La índole no hereditaria de la monarquía macedonia puede, en un momento dado, poner en peligro la sucesión al trono del joven ALEJANDRO, y eso es lo que sucede ya que FILIPO -el padre de ALEJANDRO- en la cumbre de su poder, toma por esposa a Cleopatra, hija de un influyente aristócrata macedonio. De hecho, FILIPO se había casado con Olimpia para forjar una conveniente alianza con Molosia que ahora ya no era tan necesaria. Olimpia es desterrada a su Molosia natal.

Olimpia, habiendo sido despreciada, trata de conseguir el apoyo bélico de su hermano, Alejandro rey de Epiro. FILIPO se adelanta a los acontecimientos y desactiva el peligro promoviendo la boda de su propia hija, habida de Olimpia, con el hermano de esta última, Alejandro, de manera que convirtiéndose en suegro del rey de Epiro, hará muy difícil que éste le llegue a atacar.

Fallece DIÓGENES el Cínico (400-323 aC). Cuenta su homónimo Diógenes Laercio, en su obra “Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres” que en cierta ocasión Diógenes el Cínico paseaba por el ágora ateniense a plena luz del día con un farol encendido en la mano, cuando asombrados sus conciudadanos le preguntaron la razón, él repuso: “Estoy buscando un hombre honesto”

Los macedonios que han construido una flota, destruyen la ateniense en Amorgos, una de las islas egeas. Así concluye para siempre el poderío naval ateniense.

Cuando Alejandro muere, los generales macedonios inician entre ellos el reparto de su vasto imperio. Los desacuerdos surgidos por esta división provocarán una serie de guerras, muchas de las cuales tienen lugar en Grecia. Por ello, una de las características de este periodo que abarca desde la muerte de Alejandro hasta la conversión de Grecia en provincia romana en el 146 aC., será el deterioro como entidades políticas de las ciudades-estado griegas, además del progresivo declive de la independencia política en conjunto. No obstante, el periodo helenístico estará marcado por el triunfo de Grecia como fuente de cultura y, como resultado de las conquistas de Alejandro, se adoptará su estilo de vida en todo el mundo antiguo.

Se inicia en Rodas la construcción del Coloso- que tardó 12 años- conmemorando la victoria de Rodas sobre los ejercitos de DEMETRIO- conquistador macedonio- quien, en la fecha, se presenta ante Rodas con una torre de asedio de 40 m, de altura. No se le permite su utilización echándole agua, estiercol y barro. El coloso de Rodas queriendo equipararse a la máquina vencida tiene más de 31 m. de altura (Las dos piernas juntas). En 225 aC. un terremoto la destruirá.

La “koiné” o lengua común, que se habla en Grecia, se convierte desde estos años, a lo largo de ocho siglos, hasta que el año 500 dC., será sustituido por el Latín, en la lengua hablada de toda la cuenca del Mediterráneo. El Antiguo Testamento será traducido a esta lengua -los Setenta- y el Nuevo Testamento se escribirá en ella íntegramente.

Grecia continúa siendo regida por sus tres principales ciudades: Atenas, Esparta y Tebas. Habra paz durante la hegemonía macedónica pero luego se volverá a dividir, habrá entonces dos partidos en cada ciudad, uno apoyará al gobierno de la aristocracia los llamados oligarcas, y el otro a los partidarios de la Asamblea republicana, los llamados demócratas. Habrán entonces continuas luchas intestinas en las tres ciudades entre un partidos y otro, en ocasiones cuando gane uno de ellos, los vencedores desterrarán a sus rivales, de esta suerte Grecia estará repleta de desterrados que se harán militares ya que habrán sido privados de sus riquezas. De estos mercenarios se valdrán algunos tiranos para caer sobre alguna ciudad desprevenida y tomar el gobierno por la fuerza.

Los griegos, en la fecha, rechazan una importante incursión celta contra Delfos. Los supervivientes de este ataque celta fundan un reino en Tracia que pervivirá hasta el 213 aC. Por otra parte, tres tribus celtas cruzan los Dardanelos y se establecen en la Anatolia central, desde donde realizan incursiones contra los reinos circundantes.

PIRRO II, rey de Epiro (295-272 aC), con ideas imperialistas, en el 274 aC. invade el Peloponeso y ataca Esparta, pero tiene que abandonarla por causa de problemas más urgentes.