En el contexto de la Guerra entre España y Francia, el cardenal RICHELIEU, primer ministro francés, fija sus ojos en el Rosellón y en junio de 1639 se produce el ataque francés por la frontera del Rosellón. Los franceses, dirigidos por el mariscal Schomberg, duque de Halluin, conquistan Òpol y la fortaleza de Salses reputada inexpugnable. Esta conquista es facilitada por la traición de su alcalde, que contra las Constituciones no es catalán. Por otra parte, este ataque es una nueva oportunidad que tiene OLIVARES de arrastrar a los catalanes a su política. A OLIVARES, que lo supo a tiempo, le hubiese sido fácil evitar este ataque francés, adelantándose al mismo por el otro extremo de la frontera donde acampaba el ejército real. Con poco esfuerzo, podría haber desbaratado los planes enemigos. Sin embargo prefiere que Catalunya se convierta en frente de batalla, envolviéndola así en la guerra.
CATALUNYA (Desde el Tratado de Corbeil hasta Nueva Planta (1258-1716)
Total de piezas: 588
Un cuerpo de quince mil infantes catalanes, marchan hacia el Rosellón.
Catalunya, entonces olvidando los agravios recibidos, al grito de ¡sometent!, se levanta en armas, dando el ejemplo Barcelona, donde se alistan unos seiscientos hombres formando varias compañías de mosqueteros, arcabuceros y lanceros. El obispo de Barcelona pone en la puerta de su palacio una bandera de guerra donde campa la cruz de Santa Eulalia. Por su parte el virrey, conde de Santa Coloma, congrega desde Girona las milicias del Principado, alistándose por ciudades, villas y lugares un cuerpo de quince mil infantes, divididos en dos regimientos, para marchar, en la fecha, hacia el Rosellón.
Las tropas del ejército real se dirigen hacia Francia, para expulsar a los franceses del Rosellón.
Las tropas del ejército real, comandadas por Spinola, se dirigen hacia el norte de Catalunya, para expulsar a los franceses del Rosellón.
A pesar de la victoria de Salses, Olivares deja el ejército en Catalunya con los consiguientes abusos.
La victoria de Salses y la consecuente retirada del ejército francés de territorio catalán, permite, asimismo, la retirada del ejército español, y los poderes catalanes piden que Catalunya sea liberada de esta carga que soporta hace tantos años. También en Madrid suenan algunas voces aconsejando el traslado del ejército. Pero OLIVARES lejos de seguir estos consejos, deja el ejército en Catalunya con los consiguientes abusos de la soldadesca, que sin correctivo de ninguna clase, se entrega a ellos desenfrenadamente. Robos, homicidios, violaciones, destrozos de toda clase marcan el paso de las tropas reales por los pueblos y campos de Catalunya.
La Generalitat quiere demostrar al conde-duque de OLIVARES que puede reclutar a miles de hombres.
Con Salses en manos de los franceses, la Generalitat quiere ahora demostrar al conde-duque de OLIVARES que puede reclutar a varios miles de hombres para defenderse en caso de ataque francés. El ejército real, con ayuda de estas tropas, recupera -en la fecha- la fortaleza de Salses. Pero el coste es altísimo. Entre los 13.000 movilizados se producen 8.000 bajas.
OLIVARES cree que es el momento de incorporar a los catalanes a la política de la Corona.
Después de la victoria en el Rosellón, con ocasión de la Guerra de los Treinta Años, en la que han intervenido tropas castellanas y catalanas, OLIVARES cree que es el momento de incorporar a los catalanes a la política de la Corona y convoca Cortes en Poblet. Aunque según los fueros, debían celebrarse en Barcelona, los catalanes lo acatan en seguida, esperando poder solucionar sus problemas. Se dan prisa en poner en condiciones el monasterio para que albergue al séquito real, así como unos cotos donde el monarca se distrajera cazando y, por aburrimiento, no les incordiase como las veces anteriores. Sin embargo, no llega a fijarse la fecha en que deben comenzar las Cortes, que se retrasan indefinidamente.
En Catalunya, el primer hecho sangriento de graves consecuencias se produce en el castillo de Palautordera
La estancia de las tropas españolas en Catalunya son causa de altercados e incidentes con la población a lo largo de aquellos meses. El primer hecho sangriento de graves consecuencias se produce el uno de febrero de 1640. El señor del castillo de Palautordera, ANTONI de Fluviá, un pacífico caballero aficionado a la pintura, su mujer, su hija y sus criados son asesinados por las fuerzas del tercio napolitano de Spatafora. Desde entonces, en toda la zona montañosa del norte se suceden las escaramuzas entre payeses y soldados, con su cortejo de víctimas y de horrores.
Las tropas acantonadas en Catalunya, deben ser alojadas, alimentadas y pagadas a expensas del Principado.
Se publica una Pragmática Real, por la cual las tropas acantonadas en Catalunya, deben ser alojadas, alimentadas y pagadas a expensas del Principado, lo que ocasiona profundo malestar, especialmente entre la población rural, la más pobre. Y es que a los soldados profesionales de la época les acompañan sus familias y un buen número de vividores que florecen a su sombra. Es como toda una población nómada que de súbito cayese sobre el territorio. Además, los habitantes deben mantenerles a sus expensas y alojarles en sus propias casas siguiendo el criterio «que sia superior la gent de guerra a la gent de la terra». De esta manera, en pocos días agotan las reservas de una comunidad campesina y entonces saltan sobre otro pueblo o villa como si fueran una verdadera plaga de langostas. La nobleza, el clero y la burguesía están exentos de esta obligación, que sólo recae en los más humildes, afectados entonces por una serie de malas cosechas y por la peste que se ha declarado en Salses.
La Diputació y el Consell barcelonés arremeten contra la orden de hospedaje de tropas.
El asesinato del señor del castillo de Palautordera ocurrido el pasado febrero, se divulga rápidamente por toda Catalunya. La Diputació y el Consell barcelonés arremeten contra la orden de hospedaje de tropas. Personas responsables que preveían las consecuencias, intentan encauzar la protesta por la vía legal, pero el conde de Sta. Coloma -el virrey- no quiere atender sus denuncias, prohibiendo, incluso, que los paisanos demanden judicialmente a los soldados culpables, como pretendiendo empujar a los campesinos a la violencia
En Catalunya, las levas no dependen de un decreto real sino de una decisión de las Cortes.
A OLIVARES, como es lógico, le interesa que esté en paz la zona fronteriza pero también le son imprescindibles los mercenarios, ya que, por lo impopular de la guerra, cada vez resulta más
difícil reunir soldados. Se expone que a la menor contrariedad, los profesionales se le pasen al otro bando. Por otra parte, a principio, la revuelta le parecía muy oportuna. Con los amotinados iba a poder cubrir el cupo de hombres para Italia que no había modo de reclutar. En Catalunya, las levas no dependen de un decreto real sino de una decisión de las Cortes. De ahí que las órdenes de OLIVARES al virrey son de severidad y dureza, sin atender a razones

