JULIO CÉSAR (Dictador romano)

Total de piezas: 73

JULIO CÉSAR permanece meses en la Bética pacificando la provincia y fundando numerosas ciudades.


JULIO CÉSAR permanece unos meses en la Bética pacificando la provincia. Funda numerosas ciudades y colonias donde instala a los veteranos de su ejército.

Julio César regresa de nuevo a Roma como dueño absoluto para celebrar su triunfo sobre POMPEYO.


JULIO CÉSAR regresa de nuevo a Roma como dueño absoluto para celebrar, una vez más, su triunfo sobre POMPEYO.

Esta pieza también aparece en ... ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC)

Julio César inicia la tarea para introducir las modificaciones que asimilen el Estado romano a una monarquía.


En la capital del Imperio, JULIO CÉSAR, después de haber acabado con el movimiento de los hijos de Pompeyo y sus seguidores en la península Ibérica, inicia la tarea para introducir las modificaciones que asimilen el Estado romano a una monarquía y lo alejen de la tradición republicana. Incrementa el número de senadores, instituye un nuevo reparto de tierras y amplia la ciudadanía romana. En contraste con actuaciones anteriores, CÉSAR lleva a cabo una moderada actuación contra sus adversarios. Reforma incluso el calendario lunar romano cambiándolo por otro solar que se basa en los cálculos de Sosígenes, matemático alejandrino, con ciclos de cuatro años, tres de 365 y uno de 366. JULIO CÉSAR, por ello, se hará merecedor de que su nombre sustituya, a partir de entonces, al mes “quintilis”: Julius. ¿Ha tenido algo qué ver CLEOPATRA en todas estas actuaciones? No lo sabremos nunca.

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Los veteranos de Julio César fundan una colonia (Emporiae) junto a la antigua urbe griega en Girona.


En el año 44 aC, los veteranos de JULIO CÉSAR fundan una colonia (Emporiae) junto a la antigua urbe griega en la provincia de Girona. Situado al lado de la ciudad griega, es un campamento romano de principios del siglo II aC.

JULIO CÉSAR muestra su gratitud hacia ANTÍPATRO nombrándole gobernador de Judea.


Tras la derrota de Craso frente a los partos, muchos en Judea han abogado por una alianza con aquéllos para rebelarse contra Roma. Pero ANTÍPATRO, personaje muy influyente en el gobierno, se ha mostrado siempre partidario de Roma, pues ha considerado que la victoria de los partos ha sido sólo temporal. Una vez JULIO CÉSAR se ha hecho con el poder en Roma, muestra su gratitud hacia ANTÍPATRO nombrándole, en la fecha, gobernador de Judea.

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JULIO CÉSAR prepara una gran expedición a Oriente contra los partos.


En la primavera del 44aC, JULIO CÉSAR prepara una gran expedición a Oriente contra los partos. El recuerdo de Carre, batalla en la que los romanos fueron vencidos por los partos y en la que Craso resultó muerto, hace la guerra contra los partos muy impopular. El nombramiento de dictador perpetuo por el que César ejerce más bien como un monarca y la propuesta de luchar contra Partia llegan a excitar la reacción de los espíritus republicanos más irreductibles que, unidos al partido senatorial, dan vida a una conjuración que es capitaneada por el propio hijo adoptivo de Julio César, Marco Junio BRUTO y también por Cayo Casio Longino, ambos pretores de este año. Esta es la razón por la que se trama su muerte y no la idea, bastante extendida, de que intentase convertir a Roma en una monarquía. Ciertamente, los poderes de un dictador no son menores que los de un monarca (aunque tampoco lo han sido los que algunos cónsules han ejercido en la práctica), pero CÉSAR no contempla la posibilidad de que tales poderes sean hereditarios.

A Marco Bruto le parece que César, ávido de gloria y poder, ha traicionado a los de su propia clase.


Marco BRUTO, sobrino de Catón y partidario de circunstancias de Pompeyo, ha abandonado la causa perdida y obtiene el perdón de CÉSAR, quien le nombra gobernador de la Galia Cisalpina y, en 44 aC., pretor. Aparte de los remordimientos por haber abandonado a los republicanos, a BRUTO le parece que CÉSAR, ávido de gloria y de poder, ha traicionado a su propia clase para convertirse en un siniestro aristócrata monárquico. Además, están los amores de CÉSAR con su madre Servilia, que son la comidilla de toda Roma. El asesinato de CÉSAR debe realizarse antes de que éste marche para luchar contra los partos. Los conspiradores lo han fijado para los idus de marzo, durante la sesión del Senado.

Desde principios de marzo del 44 aC corren vagos rumores por Roma acerca de un complot contra César.


Desde principios de marzo de ese mismo año corren vagos rumores por Roma acerca de un complot y esas voces llegan a oídos del propio CÉSAR, quien apenas les presta atención. Seguro de su poder, su intención es presentarse el 15 de marzo (los idus de ese mes) a la sesión del Senado.

Esta noche está dominada por las pesadillas: Tanto Calpurnia como César tienen sueños extraños.


No obstante, la noche anterior al fatídico día estuvo dominada por las pesadillas: Calpurnia, la mujer de CÉSAR, soñó que el techo de la casa se derrumbaba y que CÉSAR caía asesinado en su regazo mientras las puertas del dormitorio se abrían de par en par. También el dictador tuvo una visión nocturna: soñó que volaba sobre las nubes y daba la mano al mismísimo Júpiter. Aunque no era supersticioso, la agitación de Calpurnia lo alarmó. Además, los adivinos le advirtieron que los sacrificios presagiaban algo infausto, por lo que incluso llegó a pensar en anular la reunión del Senado, enviando al cónsul Marco Antonio, su brazo derecho, a despedir a los senadores en su lugar. Pero de pronto intervino un hombre que gozaba de su plena confianza, Décimo BRUTO, presente en casa de César con el propósito de vigilarlo y procurar que no cambiase de programa. Décimo Bruto hizo mofa de los adivinos y advirtió a César que posponer la reunión a la espera de que su mujer tuviese mejores sueños sería interpretado como una ofensa al Senado.

César muere traspasado por veintitrés puñaladas. La plebe urbana se mantendrá fiel a su recuerdo.


Hace algún tiempo que un adivino ha advertido a JULIO CÉSAR de un gran peligro que le espera en los idus de marzo. En aquel día CÉSAR, al dirigirse al Senado para hacer ratificar sus voluntades, encuentra al adivino y sonriendo le dice: “Ya han llegado los idus de marzo”. “Sí -responde el adivino-, pero todavía no han pasado”. En los idus de marzo del año -44, los conjurados, en número de sesenta, se lanzan sobre CÉSAR intentando matarle, ante el temor de que pretenda coronarse “Rey” o “Emperador”, pero él se defiende heroicamente hasta que ve a BRUTO, al que ama como un hijo, con la espada desenvainada. Entonces, perdiendo toda voluntad de resistir, se cubre con su mano gritando: “¿Tú, también, BRUTO, hijo mío?”. Y dejándose caer a los pies de la estatua de su antiguo enemigo POMPEYO, muere traspasado por veintitrés puñaladas. La plebe urbana se mantendrá fiel a su recuerdo.