Recién proclamada la I República en España, se produce una intentona de toma del poder por parte del general Gaminde, gobernador militar de Barcelona, en posible connivencia con carlistas o alfonsinos. Fracasada la asonada, la Diputación se hará cargo del mando castrense.

Ante la decisión de Las Cortes de Madrid de proclamar la República Democrática Federal, la respuesta es inmediata. En Barcelona, la Diputación declara la República Independiente de Catalunya; lo mismo hacen de inmediato Málaga, Cádiz, Sevilla, Granada, Valencia, Cartagena y otras muchas ciudades. Las repúblicas de Granada y Jaén se declaran la guerra. Por otra parte, un regimiento amotinado da muerte en Catalunya a su coronel, y los carlistas aprovechan el desaguisado para imprimir mayor actividad a su guerra.

Llama la atención que ni Barcelona -donde ya se ha tratado de proclamar el Estado Catalán- ni ninguna otra población de Catalunya se sume a la sublevación que propugna el movimiento cantonalista. La explicación se encuentra en la presión que sobre el territorio ejerce el ejército carlista.

El movimiento cantonalista coincide con la intensificación de la guerra carlista, a partir de la entrada en España del pretendiente por el Paso de Dancharinea, el 16 de julio. Don Carlos se pasea por Navarra y las provincias vascongadas, pero sorteando sus capitales, controladas por las fuerzas liberales. En Guernica, promete la restauración plena de Fueros, y en Loyola -que visita en homenaje a san Ignacio- recibe la comunión de manos de obispo de Seo de Urgel. En el norte, la campaña sigue un curso similar al de los meses anteriores, pero los avances carlistas se hacen notar en La Rioja, el norte de Castilla y, especialmente en Catalunya, Levante y Murcia, con incursiones sobre Segorbe, Vinaroz, Sagunto, Orihuela, Caravaca o Santomera. Si la guerra carlista ha favorecido las sublevaciones federales -al alejar a las tropas de los cuarteles-, éstas perjudican la actuación del ejército republicano contra el ejército carlista, agravando la contienda.

Como resultado de unos hechos acaecidos en 1874, el «Diario de Barcelona» -conservador de tendencia alfonsina- es sancionado con una suspensión de ocho días por la autoridad gubernativa. Como el dueño -don Antonio Brusi y Ferrer- se halla en cama, gravemente enfermo, el director se pone de acuerdo con el hijo mayor del propietario para ocultarle el grave contratiempo y deciden seguir publicando un único ejemplar de cada número para que el propietario del periódico pueda seguir leyéndolo cada mañana. Así se hace, pero uno de los días, mientras lee el Diario en la cama se da cuenta de que se repite un noticia del día anterior, y llama enseguida al director. «¡Que no vuelva a ocurrir! -exclama- ¡Publicar dos veces la misma noticia!».

Fallece en Barcelona el músico y político catalán Josep Anselm i CLAVÉ. Ha sido el fundador de la sociedad coral «La Fraternitat», pionera en Catalunya y precursora de la fundación de los Coros de Clavé.

Nace en Barcelona el pintor Josep M. Sert. A partir del encargo para decorar la catedral de Vic, Sert se especializará en pintura mural, de la cual acabará siendo un referente mundial. Destaca su obra en el Waldorf Astoria, en el Rockefeller Center y en el salón del Hispanic Society, todo ellos en Nueva York.

El 6 de enero, ALFONSO XII parte de París en tren hacia Marsella y en este puerto toma un barco para dirigirse a Barcelona. En lugar de seguir la vía más breve de la frontera vasca quiere entrar por el puerto de Barcelona.

ALFONSO XII llega -en la fecha- a Barcelona. El corresponsal del «Diario de Barcelona» que va en el mismo barco que desde Marsella transporta al Rey hacia Barcelona, hace servir, para comunicar la hora de llegada, palomas mensajeras. La preferencia demostrada por el nuevo rey llena de orgullo a los catalanes que llenan calles y plazas para dar la bienvenida con gran entusiasmo a ALFONSO XII. El rey hace grandes elogios de Barcelona y dice que el título de nobleza que lleva con más gozo es el de conde de Barcelona.

En la fecha, fallece la madre de Antoni GAUDI. Éste recibirá una sustanciosa herencia que le permitirá llevar una intensa vida de sociedad. Vestirá a lo «dandy», con flor y bombín, frecuentará los mejores restaurantes, fumará tabaco de calidad, asistirá a los teatros y al Liceo, se hará fotografiar por Adouard, montará a caballo en el hipódromo, por los montes cercanos o por la ciudad, o irá en coche de caballos a dirigir las obras del naciente templo de la Sagrada Familia sin apearse, con los planos en la mano. Riqueza, catolicismo y masonería le facilitarán el acceso a la cumbre de la sociedad, llegando a ser el arquitecto más caro de Barcelona. (También realizará algunas obras para la familia real española con el rey ALFONSO XII).