REMENSAS DE CATALUNYA

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Los señores protagonizan una ofensiva general para recuperar sus antiguos niveles de renta.


A partir de la década de los setenta, los señores protagonizan una ofensiva general para recuperar sus antiguos niveles de renta, mediante el incremento de la presión sobre los campesinos. Las expresiones del malestar de los payeses no se hacen esperar. La tensión aumentará especialmente en la Catalunya Vella (comarcas situadas al norte de la línea Llobregat-Cardener-Montsec) donde se concentran la mayoría de los remensas.

Aparecen los primeros actos de violencia entre los campesinos y los señores feudales.


A partir de los años 80 del siglo XIV, aparecen los primeros actos de violencia entre los campesinos y los señores feudales. Los sectores más radicales de los campesinos se proponen también abolir el régimen feudal.

La monarquía se ve obligada a interesarse por la situación de los remensas.


La monarquía se ve obligada a interesarse por la situación de los remensas. Es posible que los consejeros reales sean sensibles a las reivindicaciones remensas por un sentido moral de la justicia. Tal vez consideran que la movilidad social y geográfica es indispensable para el desarrollo de las actividades económicas del país. O quizás perciben el movimiento remensa como un instrumento para erosionar el poder de las oligarquías reforzando el papel de la Corona. Y muy probablemente se da una combinación de estos tres tipos de interés (moral o ideológico, económico y político). Los monarcas y sus consejeros tienen, en efecto, muchas dificultades para controlar a los grupos sociales privilegiados, las altas jerarquías eclesiásticas, la gran nobleza y la alta burguesía urbana, unos grupos sociales que, además de gozar de enorme privilegios económicos y sociales, ejercen una función política dirigente gracias al control sobre algunas instituciones políticas catalanas fundamentales (Cortes, Diputación del General o Generalitat y consejos municipales).

Entre los remensas no hay una sola actitud. Unos quieren pactar, otros soluciones más drásticas.


Hay que destacar que entre los remensas no hay una sola actitud. Comparten un objetivo principal común: la libertad personal. Pero, en cambio, hay diferentes estrategias y una gran diversidad de objetivos secundarios. Para intentar simplificar este extraordinario abanico de opciones, se puede establecer una diferenciación entre remensas ricos y remensas pobres. Los primeros son más partidarios de llegar a un pacto con los señores. En Cambio, los segundos, ahogados por la fuerte presión señorial y con pocas tierras, son partidarios de soluciones más drásticas y radicales.

La monarquía se centra en tratar de liberar a los remensas de los malos usos.


A finales del siglo XIV y principios del siglo XV, el esfuerzo de la monarquía se centra en tratar de liberar a los remensas de los malos usos. En primer lugar, JUAN I piensa en pedir un donativo a los remensas por redimirlos de los malos usos.

Martín I el Humano presiona al Papado para que los eclesiásticos liberen a sus remensas de los malos usos.


MARTÍN I el Humano y su mujer -la reina MARIA- piensan en la posibilidad de presionar al Papado para que los principales señores eclesiásticos liberen a sus remensas de los malos usos a cambio de una compensación económica. Además, MARTÍN el Humano piensa que esta actitud puede comportar una especie de liberación en cadena. Si los principales señores eclesiásticos renuncian a los malos usos, los señores laicos (nobles y burgueses) también se verán obligados a hacer lo mismo. Y, probablemente por esta razón, los grupos sociales privilegiados reaccionan conjuntamente contra los planes del rey.

Patricios y nobles catalanes han saboteado con su actitud pasiva la causa de JAIME II de Urgell en Caspe.


Patricios y nobles catalanes, amenazados en sus privilegios por menestrales y remensas, descontentos de la política filopopular y ?filoremensa de los últimos monarcas, han saboteado con su actitud pasiva la causa de JAIME II de Urgell en el Compromiso de Caspe, pues aun siendo el sucesor más cualificado, y catalán, se les representa como un peligro de continuidad de aquella política, por lo que les atrae la perspectiva de un monarca extraño, elegido, que no sea un sucesor sino un elegido con quien sea más fácil poder pactar. Si el rey es elegido, lógicamente, en correspondencia, el rey habrá de ejercitar su función de gobierno de acuerdo con este pueblo, o sea, con las clases dirigentes.

Les Corts aprovechan para arrancar al nuevo rey, FERNANDO I, una serie de concesiones y privilegios.


Les Corts -Las Cortes Reales Catalanas- aprovechan para arrancar al nuevo rey, FERNANDO I salido del Compromiso de Caspe y condicionado por la actuación de JAIME II de Urgell, una serie de concesiones y privilegios. Así, FERNANDO I, que sabe que su reinado depende del soporte que le ofrezcan las clases dirigentes catalanas, concede a los nobles catalanes la constitución “Com a molts” que prohíbe modificar el estatuto de los remensas, consagrando los “mals usos” jurídicos de los que estos campesinos adscritos a la tierra se quejan.

Los remensas no cesan de presionar constantemente para conseguir sus reivindicaciones.


Los remensas no cesan de presionar constantemente para conseguir sus reivindicaciones. De esta manera, durante el reinado de ALFONSO V el Magnánimo, el conflicto remensa reparece con fuerza en diversas ocasiones. Por ejemplo en (1429-1432).

Los remensas ofrecen al monarca 64.000 florines para redimir los malos usos, pero el rey pide 100.000.


El conflicto remensa reaparece otra vez con fuerza en (1446-1457) en tiempo de ALFONSO V el Magnánimo. En este último rebrote, los remensas ofrecen al monarca 64.000 florines para redimir los malos usos, pero el rey pide 100.000. De esta manera, quizás se pone de manifiesto que la corona considera el problema remensa como una fuente de ingresos económicos más que un acto de justicia. En todo caso, la implicación de la monarquía en la cuestión remensa preocupa a los grupos oligárquicos del país, incluyendo a la alta burguesía urbana, que cada vez asimila más sus intereses a los de la nobleza, a través de adquisición de tierras.