GUERRA RUSO-SUECA (1788-1790)

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El conflicto de Suecia con Rusia (1788-1790), se inicia por el rey GUSTAVO III de Suecia


El conflicto de Suecia con Rusia (Guerra Ruso-sueca 1788-1790), se inicia por el rey GUSTAVO III de Suecia por razones políticas internas, ya que cree que una guerra corta dejará a la oposición sin más remedio que apoyarlo. El motivo es un supuesto ataque ruso a un lugar fronterizo de Suecia. Las potencias occidentales — como Gran Bretaña, Holanda y Prusia — están alarmadas por una serie de victorias rusas en la Guerra Ruso-Turca (1787–1792) y presionan para que se produzca la guerra en el Norte desviando así la atención de CATALINA II de Rusia en el teatro del sur. También, por ello, GUSTAVO III llevará a cabo una alianza con Turquía en el verano de 1788.

Las tropas suecas, sin una previa declaración de guerra, atraviesan la frontera con Rusia.


A fin de fomentar la cohesión interna, GUSTAVO III de Suecia, concibe la idea de recuperar las provincias bálticas, perdidas hace casi un siglo, atacando a Rusia que atraviesa problemas militares con Polonia y Turquía. En los días finales de junio de 1788, las tropas suecas, sin una previa declaración de guerra, atraviesan la frontera con Rusia, bajo el pretexto de un conflicto fronterizo, de dimensiones insignificantes y provocado por los mismos suecos. El rey GUSTAVO III confia en la victoria, amparado en la atención que la emperatriz rusa fija en las hostilidades con el Imperio Otomano, y en que aquélla supuestamente no espera el súbito rompimiento de relaciones con Suecia, hasta entonces en buena situación.

Batalla de Hogland donde la armada sueca no puede derrotar a la armada rusa del Báltico.


En los planes de GUSTAVO III de Suecia se encuentra la rápida conquista de la ciudad de San Petersburgo, pero ésta no se puede concretar por el fracaso del duque Carlos en la batalla de Hogland el 17 de julio de 1788, donde no puede derrotar a la armada rusa del Báltico. Desgraciadamente para GUSTAVO, varios oficiales del ejército sueco en Finlandia se amotinan contra el rey (Alianza de Anjala) y buscan el apoyo de Rusia.

Dinamarca, presionada por un pacto militar con Rusia, decide invadir territorio sueco.


Dinamarca, presionada por un pacto militar con Rusia, decide invadir territorio sueco en septiembre de 1788, en la llamada “Guerra del Teatro”. Ante el peligro de ser atenazado en dos frentes, GUSTAVO III hace un llamado al levantamiento popular patriótico en Suecia. Este llamado es respondido con entusiasmo por considerables sectores de la población que deciden alistarse como voluntarios en el conflicto contra los daneses. GUSTAVO III se erige ante la opinión pública sueca como un gran patriota y padre de la resistencia civil.

La guerra entre Suecia y Rusia sigue su curso con fortuna cambiante.


La guerra entre Suecia y Rusia siguió su curso con fortuna cambiante. GUSTAVO III de Suecia, que no contaba con grandes cualidades militares, tomó parte activa en la guerra y obtuvo algunas victorias menores: en tierra en la batalla de Uttismalm (junio de 1789) y la batalla de Valkeala (abril de 1790), y por mar en la batalla de Fredrikshamn (mayo de 1790). Pero también bajo el liderazgo de GUSTAVO se sufrió una aplastante derrota ante la flota de CATALINA II de Rusia en la primera batalla de Svensksund en agosto de 1789. En junio de 1790, toda la flota sueca con el rey, el duque Carlos y 30,000 hombres a bordo fue encerrada en la bahía de Vyborg. Los suecos lograron escapar casi milagrosamente, gracias a un viento favorable y eventualmente, el 9 de julio de 1790, derrotaron a la flota rusa, superior en número, en la segunda batalla de Svensksund, una de las más grandes victorias navales de Suecia, bajo mando del vicealmirante Olof Cronstedt y el propio GUSTAVO III.

La paz entre Suecia y Rusia es firmada el 14 de agosto de 1790 mediante el Tratado de Värrälä.


La paz entre Suecia y Rusia es firmada el 14 de agosto de 1790 mediante el Tratado de Värrälä. GUSTAVO III de Suecia no ha logrado sus pretensiones de conquista, pero finaliza el intervencionismo ruso en la política de Suecia y la reputación del soberano sueco aumenta significativamente. En contrapartida, las finanzas del país sufren graves daños.