El 10 de mayo de 1940, los ejércitos alemanes invaden los Países Bajos y Bélgica en su ofensiva hacia el Oeste iniciándose la Batalla de Francia. Los alemanes hacen un amplio uso de fuerzas aerotransportadas para tomar intactos los puentes decisivos para mantener el ritmo del avance. Los holandeses, son superados inmediatamente; pero los aliados confían y basan sus planes en el hecho de que los belgas opongan una resistencia más enérgica. La inexpugnable fortaleza de Eben Emael va a ser la pieza clave de la línea defensiva belga. Se supone que las imponentes fortificaciones detendrán durante semanas el avance alemán; sin embargo una fuerza alemana aerotransportada de sólo 85 hombres aterriza al pie de la fortaleza con planeadores. Utilizando unas cargas huecas especiales, los alemanes penetran rápidamente en la fortaleza y someten a sus 750 defensores. Las fuerzas alemanas pueden avanzar rapidamente desorganizando las posiciones defensivas aliadas.

Los panzers alemanes avanzan hacia el sur de Bélgica atravesando las colinas y los bosques de Las Ardenas entre el 12 y el 14 de mayo. Los franceses descubren a los blindados que llegan de las infranqueables Ardenas; los esperan para detenerlos en el río Mosa. Pero la artillería alemana ataca, con gran cobertura de apoyo aéreo por parte de la Luftwaffe, las defensas del Mosa. La infantería alemana cruza el Mosa por Sedán en lanchas de goma. Los zapadores construyen puentes de pontones y los panzer empiezan a cruzar los puentes, desbordando las posiciones francesas de defensa. En lugar de ir hacia París, como esperan los franceses, los panzer se dirigen velozmente hacia el canal de la Mancha, esperando aislar a las unidades aliadas, principalmente británicas que ya se han unido a los combates y francesas, que están combatiendo en Bélgica.

La capital de Bélgica, Bruselas, es tomada por los alemanes.

LEOPOLDO III, rey de Bélgica, se ve forzado a tomar una discutida decisión, cual es capitular con su ejército y mantenerse en su país ocupado. Sin avisar a británicos ni franceses, ordena a los belgas deponer las armas. Además, permanece en su país -refugiado en su castillo de Laeken mientras el gobierno se traslada a Gran Bretaña, dando así pábulo a la creencia de que se apresta a convertirse en un títere de los alemanes. Los carros alemanes atraviesan las Ardenas y llegan hasta el Mosa, violando la neutralidad belga y burlando la «Línea Maginot».

Hitler lanza sus «armas secretas». Lleva mucho tiempo hablando de ellas como una manera de imprimir un nuevo curso a la guerra. Se trata de las «Vergeltungswaffe» («armas de represalia»), abreviadas como V. La primera de ellas es la V-1, un avión sin piloto, lanzado mediante catapultas o desde otros aviones. Tiene 7,5 m de longitud por 5,4 de envergadura. Como va sin piloto, implica poco riesgo, y además estas «bombas volantes» resultan baratas de construir. Se lanzan unas 8.000 contra Gran Bretaña, e igual número contra Bélgica, a partir del 13 de junio de 1944. Vuelan por debajo de la velocidad del sonido, de modo que la mitad de ellas, aproximadamente, son derribadas.

HITLER lanza sus «armas secretas». Lleva mucho tiempo hablando de ellas como una manera de imprimir un nuevo curso a la guerra. Se trata de las «Vergeltungswaffe» («armas de represalia»), abreviadas como V. La primera de ellas es la V-1, un avión sin piloto, lanzado mediante catapultas o desde otros aviones. Tiene 7,5 m de longitud por 5,4 de envergadura. Como va sin piloto, implica poco riesgo, y además estas «bombas volantes» resultan baratas de construir. Se lanzan unas 8.000 contra Gran Bretaña, e igual número contra Bélgica, a partir del 13 de junio de 1944. Vuelan por debajo de la velocidad del sonido, de modo que la mitad de ellas, aproximadamente, son derribadas.

El 3 de septiembre de 1944, los Aliados liberan Bruselas, y al día siguiente, Amberes. Otros dos millones de soldados aliados se hallan ahora en Francia, y han infligido a los alemanes medio millón de bajas. Se pierden además 200.000 hombres aislados en fortalezas costeras, que con el tiempo se irán rindiendo.

En plena Segunda Guerra Mundial, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo pactan la supresión de los derechos de aduana en sus fronteras comunes, además de fijar tasas comunes para las mercancías provenientes del exterior de la unión. El 5 de septiembre de 1944, se firma el tratado en Londres, por el que se constituye el Benelux, en donde los tres gobiernos se encuentran exiliados. La entrada en vigor del tratado se preve para el 1 de enero de 1948, con el ánimo de poder tener un tiempo (tres años) para la reconstrucción de cada uno de los países. El tratado del Unión Aduanera de Benelux, tiene además como vocación la libre circulación de personas, de bienes y de servicios.

La Batalla de las Ardenas (Territorio entre Francia, Bélgica y Alemania), también llamada en inglés «Battle of the Bulge» (Batalla del Saliente), es el ataque alemán del 16 de diciembre, última ofensiva alemana de la Segunda Guerra Mundial, con cuatrocientos mil hombres y un millar de tanques, que sorprende y desconcierta al mando norteamericano, cuyas medidas defensivas son apropiadas, pero lentas. Sin embargo, tal como se temen los mandos de la Wehrmacht, los problemas de sus fuerzas y las desacertadas presunciones de HITLER saldrán pronto a relucir. La mayoría de las unidades norteamericanas -en una inferioridad inicial de 3 a 1- se defienden con energía, dificultando y desviando los ataques y reduciendo la velocidad de penetración de las fuerzas acorazadas; las comunicaciones en Las Ardenas constituyen una tortura para los atacantes; la falta de combustible les deja indefensos a medio camino; el cielo, despejado a partir del 24 de diciembre, permite operar, con la habitual superioridad, a los cazabombarderos angloamericanos. Las últimas reservas alemanas de hombres y de tanques han sido emplazadas para la ofensiva que durará hasta el 28 de enero.

En Bélgica, tras la Segunda Guerra Mundial se ahonda en las diferencias entre las dos comunidades, flamenca y valona. Entre ambas existe una gran incomprensión y un profundo desconocimiento. Los flamencos se sienten oprimidos pese a beneficiarse de un considerable desarrollo económico. Según ellos, aportan demasiado dinero al sur, donde los valones sufren el estancamiento de la industria pesada, sector de importancia esencial.