Ante la invasión almorávide, ALFONSO VI envia a Francia emisarios encargados de solicitar ayuda, amenazando, de no recibirla, con pactar con los musulmanes y dejarles el paso libre hacia Francia. Entre los caballeros que responden a su llamada se hallan los hermanos RAIMUNDO y ENRIQUE de Borgoña. Los cristianos -entre los que se cuenta las huestes de Alvar Háñez, llegado de Valencia y los aragoneses y navarros enviados por SANCHO I RAMÍREZ, se concentran en Coria para cortar el avance de los musulmanes.
URRACA I (Reina de Castilla y de León )(1109-1126)
Total de piezas: 30
ALFONSO VI recompensa largamente los servicios militares prestados por los de Borgoña.
ALFONSO VI recompensa largamente los servicios militares prestados por RAIMUNDO y ENRIQUE de Borgoña. Al primero le concede el gobierno de Galicia y la mano de su hija legítima, URRACA; al segundo, las tierras comprendidas entre el Miño y el Tajo, y la mano de su hija ilegítima, la infanta TERESA. De esta manera, RAIMUNDO pasa a gobernar Galicia con el título de conde y ENRIQUE queda investido hereditariamente con el dominio de la tierra «portugalense» que regirá con el título de conde de Portugal. La legitimidad de URRACA significa que, en ausencia de heredero varón, a ella le corresponde la corona de Castilla.
URRACA, hija de ALFONSO VI, rey de Castilla y León, se casa con RAMON de Borgoña.
URRACA, hija de ALFONSO VI, rey de Castilla y León, se casa con RAIMUNDO de Borgoña. De este matrimonio nacerá ALFONSO RAIMÚNDEZ, el futuro ALFONSO VII de Castilla.
ALFONSO VI tiene conciencia de obrar en ejercicio del derecho supremo que le asiste.
ALFONSO VI tiene conciencia de obrar en ejercicio del derecho supremo que le asiste, aunque ni la dignidad del título imperial que ostenta ni el ascendiente político manifiestan todavía la existencia de una estructura política. Es desde esta concepcíón del poder desde donde son comprensibles ciertas de sus contradictorias decisiones, como la cesión de algunos territorios a sus yernos en propiedad hereditaria -Galicia, a Urraca y Raimundo (1090-1103)-.
Fallece RAIMUNDO de Borgoña, conde de Galicia, esposo de URRACA, hija de ALFONSO VI.
Fallece RAIMUNDO de Borgoña, conde de Galicia, esposo de URRACA, hija de ALFONSO VI. Su muerte fue el primer eslabón de una cadena de sucesos que originarían uno de los períodos más turbulentos y confusos de la historia del reino leonés. De hecho los almorávides vencerán a Alfonso VI y el reino será cuarteado, pues parte de él pasará a manos de los almorávides.
Muerto Sancho, hijo de ALFONSO VI, éste quiere casar a su hija Urraca con Alfonso I de Aragón.
Habiendo muerto en la batalla de Uclés, Sancho, hijo de ALFONSO VI de León y Castilla, los nobles del reino, para que éste no recaiga en manos extranjeras, pretenden que ALFONSO VI case a su hija, doña URRACA, heredera del trono y que a quedado viuda en 1107 al fallecer su marido Raimundo, con el poderoso conde de Candespina, GÓMEZ GONZÁLEZ, pero el monarca se inclina por su homónimo ALFONSO I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona, y apoya este matrimonio. Este matrimonio se espera haga desaparecer la rivalidad entre Aragón/Pamplona y Castilla/León y, al mismo tiempo, un futuro hijo de ambos se convertiría en el único rey cristiano de toda la Península. URRACA tiene un hijo de Raimundo, ALFONSO RAIMÚNDEZ. URRACA se aviene al matrimonio, pero se niega a unificar sus Estados con Aragón.
Dª URRACA es proclamada reina de Castilla y León.
URRACA, única hija y heredera de Alfonso VI, es proclamada reina de Castilla y León (1109-1126).
ALFONSO I el Batallador comienza a intervenir en los asuntos de Castilla.
ALFONSO I comienza a intervenir en los asuntos de Castilla nombrando tenientes aragoneses para algunos castillos y villas importantes, como Belorado, Carrión o Castrogeriz, y eso no gusta nada a los castellanos. Por otra parte el rey alienta a los burgueses para que se establezcan en algunas villas y ciudades, especialmente a lo largo del Camino de Santiago, y esa política de apoyo a la burguesía choca con la nobleza, que no admite a ALFONSO como su rey. Si además de tantos conflictos políticos, las relaciones matrimoniales de ALFONSO y URRACA son un desastre -cuentan algunas crónicas castellanas que ALFONSO le pegaba a menudo a su esposa cuando la acusaba de putear (así lo dice el cronista) es decir, de serle infiel.- y las discusiones entre ambos casi cotidianas, la consecuencia es fácil de intuir. Por otra parte, al conde Gómez de Candespina, del que sospechaba haber recibido cuernos, lo asesina.
Alfonso I el Batallador y Urraca de Castilla contraen matrimonio, pero éste sólo traerá desavenencias.
Vencidos los obstáculos que se oponen al proyecto matrimonial, ALFONSO I el Batallador y URRACA contraen matrimonio, en la fecha, en el castillo de Muño en la villa leonesa de Sahagún. El objetivo del enlace es aunar las fuerzas de los dos reinos para contener el avance de los almorávides. Sin embargo esta boda sólo traerá consigo desavenencias para ambos cónyuges, y contiendas, disputas y guerras civiles que asolarán Castilla, León y Galicia durante los siguientes años, ya que la nobleza y el alto clero castellano-leonés, toman partido por el hijo anterior de URRACA, ALFONSO RAIMÚNDEZ. Ni ALFONSO ni URRACA están dispuestos a ceder nada al otro, ni personal ni políticamente. ALFONSO es un guerrero y prefiere la compañía de los soldados a la de los cortesanos, e incluso a la de las mujeres, además apuesta por crear un grupo social de burgueses en las ciudades donde contrarrestar el poder de la nobleza. La nobleza castellana y leonesa son muy poderosas, mucho más que la aragonesa, y sus intereses chocan con las renovadoras ideas del rey Batallador.
ALFONSO I y URRACA estipulan los límites dentro de los cuales ejercerán el poder real.
Como la oposición en el seno del matrimonio real va en aumento, ALFONSO I y URRACA estipulan los límites dentro de los cuales ejercerán el poder real; reconocen la unidad de ambos reinos para los hijos comunes y que, en caso de carecer de descendencia, la herencia de ambos pasará al hijo del primer matrimonio de URRACA y RAMON de Borgoña, es decir, a ALFONSO RAIMUNDEZ (futuro ALFONSO VII de León).