Tras la caída del primer gobierno de concentración nacional, el de García PRIETO, ALFONSO XIII encarga la formación de un segundo; ningún político tiene mayoría en las cortes y no se deciden a formar nuevo gobierno, la amenaza de abdicación del monarca obliga a Antonio MAURA, que cuenta sólo con 27 escaños en las cortes, a aceptar la responsabilidad del gobierno. En él figuran los políticos más importantes: está presidido por Antonio MAURA y forman parte del mismo CAMBÓ, ROMANONES, DATO, García PRIETO, Alba… etc. Resulta muy significativo que la presidencia de MAURA testimonie que es ya considerado como el primer político del país. Otro gran entusiasta de la fórmula es también CAMBÓ, que por vez primera ejerce el poder.

En noviembre de 1918 la Lliga, en Catalunya, que ha perdido credibilidad nacionalista, inicia una campaña a favor de la autonomía integral redactando unas bases autonómicas que son entregadas al Jefe del Gobierno. Hay un clamor popular a favor y muchos ayuntamientos se han sumado al mismo. La Lliga instrumentaliza el poder que tiene en la Mancomunidad. Por otro lado, con esta iniciativa, que también es defendida por republicanos y nacionalistas de izquierda, la Lliga quiere limpiar la imagen de soporte al estado opresor, que ha mostrado en particular en el Gobierno español (1918), y, al mismo tiempo, buscar una valoración social que ha perdido en la conjunción revolucionaria de 1917, en la cual ha colaborado abiertamente con la represión gubernamental. El proyecto de estatuto ha significado la adaptación de unas bases de autonomía entregadas al Gobierno español y rechazadas por él mismo y el Congreso días antes, lo cual comporta la retirada de los diputados catalanes del Parlamento.

A partir de este momento, el problema catalán sigue dos rumbos paralelos. El gobierno intenta formar una comisión con representantes de los distintos partidos para solucionar el problema pero pronto le faltan los apoyos fundamentales, primero de las izquierdas y luego también de las derechas. Al fin presenta a las Cortes un proyecto de ley en el que se trata de manera conjunta la autonomía catalana y la municipal. Por su parte, los catalanes redactan un estatuto de autonomía que intentan sea aprobado amenazando con iniciar un movimiento de protesta civil. La verdad es que en el Parlamento encuentran una actitud que bien se puede calificar de muy poco comprensiva: si Niceto ALCALÁ ZAMORA acusa a CAMBÓ de permanecer dubitativo entre ser el líder de la independencia catalana o el político que pretende dirigir la española, Antonio Maura provoca una reacción fervorosa de españolismo radical con resultado muy negativo para las pretensiones catalanistas. Pero en el momento de la máxima tensión de este problema se produce una grave agitación social en Barcelona que transforma el centro de gravedad de las preocupaciones de los catalanistas.

CAMBÓ presenta la reivindicación de un estatuto para Catalunya en el parlamento español e intenta una solución pactada con los partidos dinásticos, pero el Gobierno español no lo acepta. Por su parte, la UNM considera que CAMBÓ ha ido demasiado lejos, que se está desestabilizando la monarquía en una situación de riesgo de revolución social. La huelga de La Canadiense, la represión del sindicalismo, la imposibilidad de canalizar los conflictos en un comité paritario, el pistolerismo anarcosindicalista, la lucha de clases, en suma, aparcarán la reivindicación autonomista.

DATO decide visitar Barcelona con el rey el 15 de junio, a la vez que negocia con la Lliga una prudente solución a los traspasos provinciales, autorizados por el Gobierno. La Lliga imparte la consigna de poner banderas catalanas en los balcones para homenajear al rey y DATO grita: “¡Viva España y Visca Catalunya!”. Es un ejemplo inteligente para hallar una salida digna y negociada de la crisis. En esta ocasión, CAMBÓ enseña a ALFONSO XIII las obras y los planos de la Exposición de Montjuïc, que acabará celebrándose en 1929. Al mismo tiempo, comienza la remodelación de la finca de los Güell, en el barrio de Les Corts, destinada a palacio real en Barcelona.

En 1921 Francesc CAMBÓ participa en la creación de la Companyia Hispano-Americana de Electricidad (CHADE), filial de la alemana Deutsch Ueberseeische Elektrizitaets Gesellschaft (DUEG), y pronto se convierte en su presidente. Así Francesc CAMBÓ se convierte en un gran financiero que queda vinculado a los intereses del capital internacional obteniendo importantes beneficios.

Como en otras ocasiones anteriores el Rey ha de recurrir, ante las circunstancias, a un gobierno presidido por Antonio MAURA, del que formarán parte todos los grupos políticos de la Restauración con la excepción de la extrema izquierda liberal. Sin embargo, este gobierno, que durará hasta el 8 de marzo de 1922, estará profundamente dividido en su interior entre quienes desean una intervención más decidida en Marruecos y aquellos otros, como CAMBÓ, que quieren limitar al máximo las obligaciones españolas en Marruecos. El propio hecho de que la situación militar se encarrila rápidamente, permite que se acentuen las diferencias internas respecto a la política a seguir en el futuro.

Indalecio PRIETO, socialista, se sirve del desastre de Annual para atacar a la Corona. La conmoción que este desastre militar produce en la Península es terrible. ALFONSO XIII confia de nuevo la presidencia de un nuevo Gobierno de concentración a Antonio MAURA (1921-1922) con CAMBÓ en Hacienda. Con la Lliga se cuenta sólo en los momentos de emergencia.

En marzo de 1922, MAURA abandona el poder, su no es definitivo. ALFONSO XIII ofrece el cargo a Francisco CAMBÓ pero su fe nacionalista no le permite la aceptación. A partir de aquel momento a ALFONSO XIII ya no le queda otro recurso que pensar en su Dictadura. Pero todavía han de pasar unos meses. Así, toma el relevo José Sánchez GUERRA y Martínez de marzo a diciembre de 1922 y después, Manuel García Prieto de diciembre de 1922 a septiembre 1923.

CAMBÓ había prometido, en 1919, que no formaría parte de Gobierno alguno si no se había concedido antes la autonomía catalana. Esa segunda colaboración ministerial, sin concesión alguna para Catalunya, le cuesta a la Lliga, en mayo de 1922, la escisión peor de su historia: la de Acció Catalana. En efecto, Acció Catalana se forma en Barcelona como consecuencia de la convocatoria, en la fecha, de la Conferència Nacional Catalana por parte de la Joventut Nacionalista de la Lliga, algunos militantes de la extinta UFNR y diversos intelectuales independientes. La ruptura con la Lliga se produce en el contexto de la segunda participación de CAMBÓ en el Gobierno. A pesar de su tendencia no separatista, se presenta como una opción nacionalista mas radical que la de la Lliga y con la idea que la agitación cultural es un buen medio para ‘fer pàtria’. Son sus líderes intelectuales como Jaume Bofill i Mates, Antoni Rovira i Virgili, LLuis Nicolau d’Olwer y Raimon d’Abadal, con el diario “La Publicitat” como portavoz.