por el gran turco. Incluso otómanos y protestantes llegarán a comprender que existe una causa común que los une. Dos culturas distintas y distantes se enfrentan contra la catolicidad, que comienza en estas fechas a ser vista como un único patrimonio de FELIPE II y del Papa.

Vistas como están las cosas, MARÍA Estuardo, en contra de su voluntad, se ve obligada a volver a Escocia llegando al puerto de Leith en la fecha. Tras su experiencia francesa, odia el clima frío de Escocia, su pobreza y primitivismo y a su ruda y grosera nobleza. MARÍA Estuardo inicia una política de tolerancia hacia los protestantes y de acercamiento a su rival lSABEL I de lnglaterra, cuyos resultados serán numerosas ofensas y provocaciones. De hecho, la Reforma, preconizada por la Iglesia presbiteriana de John Knox, ha eliminado de las Tierras Bajas el catolicismo.

En 1562 los colonos (hugonotes) son conducidos a la costa de lo que hoy es Carolina del Sur en América, pero les vencerá la nostalgia, y serán recogidos por un barco inglés que los transportará hasta Inglaterra.

Durante el reinado de ISABEL, los barcos ingleses llevan a cabo una guerra no declarada contra las posesiones españolas en América y contra los navíos españoles que transportan mercancías (incluyendo oro y plata) a Europa. A FELIPE II no le queda sino sulfurarse hasta que esté en condiciones de emprender una guerra en gran escala contra Inglaterra. El corsario inglés más importante es Francis DRAKE. Éste en una incursión contra las posesiones españolas, costea Sudamérica descubriendo el paso marítimo que ahora se llama «estrecho de Drake», y que se extiende entre aquel subcontinente y la Antártida. A continuación saquea la indefensa costa occidental de las Américas, llegando por el Norte hasta la bahía de San Francisco. Luego continúa rumbo Oeste hasta llegar a Inglaterra en 1580, lo que le convierte en el segundo expedicionario que circunnavega la Tierra.