REMENSAS DE CATALUNYA

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Al intentar hacer cumplir la ley de los “mals usos”, los remensas se rebelan.


Al intentar hacer cumplir -de acuerdo con la decisión de las Corts Catalanes de 1483- la ley de los “mals usos”, los remensas se rebelan. Se produce una revuelta en Mieres (Garrotxa) por el intento de actuación judicial contra los bienes de los remensas que se niegan a pagar los censos señoriales. La revuelta la encabeza Pere Joan SALA y aunque el lugarteniente de Catalunya intenta restablecer la paz, el conflicto se extiende por toda Catalunya Vella y da lugar a la “Segunda Guerra dels remensas” (1484-1486).

El rey quiere ser el árbitro del conflicto, pero esto es inviable mientras los más radicales continúen en armas.


En la fecha, el abad Samsó, de Sant Salvador de Breda, llega a Catalunya, procedente de Córdoba. FERNANDO II le ha encargado la misión que remensas y señores acepten que el monarca se convierta en el árbitro del conflicto. Este arbitraje, sin embargo, es inviable mientras los remensas radicales continúen en armas. En este momento, comandados por Bartomeu Sala, sobrino de Pere Joan SALA , ya han llegado hasta el Vallés.

La preocupación por la proximidad de las tropas remensas a Barcelona moviliza a los señores.


En la fecha, las tropas reales intentan parar a los remensas en Montornès pero son derrotadas. Poco tiempo después de esta derrota real, Pere Joan SALA propone un plan de pacificación a los señores, pero éstos no lo aceptan. Consiste en el no-cobro de censos ni prestaciones hasta que el rey no de la solución al conflicto remensa. A cambio, ofrece retirarse a la montaña. La guerra prosigue con más violencia. Los remensas llegan a ocupar Granollers. La preocupación por la proximidad de las tropas remensas a Barcelona moviliza a los señores

El enfrentamiento decisivo tiene lugar en Llerona, en el llano del Vallés. Los remensas son derrotados.


El enfrentamiento decisivo tiene lugar, en la fecha, en Llerona, en el llano del Vallés. Las fuerzas señoriales derrotan a los remensas haciendo prisionero a su jefe -Pere Joan SALA- que es decapitado en Barcelona cuatro días después, siendo su cabeza colgada en una de las torres del Portal Nou. La guerra prosigue unos meses en Girona y el Empordà. El país parece condenado a una devastación perpetua..

Finalmente, los moderados de ambos bandos solicitan un nuevo arbitraje real de FERNANDO II.


Finalmente, los moderados de ambos bandos -señores y remensas- solicitan un nuevo arbitraje real. Entonces, enviado por FERNANDO II, Íñigo López de Mendoza llega, en la fecha, a Barcelona. En tan sólo un mes consigue que ambos bandos se comprometan a aceptar un arbitraje del rey. Además, los remensas se comprometen a devolver los bienes muebles y los castillos a los señores y a ayudar a perseguir a los payeses que no acepten el compromiso.

FERNANDO II proclama una sentencia arbitral en el monasterio de Santa Maria de Guadalupe.


FERNANDO II convoca a sectores de la nobleza y de los remensas moderados y proclama, en la fecha, una sentencia arbitral en el monasterio de Santa María de Guadalupe (Extremadura) por la que, aun manteniéndose el sistema feudal y señorial, quedan abolidos prácticamente todos los “malos usos” a cambio de una indemnización de 60 sueldos por “gleva” a los señores, convirtiéndose en la base de una estabilidad social que se prolongará durante siglos. A esta sentencia se la conocerá como: “Sentencia Arbitral de Guadalupe”. Una claúsula adicional de 1488 garantizará los derechos de los payeses sobre las propiedades yermas o abandonadas. Los payeses, de nuevo, después de cuatro siglos, pueden considerarse libres; obtendrán el libre uso de la tierra que trabajan aunque seguirán pagando importantes rentas feudales durante algunos siglos.

FERNANDO II, propicia la renovación de las tradicionales instituciones catalanas para la concordia.


Por otra parte, en la “Sentencia Arbitral de Guadalupe”, FERNANDO II, propicia la renovación de las tradicionales instituciones catalanas como único camino posible para la concordia. Frente al sistema contractual propio de la monarquia en la Corona de Aragón, cuya optimización es alentada por el mismo FERNANDO II, Castilla adopta cada vez más el absolutismo del poder real, con lo que se confirma la falta de unidad entre ambos reinos y el desinterés en intentar siquiera una aproximación mutua. De hecho, aprovechando el agotamiento derivado de la guerra civil (1462-1472) y el temor de las clases dirigentes ante el segundo levantamiento remença (1484-1486), FERNANDO consigue el soporte de los pactistas moderados. Éstos aceptan la consolidación del poder político de la monarquía a cambio de mantener una buena parte de sus privilegios económicos y sociales.

FERNANDO II impone pena de muerte y confiscación de todos sus bienes a los jefes de los remensas..


A pesar del fracaso que en su día (22/6/1462) representó la concordia elaborada por la Generalitat, este proyecto era una especie de esbozo de la futura sentencia arbitral de Guadalupe (1486), que un cuarto de siglo más tarde fija las bases de la pacificación social y política de Catalunya. La diferencia fundamental entre ambos textos (la concordia de 1462 y la sentencia arbitral de 1486) consiste precisamente en el tiempo transcurrido, en tanta sangre vertida y en la miseria de un país devastado. En 1462 triunfó el deseo de conseguir una victoria total; en 1486 nada más queda el pragmatismo de una sociedad agotada. FERNANDO II concede perdón general a todos los payeses de remensa, mediante 50.000 libras barcelonesas de multa, haciendo excepción de los caudillos y caporales a quienes impone pena de muerte y confiscación de todos sus bienes.

Predominio de la corona de Castilla sobre la corona de Aragón a finales del siglo XV.


Las guerras remensas han empobrecido Catalunya y explica, en buena parte, el predominio de la corona de Castilla sobre la corona de Aragón a fines del siglo XV. Estas guerras nos llevan a considerar unas constantes de la historia de Catalunya que el profesor Jaume Vicens Vives definirá como la “rauxa” (el arrebato) y el “seny” (sentido común). La rebelión a ultranza que encabezaría Pere Joan SALA, muerto en el patíbulo, sería un ejemplo de “rauxa”. Por el otro lado, Francesc de Verntallat, más inclinado al pactismo, es hasta cierto punto, modelo del “seny”. Lo cierto es que, a partir de entonces, el campo catalán conocerá una prosperidad y una paz que sólo turbarán, años más tarde, el bandolerismo y las guerras civiles. Y merece un comentario especial la muerte de ambos protagonistas: Pere Joan SALA, en el patíbulo, abandonado de los suyos; Francesc de VERNTALLAT, protegido por el rey, que le premiará con unas casas en la ciudad. Es difícil afirmar quién de los dos ha tenido razón. Pero lo cierto es que el campo catalán se beneficiará del resultado final de la lucha de los remensas en defensa de sus derechos como personas.