Los últimos años del reinado de URRACA presencian su total aislamiento y la pérdida de cualquier vestigio de autoridad. En Portugal, ALFONSO ENRÍQUEZ se revuelve contra TERESA, su madre, y con el apoyo de la Iglesia emprende el camino que conducirá a la segregación de Portugal de la monarquía castellano-leonesa. ALFONSO RAIMÚNDEZ y GELMÍREZ, por su parte, asentaban su autoridad y poder. Así, en la fecha, ALFONSO es armado caballero por el propio GELMÍREZ.

Los magnates y obispos portugueses, descontentos por la ascendencia que algunos nobles gallegos ejercen sobre doña TERESA y por la orientación que éstos n a la política del condado, forman un partido en torno a la figura de ALFONSO ENRÍQUEZ, hijo de doña TERESA, para evitar que tan perniciosa influenciaga peligrar sus anhelos de independencia. ALFONSO ENRÍQUEZ, disgustado por el alejamiento en que su madre le tiene de toda intervención en el gobierno, no tarda en rebelarse contra ella.

El enfrentamiento entre las dos facciones no se hizo esperar. El encuentro tuvo lugar en los campos de San Mamede, lugar cercano a Guimaraes; las huestes de ALFONSO ENRÍQUEZ derrotaron a las tropas de doña TERESA, que huyó a Galicia.

Poco después de haberse apoderado de las riendas del gobierno, ALFONSO I ENRÍQUEZ de Portugal, niega el vasallaje a ALFONSO VII e invade, en la fecha, Galicia. Esta tentativa no obtiene el resultado deseado.

ALFONSO ENRÍQUEZ, rey de Portugal, invade de nuevo Galicia, conquistando Tuy y otras fortalezas que se le rinden voluntariamente. Pero con motivo de un ataque musulmán tiene que abandonar sus correrías por la provincia gallega y regresar a Portugal, circunstancia que aprovecha el monarca leonés para recuperar Tuy. ALFONSO ENRÍQUEZ atacado por el norte por el rey de León, y por el sur por los musulmanes, se ve forzado a firmar la paz con Castilla. Mediante este tratado -Tregua de Tuy- ALFONSO ENRÍQUEZ se compromete a ser fiel amigo de ALFONSO VII. Pero el conde ALFONSO ENRÍQUEZ no cesa en sus afanes de independencia, firmemente apoyado por los obispos, especialmente los de Braga y Oporto.

Al ataque de GARCÍA IV RAMÍREZ viene a unírsele la del conde ALFONSO ENRÍQUEZ de Portugal, lo que obliga a ALFONSO VII a luchar en dos frentes. El portugués cree llegado el momento para dar un paso definitivo hacia la independencia total. Pero las derrotas que sufre y un nuevo ataque almorávide le obligan a aceptar la tregua de Tuy, por la que presta un nuevo acto de homenaje al Emperador ALFONSO VII.

Los cristianos se percatan de que los almorávides han perdido su músculo de antaño. Ahora, mitigada la fiereza del fanático, tienen que contratar mercenarios cristianos para defender sus ciudades contra los propios cristianos. Es un secreto a voces que los alfonsos afilan la cuchilla para repartirse la tarta musulmana. (Los musulmanes de la época llaman genéricamente «alfonsos» a los cristianos por la coincidencia del nombre que se da en distintos reyes: en Aragón, Alfonso el Batallador; en Castilla, Alfonso VII; en Portugal, Alfonso I Enriquez.)

El pacto firmado entre ALFONSO VII y ALFONSO ENRÍQUEZ representa un alto momentáneo en el camino emprendido por ALFONSO ENRÍQUEZ hacia la independencia de Portugal. Efectivamente, después de vencer, en la fecha, a los musulmanes en la batalla de Ourique en la que es proclamado rey por sus soldados, vuelve de nuevo contra Castilla e invade Galicia. ALFONSO VII, a su vez, penetra en Portugal para castigar la osadía de su primo. El choque de los dos ejércitos tiene lugar en la vega de Valdevez (Vianna do Castello); pero este enfrentamiento no es más que un torneo entre los caballeros de ambos bandos. El resultado es favorable a los portugueses y ALFONSO VII acepta noblemente la victoria de los paladinos de Portugal. ALFONSO ENRÍQUEZ ostenta a partir de entonces, como ALFONSO I Enríquez, el título de rey (1139-1185).

Poco a poco, ALFONSO I Enríquez, al mismo tiempo que va ganando prestigio, va afirmando la autonomía de Portugal. Pero aunque ALFONSO I Enríquez, ostenta el título de rey de Portugal, sigue siendo vasallo de ALFONSO VII. Para sacudirse este yugo se hace vasallo de la Santa Sede, comprometiéndose a pagar un censo anual a cambio de la protección del papa.

Aprovechando la presencia del cardenal GUIDO de Vico, legado del papa en el concilio de Valladolid (1143) el rey de Portugal y el rey de Castilla y León se reúnen en Zamora. ALFONSO VII, en esta entrevista, confirma el título de rey a ALFONSO I Enríquez (1143-1185) y reconoce la existencia de un nuevo Estado, desgajado del dominio leonés. Con ALFONSO I Enríquez se implanta en Portugal una dinastía real, la casa de Borgoña, que durará doscientos años. En adelante, el nuevo soberano no figurará, como el rey de Pamplona o el conde de Barcelona, entre los vasallos del emperador ALFONSO VII. Desde entonces, cada reino actuará en su propio campo de acción dentro de la reconquista. La independencia de Portugal se ha consumado.