Segunda reunión en Miravet -Miravet II- de los presidentes de todos los grupos parlamentarios de Catalunya menos el del PP, Josep Piqué, y en la que se acuerda que el Estatut defina Catalunya como nación. No hay ni foto, ni comunicado final conjunto, a pesar de los reiterados intentos que ha hecho Pasqual Maragall. El PP, mientras tanto, hace fortuna con su idea de que el Gobierno de Zapatero es rehén del tripartito. Son vísperas de elecciones en Galicia.

El consejero Castells y el portavoz convergente, Felip Puig, alcanzan un acuerdo con relación a la reforma del estatut basándose en la propuesta del Tripartito, a la que se suman elementos defendidos por CiU. El acuerdo sobre el Estatuto encuentra un escollo inesperado en el laicismo en la enseñanza. Al final, abrazos y fotografías

Por 120 votos a favor y 15 en contra, los del PP, es aprobado el proyecto de Estatut por el Parlament de Catalunya después de que Maragall y Mas lleguen a un pacto en el último momento sobre financiación y educación. El Estatut es, pues, aprobado por el 88,8% de los votos del Parlament de Catalunya. Por otra parte, existe una amplia y creciente conciencia sobre cual es el principal problema que ha de resolver el nuevo Estatut: el déficit fiscal de Catalunya con el sector público central español. Precisamente en materia de financiación, los nacionalistas catalanes consiguen para el Estatut, aparte de la definición de Catalunya como nación, la agencia tributaria catalana y la bilateralidad en las relaciones financieras Estado-Generalitat. Contrariamente, antes de la votación, en el rifirrafe final, los socialistas por medio de Antoni Castells imponen como se ha de determinar la cuota cero o cuota inicial a pagar en concepto de “solidaridad” (disposiciones finales primera y segunda): según como se apliquen y quien interprete estas disposiciones, se puede obligar a la Generalitat de Catalunya a efectuar unos pagos anuales muy elevados por este concepto.

Aprobado el proyecto de reforma, se inicia la negociación entre el cuatripartito catalán (CiU, PSC,
ERC e ICV), el PSOE y el Gobierno, de cara a la aprobación del texto en las Cortes. El 2 de noviembre, tras diez horas de debate, el pleno del Congreso, con el único voto en contra del PP, acepta tomar en consideración el proyecto de reforma, que remitirá a la comisión constitucional.

El 2006 arranca sin un acuerdo entre el PSOE y el cuatripartito sobre aspectos esenciales del texto del nuevo Estatut reformado para Catalunya. El 21 de enero, Zapatero se reúne en secreto con Mas en la Moncloa y alcanzan un acuerdo global que incluye la definición de Catalunya como nación en el preámbulo y como nacionalidad en el articulado, pactan la agencia tributaria y la cesión del 50% de los impuestos. Zapatero abre una ronda para explicar el acuerdo a los partidos.

Esquerra reúne en el Parlament de Catalunya a todos sus cargos electos, responsables institucionales y dirigentes territoriales para reafirmarse de manera solemne en su rechazo al Estatut tal como queda después del pacto Zapatero-Mas.

El 18 de febrero, decenas de miles de personas abarrotan el centro de Barcelona en una gran manifestación que apoya ERC bajo el lema Som una nació i tenim el dret de decidir.

El 30 de marzo del 2006, el pleno del Congreso aprueba el Estatut con el apoyo de PSOE, CiU, IU-ICV, PNV ,CC y BNG, la abstención de Nafarroa Bai y CHA, y los votos en contra del PP, ERC y EA. En total, 189 diputados a favor y 154 en contra. Ha obtenido el respaldo del 54,8% de los diputados presentes en la votación. PP alerta del peligro que afronta el Estado y ERC critica que el texto es “insuficiente” para Catalunya. El PSOE defiende su constitucionalidad.

El 10 de mayo del 2006, el Senado aprueba el Estatut, con los 128 votos a favor de PSOE, CiU, PNV,
CC, IU-ICV y BNG, los 125 en contra del PP y seis abstenciones de ERC, PAR y EA.

La posición contraria de Esquerra ante el nuevo Estatuto de autonomía de Catalunya, por considerarlo insuficiente, supone el cese de sus consejeros en el Gobierno de Catalunya, que Maragall remodela.