Fallece mártir PEDRO, el obispo legítimo de Alejandría. Sin embargo no termina la contienda por el obispado de Alejandría. Cuando MELECIO, después de haberse elegido un sucesor, muere, sus secuaces se han unido ya a los arrianos y conducen, junto con ellos, la lucha contra la Iglesia. El ataque más violento por parte de los melecianos se desencadena cuando es elegido obispo de Alejandría el gran campeón de la lucha antiarriana, ATANASIO. Pero la reacción de ATANASIO será tajante y eficaz. Con todo, el cisma se prolongará hasta principios del siglo VI.
HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. Primeros cristianos hasta Constantino (6 aC - 313)
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En Oriente, Galerio, firma en el 311 un edicto de tolerancia para los cristianos que no se aplicará.
Desde hace ya varios años ha cesado la persecución en Occidente. En Oriente, GALERIO, a punto de morir de una terrible enfermedad, firma, en la fecha, un edicto de tolerancia para los cristianos que su sucesor no aplicará.
Muere GALERIO vencido por una enfermedad horrenda en la que los cristianos ven el castigo de Dios.
Muere GALERIO, emperador de Oriente, vencido por una enfermedad horrenda en la cual ven los cristianos el castigo de Dios. Fuera de sí, desesperado, GALERIO muere convencido de que el Dios de los cristianos le ha castigado con tan horrible enfermedad. LICINIO compartirá el imperio entero con Maximino Daya. El Helesponto y el Bósforo formaban la frontera.
MELQUIADES, papa de origen africano, obtiene de MAJENCIO la restitución de los bienes confiscados.
MELQUIADES -papa- (2.7.311-11.1.314). Este pontífice, de origen africano, obtendrá del augusto de Occidente, MAJENCIO, la restitución de los bienes de la Iglesia confiscados durante la persecución de Diocleciano.Durante su gobierno no sólo no experimentó persecución sino que además disfrutó del favor de las autoridades romanas.
Es martirizado LUCIANO de Antioquía por el emperador MAXIMINO DAIA.
Es martirizado LUCIANO de Antioquía por el emperador MAXIMINO DAIA. LUCIANO ha sido traductor y revisor del texto bíblico. Desde un punto de vista exegético, LUCIANO ha tenido un enorme valor porque opuso un método histórico y literal a la hora de estudiar las Escrituras al alegórico de los alejandrinos.
CONSTANTINO, en al fecha, entra triunfante en Roma. El Senado aclama al vencedor como salvador.
CONSTANTINO, en la fecha, entra triunfante en Roma. El Senado aclama al vencedor como salvador del pueblo romano y le titula primus augustus. CONSTANTINO considera que el Dios cristiano le ha proporcionado la victoria, por lo que abandona sus anteriores creencias paganas. En efecto, los romanos, asombrados, comprueban que no acude al templo de Júpiter Capitolino, para dar gracias por su triunfo. Los cristianos se ponen de su lado, y su auge ya se hace imparable.
La paz de la Iglesia en el 313 marca el comienzo de la «Iglesia constantiniana».
La paz de la Iglesia en el 313 marca el comienzo de la llamada «Iglesia constantiniana». Con esta expresión se entiende un nuevo modo de relaciones entre la Iglesia y la sociedad: la Iglesia se integra en un Estado que poco a poco se irá cristianizando. Por otra parte, a veces se usa equivocadamente el término «constantiniano» para significar un tiempo o una época en que el catolicismo es religión del Estado o protegido por él. Ello no es cierto; quien erigirá al cristianismo como religión oficial del Estado será Teodosio I el Grande (379-395), ya que CONSTANTINO y LICINIO se limitan únicamente a prohibir que se persigan a los cristianos ofreciendo libertad de culto. De ahí se seguirán, sin embargo, múltiples interferencias. El Estado intervendrá en la vida de la Iglesia y esperará de ella un apoyo ideológico. El emperador tratará de regular los conflictos doctrinales que perturban el orden público y tomará la iniciativa en la convocatoria de los concilios. Al mismo tiempo, la Iglesia obtiene del Estado ventajas económicas, materiales y jurídicas. Cuenta con el emperador para luchar contra la herejía y el paganismo.
CONSTANTINO y LICINIO proclaman el célebre «Edicto de Milán» o «Tolerancia del cristianismo».
CONSTANTINO y LICINIO, proclaman el célebre «Edicto de Milán». Con él deja de ser la religión pagana de Roma la única y oficial del imperio, dándose libertad para que cada uno siga la religión que más le plazca incluida la cristiana. Aunque los cristianos habían podido practicar su religión públicamente desde la retirada de Diocleciano, el Edicto indicaba y simbolizaba el comienzo de una nueva era para la Iglesia y para su status en la sociedad romana. Se revocan todos los anteriores decretos anticristianos y deberán devolverse los lugares del culto cristiano y otras propiedades confiscadas. Los acontecimientos que llevan al «Edicto de Milán» son complejos y en ciertos aspectos misteriosos. Los apologistas cristianos contemporáneos y los que seguirán lo presentarán como la consecuencia de la conversión del propio CONSTANTINO, promovida a su vez por la milagrosa intervención de Dios antes de la batalla del Puente Milvio, en que CONSTANTINO derrota al usurpador Majencio. Ésta es la versión que al propio CONSTANTINO le gustará contar en un período posterior de su vida.
El emperador más o menos cristiano, determina qué punto de vista es herético y cuál «ortodoxo»
Mientras el cristianismo ha sido una religón más o menos fuera de la ley, los obispos han podido disputar entre ellos a propósito de puntos doctrinales, lo que ha dado lugar a las que se llamarán «herejías» (de una palabra griega que significa «escoger», en el sentido de «escoger cada cual su punto de vista»). Como consecuencia de ello, se han suscitado interminables querellas y polémicas. Ahora bien, una vez la religión cristiana se coloca bajo un emperador más o menos cristiano, éste último es el que, determina qué punto de vista es herético y cuál «ortodoxo» (de una palabra griega que significa «opinión verdadera»).
Oportunistas se coierten en aduladores de aquellos otros que son cristianos de convicción.
Ya antes de Constantino, desde finales del siglo III, algunos obispos han adoptado un estilo de vida parecido al de los gobernadores romanos. Se trata de una lenta impregnación de la Iglesia por el ambiente cultural y jurídico en el que está sumergida. Ya en el siglo IV, el paso rapidísimo de una vida subterránea a una existencia pública exige un cambio profundísimo en la organización de la Iglesia. Los obispos pasan de ser personas perseguidas y acosadas, siempre en peligro de muerte, a ser importantes personalidades respetadas por el poder político y dotadas de enorme prestigio. Muchos ciudadanos romanos quieren hacerse cristianos por razones de seguridad; otros, para «hacer carrera» o medrar en los negocios… Así, bastantes oportunistas se convertirán en aduladores o «compañeros de viaje» de aquellos otros que son cristianos de convicción.Por supuesto en esto no hay nada nuevo. El emperador ha sido el Pontifex Maximus de los dioses, del mismo modo que ahora se considera un obispo. Los sacerdotes paganos son funcionarios oficiales retribuidos, las vírgenes vestales recorren las calles en carruajes oficiales cubiertos y en los juegos ocupan un palco imperial. CONSTANTINO casi desde el principio comienza a transferir privilegios al clero cristiano y lo exime de los cargos públicos obligatorios en las ciudades y en las áreas no urbanas del pago de los impuestos correspondientes al distrito. Estas medidas implican conferirle la jerarquía de una clase y en este proceso el ámbito secular respalda al espiritual.