Mientras Girona resiste el fuerte asedio de los franceses, bajo el mando del vizconde Ramon Folc de Cardona, una flota sale de Barcelona y, en la fecha, ataca por sorpresa en el golfo de Rosas a la flota francesa que está cubriendo a los asaltantes. Diversas embarcaciones son capturadas y es hecho prisionero un almirante francés.

La situación por tierra es difícil para las armas catalanas. En el único combate serio que se desarrolla entre Girona y Banyoles, el día de la Mare de Déu d’Agost, el sol de la victoria tiene un eclipse para PEDRO el Grande, según admite la «Gesta Comitum»

El desplazamiento de ROGER de Lauria hacia el sur de Italia se interrumpe en Tarento, en 8/1285, cuando el almirante ha de marchar para defender Catalunya de la invasión francesa. Girona, mientras tanto, resiste como puede a la invasión.

ROGER de Lauria llega de Italia al frente de la fuerza naval aragonesa y libra varias batallas navales contra la flota franco-angevina tocando el islote de les Formigues, cerca de Palamós i Palafrugell. La flota francesa sufre -en la fecha- una estrepitosa derrota. (Desde agosto de 1985 figura una placa conmemorativa). Los cruzados, faltos de alimentos, inician la retirada.

Despues de tomar Girona, FELIPE III de Francia sopesa la derrota marítima y la aparición de brotes de peste, que le ha afectado también a él, y decide ordenar, en la fecha, la retirada por el coll de Panissars. La epidemia que afecta a los franceses, es atribuida popularmente, a las moscas venenosas salidas de la tumba profanada de S.Narciso, patrón de Girona. De este hecho, nació la locución de «hacer más daño que las moscas de San Narciso».

Tras la invasión de Catalunya por los franceses, su retirada es catastrófica. Los catalanes consiguen un inmenso botín y una venganza largamente deseada. PEDRO el Grande nada más se muestra magnánimo con su cuñado (Felipe el Atrevido), su sobrino (Felipe el Hermoso) y alguno de sus acompañantes más cercanos. El resto de los cruzados mueren en territorio catalán. A principio de octubre de 1285, los supervivientes del ejército francés son literalmente exterminados en el Coll de Panissars.

FELIPE III el Atrevido, rey de Francia, muere en Perpinyà en plena retirada de Catalunya.

Francia se apodera del Valle de Arán que pertenece a la Corona de Aragón.

La oposición entre los dos hermanos -PEDRO III el Grande y Jaime II de Mallorca- es tan grande que el rey PEDRO III el Grande, una vez vencidos los cruzados, decide enviar una expedición de castigo a Mallorca que él mismo quiere dirigir. De acuerdo con ROGER de Llúria, se preparan las embarcaciones en el puerto de Salou y, cuando, en la fecha, va de camino de Barcelona a Tarragona, se siente gravemente enfermo. Trasladado a Vilafranca del Penedès, PEDRO III el Grande, al sentirse morir, manifiesta, ante la terrible carga de la excomunión, que se arrepiente de la toma de Sicilia y su deseo de que Sicilia se devuelva a la Santa Sede. La orden de PEDRO III el Grande nunca será cumplida. También ordena a su primogénito ALFONSO que vaya en su nombre a Mallorca y finalmente, manda liberar todos los prisioneros de la guerra con Francia. Confiesa y comulga.

Cuando ha salido ya una expedición hacia Mallorca, a las órdenes del primogénito ALFONSO para castigar a su tío JAIME II de Mallorca por su colaboración con el rey francés, muere, en la fecha, en Vilafranca del Penedès, PEDRO III el Grande, llamado también «el dels francesos» por haber vencido en la cruzada. Es enterrado en Santes Creus. El historiador catalán, Víctor Balaguer, cree más adecuado el título de «Épico» que el de «Grande», para PEDRO el Grande, rey al que hizo Bocaccio héroe de la más exquisita y delicada de sus novelas, y que mereció ser retratado por Dante en su «Divina Comedia».