ESPARTA / ESPARTANOS

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Mardonio, yerno del rey persa, vuelve a apoderarse de Atenas, y los atenienses se trasladan de nuevo a Salamina.


Al fin, Mardonio evacúa Atenas que es ocupada de nuevo por sus habitantes y allí se recibe una embajada de Mardonio. El rey persa ofrece la paz a los atenienses, comprometiéndose a restaurar la ciudad si Atenas se ofrece a ayudarlo para conquistar el Peloponeso acabando con la hegemonía espartana en aquella península. El ofrecimiento es rechazado por los atenienses que mantienen su alianza con los espartanos a quienes les piden que pasen a la ofensiva contra las tropas de tierra persas que se mantienen en territorio griego. Los espartanos dejarán pasar un año antes de actuar. Mardonio, entretanto, vuelve a apoderarse de Atenas, y los atenienses se trasladan de nuevo a Salamina en espera de la ayuda de los espartanos.

Los espartanos, los atenienses y demás aliados vencen a los persas en la Batalla de Platea.


En el año 479 aC., llegan los espartanos y junto con los atenienses y demás aliados bajo la dirección de Pausanias, general espartano, atacan al resto del ejército de tierra persa. Lo atacan en Beocia y le infligen una dura derrota en Platea, al norte de Atenas donde muere el propio Mardonio. Los persas supervivientes huyen en retirada.

Los atenienses atracan en la isla de Sicilia. No vienen a liberarla de Siracusa, sino a conquistarla.


Una escuadra sin precedentes, 32.000 efectivos en 134 barcos, atraca en la isla de Sicilia en 415 aC. A los sicilianos se les encoge el corazón. Los atenienses no vienen a liberarlos de Siracusa, sino a conquistarlos. Pero una profanación cambia el destino de la campaña. Poco antes de que la flota ática zarpe, las columnas de Hermes de Atenas amanecen destrozadas. Es un presagio nefasto para la expedición. Lo más preocupante es que los indicios apuntan a Alcibíades, el jefe de la armada, como cabecilla del sacrilegio. Se le permite partir igualmente. Sus adversarios políticos quieren ganar tiempo para instigar al pueblo en su contra. Lo llaman de vuelta a Atenas apenas atraca en Sicilia. Pero mientras regresa a su país, Alcibíades se esfuma. Se lo condena a muerte por rebeldía, y entonces el militar, escondido en el sur de Italia, se une al mismísimo enemigo, Esparta.

En Atenas, se propone la invasión de Sicilia, respondiendo a una solicitud de ayuda de varias de sus ciudades amenazadas por Siracusa.


En Atenas, donde las tesis belicistas han desplazado a las pacifistas, Alcibíades se erige en el promotor de las primeras. Ante la ocupación de Mantinea por Esparta, Alcibíades tiene la oportunidad de concretar sus ambiciones. Varias localidades de Sicilia -entre ellas Segesta- piden ayuda. Siracusa, proespartana y principal colonia de la isla, busca imponerse a sus vecinas. Esto da a Alcibíades la excusa ideal para poner un pie en la región y ampliar así el imperio de Atenas al Mediterráneo occidental. Magnífico orador, Alcibíades propone a una deslumbrada asamblea popular que invada Sicilia a gran escala.

El ejército espartano, comandado por uno de sus reyes, CLEÓMBROTO, es vencido por el ejército beocio al mando de Epaminondas.


En el verano del año 371 el ejército espartano, comandado por uno de sus reyes, CLEÓMBROTO, penetra en Beocia y en la llanura de Leuctra le sale al encuentro el ejército beocio al mando de EPAMINONDAS. Éste tiene que hacer frente a un ejército de 10.000 soldados espartanos con apenas la mitad de efectivos. A pesar de ello vence. La razón quizá se encuentre en el curioso juramento de un grupo de 300 soldados tebanos que, como su propio general, eran homosexuales. Estos hombres, que luchaban por parejas, se habían comprometido a combatir hasta la muerte y no abandonar a su compañero en el campo de batalla. Esparta abrumada por la derrota, se apresura a firmar la paz.

Esta pieza también aparece en ... GRECIA ANTIGUA (……. - 146 aC) • HOMOSEXUALIDAD

FILIPO II, vence a los espartanos. Pero estos no quieren recibirlo.


Una vez que FILIPO II, ha vencido a los espartanos, les envía un mensaje en el que, con muy comedidas palabras, les propone lo recibieran de buen modo en la ciudad. Ellos respondieron secamente: “No.” Incomodado, el rey de Macedonia, por esta desabrida respuesta, los amenaza severamente, y ellos, a vuelta de correo, le responden con estas precisas palabras: “Dionisio se halla en Corinto.” Quería decir la lacónica frase que recordase la situación en que se encontraba en la actualidad Dionisio II, el cual, sin embargo, de haber sido un soberano, se hallaba entonces despojado del poder supremo y reducido en Corinto a la condición de maestro de escuela para poder subsistir, en castigo todo de haber querido ser el tirano de Siracusa.

PIRRO II, rey de Epiro, con ideas imperialistas, invade el Peloponeso y ataca Esparta.


PIRRO II, rey de Epiro (295-272 aC), con ideas imperialistas, en el 274 aC. invade el Peloponeso y ataca Esparta, pero tiene que abandonarla por causa de problemas más urgentes.

NABIS, espartano partidario de las libertades, depone a los últimos reyes y controla la ciudad.


En la fecha, NABIS, un espartano partidario de las libertades depone a los últimos reyes y se hace con el control de la ciudad (207-192). Completa las reformas de Agis IV y de Cleómenes III, aboliendo las deudas, redistribuyendo las tierras e incluso liberando a los esclavos. Naturalmente, esto le valdrá ser considerado un infame revolucionario por las horrorizadas ciudades circundantes.

En los Juegos Istmicos, se proclama la libertad de todos los estados griegos.


En los Juegos Istmicos, el cónsul victorioso en la Segunda Guerra macedónica, TITO QUINTO FLAMINIO, que ha vencido a FILIPO V de Macedonia, proclama la libertad de todos los estados griegos, aunque en realidad pasan de la hegemonia macedónica a la romana. En efecto, la primera muestra que dan las ciudades griegas de su “libertad” consiste en rogar a Roma que acabe con NABIS, el generoso Tirano de Esparta, que ha desligado a los esclavos de su servidumbre pero ha luchado unido a FILIPO de Macedonia contra los romanos. Obligados por esta petición, los romanos expulsan a NABIS de Esparta, y esta ciudad deja de ser un Estado independiente.