MATANZA DEL DÍA DE S.BARTOLOMÉ (1572)

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Boda en París del duque ENRIQUE de Navarra con MARGARITA de Valois hermana de Carlos IX.


En el verano de 1572 todo está dispuesto para celebrar en París la boda del protestante ENRIQUE de Navarra con MARGARITA de Valois, hermana del rey CARLOS IX de Francia. Protestantes y católicos de todas partes se juntan allí para presenciar los grandes festejos de rigor. Por otra parte, se concede libertad a hugonotes en diversas ciudades francesas.

CATALINA de Médicis, ordena el asesinato de los líderes hugonotes.


En París (Francia), los hugonotes, con GASPAR de Coligny al frente, están alcanzando cotas de poder preocupantes para la monarquía católica. La concentración en París de numerosas figuras de este partido político-religioso con motivo de la boda de ENRIQUE de Navarra, el futuro Enrique IV de Francia, con MARGARITA de Valois da ocasión a la reina madre CATALINA de Médici, que está preocupada por el ascendiente que GASPAR de Coligny está logrando sobre CARLOS IX, el joven rey de Francia, para ordenar el asesinato de los líderes hugonotes.

A las tres de la madrugada de San Bartolomé, Gaspar de Coligny es asesinado junto con toda su familia.


En París, hacia las tres de la madrugada del 24.8.1572, día de S. Bartolomé, los católicos ENRIQUE I de Guisa, el duque de Aumale y el bastardo de Angulema van con espadachines a la residencia del almirante GASPAR de Coligny, jefe de los hugonotes. Allí asesinan a toda su familia y a él lo apuñalan y lo arrojan por la ventana. Las campanas de Saint Germain dan la señal para el comienzo de una tan atroz como injustificada matanza de hugonotes. Es la «Noche de San Bartolomé». De todas partes sale gente a la calle. Entran violentamente en las casas donde se encuentran hugonotes y los degüellan, los estrangulan o los matan a tiros. Las estrechas plazas y callejas están llenas de ruido de muerte, gritos de auxilio y estallidos de disparos. El drama se extiende rápidamente. En un balcón del palacio de Louvre se ve a CARLOS IX rodeado de sus amigos de Guisa disparando mosquete tras mosquete sobre los hugonotes que huyen a la sombra del palacio real, como si se tratara de una cacería…. Enrique de Navarra salva la vida porque se apresura a anunciar su conversión al catolicismo.

Gregorio XIII, mal informado, manda celebrar la «victoria» sobre los hugonotes con un solemne Te Deum.


Parece probable que GREGORIO XIII no tomase parte directa en el horror de la «Noche de San Bartolomé», con independencia de la constante financiación por parte vaticana de las guerras religiosas francesas. Parece que la corte del rey de Francia informa al Papa tergiversando los hechos y GREGORIO XIII, convencido de que ha sido un acto de legitima defensa de los católicos frente a un levantamiento protestante manda celebrar la «victoria» con un solemne Te Deum, la tradicional antífona de acción de gracias al Altísimo cuando éste dispensa a la cristiandad mercedes de gran trascendencia. El pontífice hace grabar una medalla conmemorativa que lleva en una cara su propia efigie y en la otra un ángel con la espada desenvainada matando hugonotes bajo el lema «Ugonotiorum strages» (la destrucción de los Hugonotes). Con el mismo título representó Vasari el fausto suceso en uno de sus frescos por encargo del papa. Los historiadores anticatólicos aprovecharán la ocasión para acusar al Papa de celebrar un asesinato en masa e incluso de formar parte del complot.